Y yo te bes¨¦

Habr¨ªa que estar muerto para no conocer la historia de Ren¨¦ Lacoste: aquel campe¨®n de tenis de los a?os veinte que, harto de pasar calor en la cancha, invent¨® el polo de piqu¨¦ e hizo de su apodo, El cocodrilo, el logo m¨¢s c¨¦lebre del siglo. Ahora que Lacoste ya no solo vende ropa para familias acomodadas sino que desfila en Nueva York, goza de una envidiable reputaci¨®n entre la juventud cool del planeta y su gama de productos abarca desde perfumes a relojes, su estrategia de comunicaci¨®n ha cambiado ad hoc. Su ¨²ltima campa?a publicitaria tiene que ver con el deporte, pero no hay canchas, raquetas o la t¨ªpica narrativa de ganar-o-morir en boca de un atleta de ¨¦lite.

En lugar de todo esto, una doble estrategia. Para el papel, una serie de luminosas im¨¢genes fotografiadas por Paul Sutton; y para televisi¨®n, el realizador Seb Ewards ha obligado a su protagonista, el actor franc¨¦s Paul Hamy, a enfrentarse a un reto tanto o m¨¢s duro que coronar el Kilimanjaro: besar a la chica. Para quitarle az¨²car al asunto, y para representar mejor el nuevo eslogan de la casa, La vida es un bello deporte, Edwards le ha dado a ese primer beso maneras de pel¨ªcula de aventuras con banda sonora a cargo de Disclosure. El resultado es un anuncio trepidante que retrata con emoci¨®n la aventura cotidiana. Pero d¨¦jennos a?adir algo igual de rom¨¢ntico y universal, aunque tal vez menos grandilocuente: ?Qui¨¦n no se ha puesto un Lacoste en una primera cita?