Una directora con l¨ªmites

El nombramiento de una mujer al frente de un peri¨®dico de tirada nacional ser¨ªa noticia en casi cualquier pa¨ªs. En Arabia Saud¨ª, roza lo revolucionario. All¨ª las mujeres no solo no pueden conducir, sino que carecen de estatuto legal independiente. As¨ª que el veterano Khaled al Maeena pasara el relevo de la Saudi Gazette a su vicedirectora, Sumayya Jabarti, ha suscitado expectaci¨®n. Una semana despu¨¦s, la periodista admite estar ¡°bastante sorprendida¡±.

Como ella se ocupa de recordar, los medios en todo el mundo est¨¢n dominados por hombres. ¡°Adem¨¢s, aqu¨ª es muy dif¨ªcil introducir sangre nueva en ese coto, no digamos ya una mujer que es como si se tratara de otra especie¡±, apunta con un toque de humor la flamante directora, por tel¨¦fono desde Yeddah. ¡°Al principio cre¨ª que se trataba solo de palabras. Lo considero un paso adelante que me da optimismo y esperanzas¡±, declara. Pero su convicci¨®n de que ha roto el techo de cristal no le ha hecho perder la perspectiva. ¡°Algunas colegas han escrito que mi designaci¨®n no cambia la realidad de la mujer saud¨ª. Tienen raz¨®n. A¨²n estamos limitadas: puedo ser directora, pero necesito un permiso para viajar; no puedo sacar o renovar el pasaporte; carezco de estatuto legal independiente de mi tutor¡±, manifiesta haciendo un resumen de las dificultades cotidianas de las saud¨ªes, a las que la ley considera eternas menores de edad necesitadas de por vida de la tutela de un var¨®n.

A pesar de ello, la periodista considera que ¡°el aumento de mujeres en posiciones de liderazgo impulsa nuestra causa porque saca a la luz esos problemas y abre un debate¡±. Tambi¨¦n hace que sienta el cargo como ¡°una responsabilidad mayor¡±. ¡°Voy a estar sometida a escrutinio y si no hago bien las cosas, dar¨¦ argumentos a quienes se oponen a nuestro avance, podr¨¢n decir ¡®ves, no val¨¦is para esto¡±.

Jabarti, de 42 a?os, no se hab¨ªa planteado como objetivo dirigir un peri¨®dico. De adolescente quer¨ªa ser ginec¨®loga. De hecho empez¨® Medicina, pero al a?o y medio se pas¨® a Literatura inglesa. Fue al acabar la licenciatura cuando tuvo su primer contacto con el periodismo. A sugerencia de un profesor entr¨® en la Saudi Gazette. Apenas dur¨® un a?o. ¡°Fue una gran desilusi¨®n porque solo me asignaban temas de cosm¨¦ticos y cosas as¨ª¡±, recuerda. Tras dedicarse cinco a?os a la ense?anza, acabar su m¨¢ster y pasar por una empresa de estudios de mercado, regres¨® al periodismo. Esta vez en el Arab News, el diario saud¨ª l¨ªder en lengua inglesa, en un pa¨ªs donde un tercio de la poblaci¨®n es extranjera.

Defensora de que ambos sexos trabajen juntos, a veces usa la entrada de los hombres

All¨ª conoci¨® a Al Maeena, su carism¨¢tico director, con quien ser¨ªa vicedirectora y a quien en 2012 sigui¨® a Saudi Gazette. ¡°Hemos trabajado juntos 13 a?os y siempre he contado con su apoyo, pero cuando me dijo que iba a remplazarle, no lo cre¨ª¡±, admite con franqueza. Sabe que su nombramiento tiene mucho que ver con los cambios en la sociedad saud¨ª, en algunos aspectos, m¨¢s avanzada de lo que sus arcaicas normas dejan entrever.

¡°En Okaz [la empresa editora de Saudi Gazette], no movieron una ceja cuando llegu¨¦ a vicedirectora. En la mayor¨ªa de las reuniones era la ¨²nica mujer entre 23 hombres. Llegu¨¦ a no sentir la diferencia¡±, asegura con el aplomo de quien se ha acostumbrado a romper estereotipos.

¡°A veces uso la entrada de los hombres¡±, conf¨ªa cuando le pregunto si los peri¨®dicos mantienen entradas separadas como cuando visit¨¦ por primera vez el reino hace dos d¨¦cadas. ¡°Lo m¨¢s sorprendente es que se mantienen debido a las mujeres. Muchas quieren su entrada, trabajar separadas. Al menos deber¨ªa ser una opci¨®n, sobre todo en el mundo de la comunicaci¨®n¡±, afirma. Es una firme defensora de que hombres y mujeres trabajen codo con codo. ¡°Al Maeena elimin¨® la separaci¨®n en Arab News. Fue mi primera experiencia. Result¨® muy educativo¡±, manifiesta. Tanto que llevaba a su hija para acostumbrarla. ¡°Un colega cuando se march¨® del peri¨®dico me dijo: ¡®He aprendido que una mujer no es solo un cuerpo¡¯. Me hizo pensar. Aqu¨ª la segregaci¨®n empieza en la escuela; terminamos cosificando al otro sexo¡±.

Por mucho que cueste apreciarlo desde fuera, Jabarti asegura que la situaci¨®n de las mujeres en su pa¨ªs ha cambiado. ¡°Ahora son m¨¢s atrevidas¡±, se?ala. ¡°Adem¨¢s, los gobernantes est¨¢n promoviendo su participaci¨®n y la situaci¨®n econ¨®mica obliga a que marido y mujer tengan que trabajar¡±. Y ah¨ª inevitablemente surge la prohibici¨®n de conducir que, sin duda, limita la movilidad de potenciales trabajadores. ¡°No se trata de un derecho sino de sentido com¨²n¡±, subraya. Lo dej¨® claro en un muy comentado art¨ªculo que public¨® hace tres a?os en medio de uno de los recurrentes debates sobre el tema y en el que puso de relieve la escasa utilidad de un carn¨¦ de conducir si no cambian otras limitaciones. ¡°Es importante porque forzar¨¢ otros asuntos que requieren derechos legales¡±, precisa antes de apuntar al origen de las limitaciones de las saud¨ªes. ¡°El sistema de tutor¨ªa es lo m¨¢s paralizante¡±.

Los retos de las mujeres estar¨¢n muy presentes en la Gazette de Jabarti, pero su objetivo es mayor: ¡°Dar voz a quienes no tienen¡±. Y eso incluye a los trabajadores extranjeros. ¡°Somos un peri¨®dico en ingl¨¦s y tenemos una responsabilidad hacia la comunidad multinacional. Quiero hacerme eco de sus preocupaciones, hacerles visibles. No se les trata con justicia. El sistema de patrocinio es, como el de tutor¨ªa de las mujeres, injusto¡±, concluye.