?Sirven para algo las pol¨ªticas de empleo juvenil?
Los programas de inserci¨®n son r¨ªgidos y no responden a la realidad sociolaboral
Tenemos un enorme problema y lo que tenemos organizado para afrontarlo ya no nos sirve. Los ¨²ltimos datos de 2013 situaron el desempleo general por encima del 25% y el juvenil m¨¢s all¨¢ del 50%, con leve mejor¨ªa frente al trimestre anterior que oficialmente provoc¨® optimismo. Pero como numerosos analistas indicaron (http://bit.ly/1ginxXO), se trata de un optimismo imprudente: desciende el desempleo porque cae la ocupaci¨®n, el poco empleo creado es de baja calidad, con subdesempleo, horas extras no pagadas y contratos de cort¨ªsima duraci¨®n. La mitad de los j¨®venes espa?oles que quieren trabajar no lo consiguen. Ello apunta a fallos graves del mercado laboral y de las instituciones y regulaciones que lo configuran. La imposibilidad de acceso de muchos j¨®venes al mundo del trabajo es el elemento estructural m¨¢s importante del mercado laboral en nuestro pa¨ªs y constituye el principal problema de nuestra econom¨ªa durante al menos las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, aunque fuera enmascarado en los a?os de la burbuja inmobiliaria.
Desde el inicio de la crisis no ha habido medidas serias que amortiguaran los efectos de la destrucci¨®n masiva de empleo y la precariedad entre aquellos, fundamentalmente j¨®venes, con o sin formaci¨®n, situados en la periferia del mercado laboral. La pregunta es ?seremos capaces de articular mecanismos que den salida, no solo laboral, tambi¨¦n vital, a los j¨®venes? Sabemos que tenemos una fuerte, por no decir cr¨®nica, inercia institucional hacia la dualizaci¨®n laboral. Desde hace a?os el abuso de la contrataci¨®n temporal, sin parang¨®n en Europa, ha impedido otras alternativas flexibles, pero seguras de empleo. Adem¨¢s, tenemos un tejido productivo de empresas peque?as con poca capacidad de inversi¨®n y contrataci¨®n de personal, que dificulta la ¡°importaci¨®n¡± de pr¨¢cticas de otros pa¨ªses europeos con otros modelos productivos y de relaciones industriales.
Tenemos una fuerte, por no decir cr¨®nica, inercia institucional hacia la dualizaci¨®n laboral
Faltan tambi¨¦n pol¨ªticas sociales redistributivas (tanto de transferencia de rentas como de servicios) que apoyen a los j¨®venes en sus transiciones formaci¨®n-empleo, aunque las familias compensen estas carencias institucionales. Por ¨²ltimo, los actores implicados a nivel pol¨ªtico-administrativo, padecen un considerable sesgo generacional, ya que la permanente provisionalidad de los j¨®venes y sus consecuencias no parece provocar una preocupaci¨®n real m¨¢s all¨¢ de la pura ret¨®rica. No es casual que cuando se pregunta a los j¨®venes (http://bit.ly/1mMYVUX) por su grado de satisfacci¨®n sobre distintos temas, sean amigos y familia los que ocupen las posiciones m¨¢s altas mientras que trabajo, situaci¨®n econ¨®mica y perspectivas de futuro ocupen las m¨¢s bajas.
En nuestra investigaci¨®n sobre j¨®venes y exclusi¨®n social en Catalu?a, dentro del programa ¡°Recercaixa¡± (http://jovesinsercio.wordpress.com), vemos que m¨¢s all¨¢ de la merma considerable de los recursos de la Administraci¨®n para pol¨ªticas de inserci¨®n laboral juvenil, existe una clara obsolescencia de estas pol¨ªticas, pues se asientan en un contexto socio-econ¨®mico que ya no existe. A medida que el mercado de trabajo ha reducido los trabajos estables y continuos, han crecido las dificultades de los espacios de formaci¨®n y de intermediaci¨®n que las instituciones hab¨ªan construido sobre la ¡°b¨²squeda de trabajo¡±.
Los programas de inserci¨®n laboral parten de premisas excesivamente homog¨¦neas y normativizadas. Como dir¨ªa Bauman, siguen pensando en misiles bal¨ªsticos (que saben donde est¨¢ el ¡°enemigo¡±, el puesto de trabajo) cuando lo que se necesitan son misiles inteligentes (que son capaces de desviarse en vuelo, buscando o encontrando ese ¡°enemigo¡± donde sea). En nuestros estudios de caso, una denuncia reiterada tanto de j¨®venes que intentan aventuras emprendedoras como de las entidades sociales comprometidas con la inserci¨®n laboral, ha sido la excesiva jerarqu¨ªa y rigidez administrativa en plazos y requisitos y la escasa capacidad de personalizaci¨®n de las pol¨ªticas en marcha. Pero, frente a instituciones paralizadas y paralizantes, hemos encontrado ejemplos de iniciativas que, desde la proximidad, encuentran la manera de innovar, resolver y dar respuesta a problemas que las Administraciones con sus l¨®gicas verticales y centralistas no aciertan a dar.
Hemos encontrado ejemplos de iniciativas que, desde la proximidad, encuentran la manera de innovar
Ahora que se habla de recuperaci¨®n econ¨®mica, y que el programa europeo de Garant¨ªa Juvenil incorpora recursos econ¨®micos, conviene reflexionar sobre cu¨¢l es el problema a abordar y los factores que lo alimentan. Nuestra investigaci¨®n muestra la gran significaci¨®n del trabajo integrado y de las miradas transversales, entre instituciones, entidades sociales, empresas y espacios de trabajo. Las mejores experiencias encontradas son aquellas generadas de forma casi artesanal, con fuertes dosis de voluntarismo, de conocimiento del terreno y de los recursos disponibles, con capacidad de resolver no solo problemas laborales, sino tambi¨¦n familiares y de inserci¨®n social.
Esto nos lleva a proponer iniciativas que m¨¢s all¨¢ de dedicarse a los j¨®venes cuenten con ellos. Mejor hablar de j¨®venes y sus familias que partir de l¨®gicas gen¨¦ricas de ¡°juventud¡±. Mejor pensar en etapas formativas y de trabajo din¨¢micas y complementarias que en departamentos estancos de formaci¨®n y trabajo. Hay que reconocer que se precisan actuaciones m¨¢s integrales y territorializadas. El tiempo dir¨¢ si en vez de analizar las cuestiones m¨¢s de fondo, nos limitamos a facilitar la contrataci¨®n de algunos j¨®venes (los que puedan poner cruces en los formularios) reduciendo las cuotas empresariales a la Seguridad Social, consiguiendo mejorar algo las estad¨ªsticas, pero dando la espalda a los problemas de precariedad laboral, a la obsolescencia de las pol¨ªticas p¨²blicas y al enorme potencial de cambio de personas y colectivos.
Margarita Le¨®n y Joan Subirats Investigadores del Instituto de Gobierno y Pol¨ªticas P¨²blicas de la UAB (http://igop.uab.cat)
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