Sobre balanzas fiscales
El conflicto entre Catalu?a y Espa?a no es por el d¨¦ficit fiscal, es por el autogobierno
El profesor ?ngel de la Fuente public¨® unas semanas atr¨¢s en estas p¨¢ginas un art¨ªculo sobre las balanzas fiscales. En el mismo polemizaba sobre algunas declaraciones m¨ªas. Me siento, en consecuencia, estimulado para formular tres comentarios al hilo de su art¨ªculo y, de manera m¨¢s general, de las discusiones y controversias sobre el significado y las implicaciones de las balanzas fiscales.
En primer lugar, me felicito porque por fin, y a ra¨ªz de la publicaci¨®n del trabajo del profesor De la Fuente y sus colaboradores, el Ministerio de Hacienda ha hecho p¨²blicos los datos de base sobre los cuales se pueden calcular las balanzas (y muchas otras cosas). Hac¨ªa mucho tiempo (por escrito, exactamente desde el 21 de febrero de 2013) que desde la Generalitat de Catalu?a los reclam¨¢bamos infructuosamente. M¨¢s vale tarde que nunca.
Disponer de las bases de datos es realmente lo esencial. A partir de ellas la comunidad acad¨¦mica, incluida la internacional (hay muchos centros de investigaci¨®n econ¨®mica aplicada en el mundo de gran competencia en asuntos como este), llevar¨¢ a cabo la tarea de elaboraci¨®n, an¨¢lisis, discusi¨®n y cr¨ªtica que se espera de ella. Y no lo duden: de ah¨ª saldr¨¢ luz. Por supuesto, tambi¨¦n los servicios t¨¦cnicos de la Generalitat podr¨¢n continuar la serie que confeccionaron sistem¨¢ticamente mientras dispusieron de datos (la ¨²ltima entrega corresponde al a?o 2010). Y, por supuesto, contamos con que el ministerio har¨¢ lo propio (como hizo una vez en el pasado, en concreto para el a?o 2005).
Disponer de las bases de datos es realmente lo esencial: de ah¨ª saldr¨¢ luz?
No hay una sino diversas balanzas fiscales entre la Administraci¨®n central (inclusive de la Seguridad Social) y las comunidades aut¨®nomas. Depende de la pregunta que se pretenda responder. En l¨ªneas generales, las balanzas son de dos tipos: las que se ajustan al m¨¦todo carga-beneficio y las que se ajustan al m¨¦todo del flujo monetario. Sin ¨¢nimo de ser muy precisos podr¨ªamos decir que la diferencia principal entre ellas radica en el c¨®mputo de gastos: por el m¨¦todo carga-beneficio se imputan a la comunidad aut¨®noma los gastos que proveen servicios p¨²blicos a sus ciudadanos, se realicen donde se realicen; por el m¨¦todo del flujo monetario se imputan a la comunidad aut¨®noma los gastos de todo tipo que se realizan en su territorio.
En principio, no est¨¢ predeterminado cu¨¢l de las dos balanzas tiene una magnitud superior y quiero subrayar que ambas metodolog¨ªas recogen todos los gastos (incluidos los de los ministerios y los de Defensa). Es habitual realizar y presentar ambos c¨¢lculos, y desde la Generalitat de Catalu?a siempre lo hemos hecho as¨ª. Al profesor De la Fuente, sin embargo, no le gusta el c¨¢lculo de las balanzas por el m¨¦todo del flujo monetario y, un tanto dogm¨¢ticamente, anuncia que no lo llevar¨¢ a cabo. Considera que es completamente indiferente si un servicio p¨²blico, digamos la labor de un ministerio, se realiza desde un territorio u otro.
Es esta una posici¨®n extrema, sobre todo en tiempos de gran desempleo, en que donde se realiza el gasto p¨²blico importa, y mucho, para la actividad econ¨®mica de las distintas unidades territoriales. Si tan inmaterial fuera no habr¨ªa mucha resistencia a, por ejemplo, situar el Tribunal Constitucional en Sevilla (en Alemania est¨¢ en Karlsruhe). En todo caso me limito a un enunciado modesto: la localizaci¨®n del gasto importa lo suficiente como para que valga la pena calcular la balanza por el flujo monetario. No es muy dif¨ªcil hacerlo una vez los datos est¨¢n disponibles.
