Peligroso ¡®botell¨®n¡¯

Pese a la normativa que proh¨ªbe vender alcohol a los menores y las ordenanzas que tratan de poner freno al fen¨®meno del botell¨®n, en los dos ¨²ltimos a?os ha aumentado un 11% el porcentaje de j¨®venes de entre 14 y 18 a?os que confiesa consumir alcohol. En concreto, el 74% de los menores lo ha consumido en el ¨²ltimo mes y, lo que es m¨¢s grave, un tercio de ellos dice haberse emborrachado en ese tiempo. Una moda absolutamente insalubre ha hecho retroceder 20 a?os las cifras de consumo de alcohol entre los menores. Los datos que aporta la encuesta que cada dos a?os realiza el Plan Nacional sobre Drogas desde 1994, esta vez sobre 27.500 j¨®venes, revelan adem¨¢s que los de menor edad beben ahora m¨¢s que en a?os anteriores, lo que confirma una tendencia muy preocupante.

El estudio es claro: gran parte de la responsabilidad de este retroceso hay que imputarla a la moda del botell¨®n y su creciente extensi¨®n, no solo entre los menores, sino tambi¨¦n en otras edades. La clave del fen¨®meno es, como en el caso del cannabis, la baja percepci¨®n de riesgo que los j¨®venes tienen respecto de la ingesta del alcohol. Es curioso observar c¨®mo ha calado entre los menores el mensaje de que el tabaco es peligroso y, en cambio, no ha avanzado la misma idea respecto del alcohol o el cannabis. El consumo diario de tabaco entre los menores ha ca¨ªdo del 21,5% al 12,5% en 10 a?os. El de cannabis, en cambio, sigue subiendo y en estos momentos un 16,1% de los menores dice haberlo consumido en el ¨²ltimo mes. Los j¨®venes perciben el cannabis como una droga inocua y no tienen en cuenta los efectos negativos que tiene, por ejemplo sobre la memoria o la concentraci¨®n. El estudio relaciona por primera vez consumo de cannabis y rendimiento escolar y observa que el 44% de quienes consumen esta droga han repetido curso, frente al 27,9% entre el resto de estudiantes. Vista la tendencia, es evidente que las autoridades sanitarias han de revisar las pol¨ªticas de prevenci¨®n que se vienen aplicando.