Adi¨®s al separatismo
La renuncia del nacionalismo flamenco a la secesi¨®n responde al europe¨ªsmo de sus electores
La renuncia del N-Va, principal partido nacionalista flamenco, al objetivo de la independencia de Flandes es una noticia de primera magnitud. A partir de ahora, abraza el confederalismo y deja al extremismo m¨¢s xen¨®fobo y autoritario el monopolio del separatismo. Pero pugnar¨¢ por un m¨¢ximo de competencias para sus distintos componentes, y no solo por un mero retoque del ¡ªya considerable¡ª esquema federal del reino de B¨¦lgica.
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La nueva toma de posici¨®n es contundente, pues constituye la clave de b¨®veda del programa del N-Va para las elecciones del 25 de mayo, que, en B¨¦lgica, ser¨¢n regionales, federales y europeas, simult¨¢neamente. El partido justifica el giro estrat¨¦gico en la evidencia de la imposibilidad, reiteradamente verificada en la historia reciente, de atraer a una mayor¨ªa de los ciudadanos al reclamo de un Estado independiente. Como sintetiza uno de los fundadores del movimiento: ¡°Aqu¨ª no hay una mayor¨ªa favorable a la independencia¡±. Y refuerza su argumentaci¨®n en otra evidencia, desgarradora para una sociedad muy europe¨ªsta : la perspectiva de que un Flandes independiente quede excluido, por tiempo indeterminado, de la Uni¨®n Europea.
Los razonamientos del nacionalismo mayoritario flamenco vienen a dar respuesta adecuada a dos fen¨®menos muy arraigados. Uno ¡ªque esa regi¨®n comparte muy profundamente con Escocia y con Catalu?a¡ª es el anclaje del europe¨ªsmo. No es una afecci¨®n meramente sentimental, sino el hecho de que la perspectiva europea ejerce un atracci¨®n abrumadora en las regiones m¨¢s din¨¢micas del continente, incluso a pesar de que la Uni¨®n no atraviesa su mejor momento. El otro es que la progresiva evoluci¨®n de la descentralizaci¨®n belga y la flexibilidad de su federalismo convierten a su Estado (por otra parte imperfecto, como tantos) en un espacio pol¨ªtico inclusivo e incluyente, aunque a veces eso se exprese de forma sorprendente, curiosa o disfuncional.
La evoluci¨®n del nacionalismo flamenco es concomitante con la renuncia en la pr¨¢ctica de la Lega lombarda a la independencia que declar¨® en 1996 (y que solo cosech¨® el rid¨ªculo) y al desistimiento en Canad¨¢ del Partido quebequ¨¦s, desde las elecciones de 2012, a convocar un tercer refer¨¦ndum de independencia, tras las dos derrotas cosechadas en 1980 y 1995. Y viene a coincidir con una mod¨¦lica mejora de la, ya estimable, estrategia del Gobierno brit¨¢nico respecto a Escocia: hasta ahora se guiaba por el respeto a la voluntad de los escoceses y el ¨¦nfasis en el impacto negativo para ellos de una segregaci¨®n; ahora, completa el dramatismo de las advertencias con la seducci¨®n y el afecto ¡ªcomo subraya David Cameron¡ª y lamenta el eventual perjuicio para todos los brit¨¢nicos.
Porque a veces el malestar que macera el independentismo se agrava por la carencia de reconocimiento de la aportaci¨®n de los pueblos al quehacer com¨²n.
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