La cooperaci¨®n al servicio de los intereses empresariales
Esta entrada ha sido escrita por Mercedes Ruiz Gim¨¦nez, Presidenta de la Coordinadora de ONGD.
?Una oportunidad de negocio? Foto: UNHCR/R. Rocamora.
Llevamos tiempo advirti¨¦ndolo: la pol¨ªtica p¨²blica de cooperaci¨®n est¨¢ siendo golpeada de manera persistente y lo poco que queda de ella se entrega progresivamente a la gesti¨®n del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda. As¨ª lo denunciamos el pasado mes de octubre, coincidiendo con la tramitaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado. Y ahora volvemos a hacerlo ante la reforma del Fondo de Promoci¨®n del Desarrollo (FONPRODE) que asestar¨¢ el en¨¦simo golpe a esta pol¨ªtica.
Esta vez se trata de una decisi¨®n que dar¨¢ carta blanca a los intereses empresariales sobre los objetivos de lucha contra la pobreza y la desigualdad. La reforma pretende convertir el FONPRODE, un fondo que fue concebido para promover el desarrollo y la lucha contra la pobreza, en un fondo de inversi¨®n al servicio de las prioridades financieras y de la internacionalizaci¨®n de las empresas. Lo privado sobre lo p¨²blico; los mercados sobre las personas.
Si se confirma la reforma, la Compa?¨ªa Espa?ola de Financiaci¨®n para el Desarrollo (COFIDES), gestionar¨¢ estos fondos en igualdad de condiciones con el MAEC. Una cuesti¨®n que hace que salten las alarmas puesto que se trata de una sociedad adscrita al Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, cuyo fin es la internacionalizaci¨®n de las empresas espa?olas y cuyo capital mixto est¨¢ formado por accionistas como el ICEX, el ICO, el BBVA, el Banco Santander o el Banco Sabadell.
Esta situaci¨®n es muy grave no s¨®lo por la l¨ªnea que marca, sino tambi¨¦n por el monto total de fondos que se gestionar¨¢n a trav¨¦s de este instrumento. Hablamos de un 20% de la Ayuda Oficial al Desarrollo, un total de 375 millones de euros para 2014 que quedar¨¢n en manos de intereses financieros y empresariales frente a los derechos de las personas. Hablamos de una parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo que no es una donaci¨®n sino un pr¨¦stamo que genera deuda y que debe ser devuelto por los pa¨ªses que lo reciben, raz¨®n de m¨¢s para garantizar escrupulosamente que su uso se orienta a la defensa de los derechos de las personas.
Por la puerta de atr¨¢s
A todo ello hay que a?adir algo que llama poderosamente la atenci¨®n y es la falta de participaci¨®n y la opacidad con las que se pretende llevar a cabo esta reforma. La propuesta se ha realizado deliberadamente por la puerta de atr¨¢s, llegando al Senado sin que haya sido discutida ni en la Comisi¨®n de Cooperaci¨®n del Congreso, ni en el Consejo de Cooperaci¨®n. De puntillas, sin agentes de la sociedad civil que participen, sin que ni siquiera el equipo t¨¦cnico de la AECID haya tenido constancia de esta reforma hasta que ¨¦sta no ha llegado al Senado. Esta actitud en un proceso de tales caracter¨ªsticas da cuenta del escaso compromiso que el gobierno tiene con la participaci¨®n de los distintos actores de la cooperaci¨®n.
La opacidad ha caracterizado no s¨®lo el proceso de reforma sino tambi¨¦n todo el recorrido del FONPRODE desde que fue creado tres a?os atr¨¢s. En este tiempo no s¨®lo han sido incapaces de ejecutar su presupuesto, sino que adem¨¢s no han explicado el porqu¨¦ de esa inoperatividad. Esta opacidad contrasta con el supuesto compromiso del gobierno con la transparencia y, por supuesto, choca de frente con las obligaciones legales que en esta materia ha asumido.
La sociedad lo tiene claro
El debilitamiento de la pol¨ªtica p¨²blica de cooperaci¨®n y de sus principales actores no es algo que venga de ahora. El creciente acoso al que se le viene sometiendo en los ¨²ltimos a?os est¨¢ consiguiendo que una de las actuaciones espa?olas con mayor reconocimiento internacional quede herida de muerte.
Hace tan s¨®lo cinco meses que Rajoy afirmaba en la ONU que ¡°Nuestro objetivo primordial es la lucha contra la pobreza y la determinaci¨®n en el logro del desarrollo humano sostenible"; los hechos entonces ya demostraban la incoherencia entre sus palabras y la realidad, y el paso del tiempo contin¨²a acrecentando su incongruencia. Las modificaciones propuestas en la reforma del FONPRODE atentan contra los principios b¨¢sicos del desarrollo, la solidaridad internacional, la participaci¨®n ciudadana y la transparencia.
Mientras el gobierno olvida sus compromisos en materia de solidaridad internacional y hace sus movimientos por la puerta de atr¨¢s, el 81% de la poblaci¨®n espa?ola considera la ayuda al desarrollo como un deber moral que ayuda a construir un mundo m¨¢s justo y sostenible. Si de lo que se trata es de ser actores globales responsables del siglo XXI, el gobierno deber¨ªa asumir este compromiso que tan n¨ªtidamente defienden los ciudadanos y las ciudadanas. Sucede, sin embargo, que a veces los gobiernos no est¨¢n a la altura de su ciudadan¨ªa.
[El posicionamiento completo sobre la reforma del FONPRODE, realizado por la Coordinadora de ONGD y la Plataforma 2015 y m¨¢s, puede ser consultado en este enlace.]
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