La UE defrauda a Kiev
La petici¨®n de Crimea de unirse a Rusia eleva el tono de la confrontaci¨®n por Ucrania
Lo simb¨®lico de las sanciones acordadas ayer por los 28 en Bruselas contra Mosc¨² ha coincidido con la decisi¨®n del Parlamento de Crimea pidiendo unirse a Rusia mediante un refer¨¦ndum de sus dos millones de habitantes. Esta iniciativa, que solo puede haber sido orquestada por el Kremlin, eleva la crisis de Ucrania, pone a Kiev en el disparadero y acent¨²a el desaf¨ªo de Vlad¨ªmir Putin. Ucrania est¨¢ poniendo de relieve la impotencia occidental para lidiar con una confrontaci¨®n que exige firmeza de convicciones y voluntad pol¨ªtica para defenderlas.
La Uni¨®n Europea predica una pol¨ªtica de principios, pero pone en pr¨¢ctica otra de intereses nacionales, sobre todo de sus miembros m¨¢s relevantes. La aplicaci¨®n de rigurosas sanciones econ¨®micas y comerciales contra Rusia, incluida una menor dependencia de sus exportaciones energ¨¦ticas, habr¨ªa hecho da?o a Mosc¨², en un mundo cada vez m¨¢s globalizado e interdependiente. Nada m¨¢s lejos de ello que el inane cat¨¢logo de represalias aprobado ayer ¡ªen una reuni¨®n supuestamente de emergencia, cinco d¨ªas despu¨¦s de los hechos que la han motivado¡ª por una UE enfrentada a la desestabilizaci¨®n del pa¨ªs de mayor extensi¨®n de Europa y la asfixia de los anhelos democr¨¢ticos de muchos de sus habitantes. Bruselas ha comprometido 11.000 millones de euros para evitar la bancarrota de Kiev, pero Ucrania necesita otros muchos gestos en esta hora.
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El Kremlin se mueve con rapidez y firmeza. Putin mantiene todas sus opciones abiertas: niega que haya invadido Crimea, rechaza el Gobierno de Kiev y no descarta acudir en ayuda de otras zonas prorrusas de Ucrania. Los esfuerzos diplom¨¢ticos para acercar a Mosc¨² y Kiev han fracasado. Tras la jugada de ayer, Crimea, en el peor de los casos, se unir¨¢ formalmente a Rusia, en violaci¨®n flagrante del derecho internacional. Si no es as¨ª, se sumar¨¢ a los conflictos congelados que bordean las fronteras rusas (Osetia del Sur, Nagorno-Karabaj, Chechenia, etc¨¦tera), regiones al margen del imperio de la ley y sometidas a los designios del Kremlin.
La determinaci¨®n de Putin no solo ha dejado desnuda a la UE. La respuesta final a la crisis de Barack Obama, que ayer anunci¨® una t¨ªmida lista de sanciones selectivas, marcar¨¢ definitivamente su capacidad de liderazgo en Occidente. Tambi¨¦n en Ucrania, una pugna geopol¨ªtica caracter¨ªstica de la guerra fr¨ªa en Europa, Obama ha subestimado la capacidad de Putin para desafiar el statu quo.
La resoluci¨®n diplom¨¢tica de este conflicto en ascenso es te¨®ricamente posible mientras Mosc¨² y Washington contin¨²en hablando. Nadie en Occidente quiere, por razones obvias, una larga confrontaci¨®n con Rusia a prop¨®sito de Ucrania, pero para evitarla es necesaria una determinaci¨®n hasta ahora inexistente. Permitir que Mosc¨² desmiembre sin consecuencias un pa¨ªs vecino, vulnerando la absoluta l¨ªnea roja de las fronteras establecidas, no es la mejor receta para mantener la paz en Europa.
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