M¨¢s desempleo y mayor precariedad laboral
La devaluaci¨®n salarial ha provocado una enorme ca¨ªda de la demanda interna
La reforma laboral de febrero de 2012 est¨¢ respondiendo a la l¨ªnea estrat¨¦gica de ofrecer mecanismos de liquidaci¨®n y ajuste de plantillas, tanto al sector privado como al sector p¨²blico.
La reforma laboral no ha frenado la destrucci¨®n de empleo; no ha favorecido la contrataci¨®n indefinida; no se ha avanzado mediante la negociaci¨®n en la flexibilidad interna de las relaciones laborales; no ha fomentado la contrataci¨®n, ni se ha reducido la temporalidad. Al contrario, se han incrementado los despidos, disminuyen las suspensiones de contratos y las reducciones de jornada, fiel reflejo del escaso papel de la flexibilidad interna en el marco de la empresa; favorecida, adem¨¢s, por el debilitamiento del control judicial y la desaparici¨®n de la autorizaci¨®n administrativa.
Estas medidas y no otras son las que est¨¢n detr¨¢s de que el volumen de desempleo est¨¦ en unos niveles inaceptables e insoportables. La ocupaci¨®n cae a la par que el desempleo crece y la precariedad laboral se extiende.
Si nos centramos en el empleo asalariado, se pasa de una p¨¦rdida de 575.000 empleos entre 2009 y 2011 a 1.400.000 empleos en los dos a?os posteriores a la reforma. Esto supone pasar de una destrucci¨®n de 788 empleos diarios a que cada d¨ªa 1.918 personas pierdan su trabajo.
Entre 2007 y 2009 se destruyeron 1.475.300 empleos y el desempleo aument¨® en 2.313.400 personas. Entre 2009 y 2011 se destruyeron 782.700 puestos de trabajo (si contamos a asalariados y aut¨®nomos) y el desempleo aument¨® en 850.800 personas, 68.100 m¨¢s que los empleos perdidos.
Entre 2011 y 2013 se han destruido 1.354.644 empleos y, sin embargo, el desempleo ha aumentado en 989.800 personas y la tasa de paro ha crecido 4,7 puntos, hasta el 26,5%. Si se hubieran mantenido en paro todos los que perdieron su trabajo, la tasa de desempleo ser¨ªa del 27,6%. ?Qu¨¦ ha ocurrido? El n¨²mero de activos ha descendido en 363.600 y la poblaci¨®n en 592.800 personas. No es que haya menos desempleo, sino que parte de las personas paradas han desaparecido a efectos estad¨ªsticos.
El objetivo real de la reforma es el de bajar el coste del factor trabajo para las empresas
La reforma laboral est¨¢ provocando un intenso proceso de sustituci¨®n de trabajo a tiempo completo por trabajo a tiempo parcial. Se est¨¢ fomentando el tiempo parcial no deseado, aplic¨¢ndose salarios relacionados con esta modalidad de contrataci¨®n (tiempo parcial) y por el contrario las jornadas de trabajo que se est¨¢n realizando son las del contrato a tiempo completo.
La reforma laboral ha agravado de forma dr¨¢stica la precarizaci¨®n de las condiciones laborales en nuestro pa¨ªs, promoviendo un mercado laboral m¨¢s ineficiente e injusto.
De los 14.792.614 contratos registrados en 2013, solamente 1.134.949 son indefinidos. Esto supone solamente el 7,67% de los contratos registrados.
La reforma laboral es una herramienta para la devaluaci¨®n salarial. El objetivo real, aunque solo parcialmente reconocido, es el de bajar el coste del factor trabajo para las empresas. Para ello, la reforma introduce un grave desequilibrio en las relaciones laborales en favor de una de las partes y, sobre todo, introduce cambios en la negociaci¨®n colectiva para dotar de instrumentos tanto legales como de presi¨®n a los empresarios para conseguir ese objetivo.
Esta devaluaci¨®n salarial ha mejorado los m¨¢rgenes empresariales, pero, al mismo tiempo, ha provocado una enorme ca¨ªda de la demanda interna y, por lo tanto, de la cifra de negocio de las empresas, especialmente de la gran mayor¨ªa de las peque?as y medianas empresas que tienen como ¨²nico destino el mercado interior y cuyas m¨¢s dram¨¢ticas consecuencias est¨¢n en el empleo.
Lo que han ganado con la devaluaci¨®n salarial de sus empleados lo han perdido con menores ventas debido a la p¨¦rdida generalizada de poder adquisitivo de los salarios.
La raz¨®n es evidente: los salarios son la principal fuente de ingresos de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, ya que en Espa?a, de cada 100 personas ocupadas, 83 trabajan por cuenta ajena.
En el 46% de los hogares, el principal origen de renta es la retribuci¨®n salarial y en el 41%, las prestaciones p¨²blicas, la mayor¨ªa de las cuales tambi¨¦n provienen del trabajo por cuenta ajena. Menos del 2% tienen como fuente de ingresos las rentas de la propiedad y del capital.
La destrucci¨®n de empleo y la p¨¦rdida de poder adquisitivo de salarios, pensiones, prestaciones por desempleo y otras transferencias sociales suponen una ca¨ªda en los ingresos que se traduce en una reducci¨®n al 10% en el consumo de los hogares.
Durante este periodo, y hay que subrayarlo, se est¨¢ produciendo un incremento del volumen de personas que teniendo trabajo se sit¨²an por debajo del umbral de la pobreza.
En definitiva, las reformas laborales han incidido en el estado lamentable en el que est¨¢n las cosas, generando una quiebra en materia de derechos. A la vez, no han contribuido a reducir la tasa de desempleo; m¨¢s bien al contrario, ha acelerado su destrucci¨®n.
Las reformas laborales no han ayudado a hacer m¨¢s estable el empleo. Por el contrario, al facilitar y abaratar el procedimiento del despido, han provocado que el empleo estable se reduzca m¨¢s que nunca en la crisis.
Convertir el despido en algo socialmente irrelevante, desde el concepto ideol¨®gico m¨¢s neoliberal de ¡°depreciaci¨®n del valor del trabajo¡±, en el fondo es el objetivo.
Rodolfo Benito Valenciano es secretario confederal de Estudios de Comisiones Obreras y presidente de la Fundaci¨®n 1? de Mayo.
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