En tiempos de gran desempleo importa, y mucho, d¨®nde se realiza el gasto p¨²blico?
Finalmente, el profesor De la Fuente se?ala (con un esp¨ªritu de ¡°ah¨ª te he pillado¡±) unas manifestaciones m¨ªas favorables al principio de que quien tenga m¨¢s pague m¨¢s e impl¨ªcitamente, por tanto, a aceptar, en el contexto pol¨ªtico-fiscal del presente, un d¨¦ficit fiscal catal¨¢n. No deber¨ªa sorprenderse el profesor De la Fuente. En su ra¨ªz, el conflicto pol¨ªtico entre los Gobiernos de Catalu?a y de Espa?a, ambos plenamente democr¨¢ticos, no es sobre d¨¦ficits fiscales. Es sobre autogobierno. Los ciudadanos de Catalu?a han sido fiscalmente solidarios, y no en menor cuant¨ªa, durante muchos a?os con los del resto de Espa?a, pero tambi¨¦n han reclamado durante muchos a?os solidaridad rec¨ªproca en aspectos para nosotros medulares: en respeto a nuestra diferencia y en autogobierno. Y, sin embargo, nos hemos movido en la direcci¨®n opuesta. La enfermiza pasi¨®n por la uniformidad y el centralismo se ha intensificado con el actual Gobierno del Estado.
Termino con una sugerencia al profesor De la Fuente que va m¨¢s all¨¢ de las balanzas fiscales. ?Por qu¨¦ no lleva a cabo, usted o sus colaboradores, un an¨¢lisis coste-beneficio del proyecto de inversi¨®n ¡°autogobierno de Catalu?a¡±? Por supuesto, desde el punto de vista espa?ol. Ni esperar¨ªa de usted ni le pedir¨ªa otra perspectiva, pero considere usted la posibilidad de que la negaci¨®n del autogobierno catal¨¢n entorpezca seriamente el objetivo del progreso econ¨®mico espa?ol, de que la pasi¨®n por la uniformidad sea una pasi¨®n destructiva tambi¨¦n para Espa?a. Un ¨¢mbito para m¨ª familiar y sobre el que tengo responsabilidades de gesti¨®n, el de las universidades y la investigaci¨®n, puede ser ilustrativo.
La pasi¨®n por la uniformidad puede ser destructiva para la propia Espa?a
En investigaci¨®n Catalu?a ha progresado enormemente en los ¨²ltimos 20 a?os. Contamos en el mapa europeo de la ciencia. Y de ello, claro est¨¢ y como es l¨®gico, se ha beneficiado la realidad y la reputaci¨®n cient¨ªfica espa?ola. No puedo hacer una afirmaci¨®n tan rotunda de progreso por lo que respecta al mundo universitario. Ah¨ª queda mucho recorrido pendiente. ?Por qu¨¦ la diferencia? Es muy simple. En investigaci¨®n hemos tenido m¨¢rgenes (fr¨¢giles) de autogobierno que han sido fundamentales para hacer posible la innovaci¨®n institucional. Nos hemos podido alinear con Europa. En universidades no ha sido. Las universidades deben vivir con un cors¨¦ normativo at¨ªpico en Europa e inspirado por lo que estoy denominando como pasi¨®n por la uniformidad, que ha frenado su competitividad y sus impulsos renovadores.
Me parece evidente que, como en el caso de la investigaci¨®n, el autogobierno de Catalu?a favorecer¨ªa las iniciativas universitarias de corte m¨¢s europeo y mejorar¨ªan la competitividad de las universidades catalanas y, con ellas, las espa?olas. Si esta afirmaci¨®n parece exagerada o pretenciosa basta con ponerla a prueba para confirmarla o desmentirla.
Andreu Mas-Colell es consejero de Econom¨ªa y Conocimiento de la Generalitat de Catalu?a.
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