Realidad real
Cuando hace 19 a?os Antonio L¨®pez aceptaba el encargo, la familia real gozaba de prestigio, cari?o y era inmune a toda cr¨ªtica. Hoy ya nada es igual para la instituci¨®n
En el reportaje El pintor en su estudio, de El Pa¨ªs Semanal del pasado 2 de marzo, el genial artista hiperrealista Antonio L¨®pez afirma que muy pronto terminar¨¢ el retrato de la familia real. En esa joya de culto dirigida por V¨ªctor Erice titulada El sol del membrillo se nos mostraba la obsesionada lucha del maestro por plasmar en un lienzo la realidad de un membrillo, hasta el punto de marcar la altura en los frutos, medir la incidencia del sol¡ Pero los membrillos terminan pudri¨¦ndose y el pintor abandona su obra, sirvi¨¦ndonos como met¨¢fora de la fugacidad de la vida y de la imposibilidad de atrapar el momento.
Cuando hace 19 a?os el pintor de Tomelloso aceptaba el encargo, la familia real gozaba de prestigio, cari?o y era inmune a toda cr¨ªtica, todo envuelto en un aura de campechanismo. Hoy, entre yernos, cacer¨ªas y operaciones de cadera, ya nada es igual para la instituci¨®n. No les vendr¨ªa mal en La Zarzuela una proyecci¨®n de la pel¨ªcula de Erice para que saquen sus propias conclusiones.
Con los de en medio
Por Maite vela, (correo electr¨®nico)
En la secci¨®n La Imagen de El Pa¨ªs Semanal del d¨ªa 2 de marzo, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s nos propone observar a los personajes de la fotograf¨ªa y pensar en qui¨¦n nos miramos, si en el pobre de la bicicleta o en la pareja escandalosamente rica. Si fu¨¦ramos sinceros, preferir¨ªamos mirarnos en los ricos, no creo que ellos se cambiaran por el de la bici, pero ?y los de en medio? ?No existen? Quiz¨¢ sea una utop¨ªa, pero todos tendr¨ªamos que mirarnos en los empleados a la puerta del hotel, que tienen un trabajo que es posible que les permita vivir dignamente, o en la chica que camina apresuradamente porque ella s¨ª tiene algo que hacer. Yo ya he escogido.
Mi eco impreso
Por Pilar Vivanco, (correo electr¨®nico)
Tengo delante un mont¨®n de dominicales y no lo encuentro. Pero da igual. Lo recuerdo muy bien. Buscaba un art¨ªculo de Javier Mar¨ªas. Lo que sent¨ª cuando lo le¨ªa sigue todav¨ªa: la urgente necesidad de decirle que nosotros somos el sentido de lo que hace. Nos expresamos a trav¨¦s de sus palabras.
La impotencia que yo siento a este lado encuentra eco cuando ¨¦l, Javier Mar¨ªas, lo plasma ah¨ª. Le necesitamos. Le necesito.
El ox¨ªgeno del domingo
Por M? Carmen Sandoval, (Sint Odilienberg, Pa¨ªses Bajos)
Se?or Javier Mar¨ªas, por favor, no deje nunca, pero nunca, de escribir. La columna La piadosa malevolencia (2-3-2013) es simplemente extraordinaria, no puedo resistir la tentaci¨®n de decirlo. Usted me da ox¨ªgeno cada domingo por la ma?ana, y me satisface constatar que todav¨ªa hay en este mundo personas cuerdas, normales y que pueden pensar. Un saludo afectuoso desde los Pa¨ªses Bajos.
Patentes y tiempos
Por Isabel Pons, (Madrid)
El art¨ªculo de Javier Mar¨ªas Un mundo m¨¢s triste y m¨¢s lerdo (23-2-2014) me ha sorprendido bastante por la comparaci¨®n hecha entre ¡°derechos de autor¡± que podr¨ªan considerarse ¡°derechos intelectuales, o de invenci¨®n¡±, es decir, patentables, y ¡°derechos de herencia sobre la propiedad¡±.
Ya que los derechos de autor, o de patente, son producto del trabajo, y con el dinero que de ellos se obtiene (si se hace) se compran bienes f¨ªsicos heredables tan indefinidamente si el dinero procede de trabajo f¨ªsico, intelectual ¡°inventivo¡± (tel¨¦fono, coche, medicinas¡) o intelectual art¨ªstico (m¨²sica, pintura, literatura).
La ¨²nica diferencia es que si usted descubre y patenta una excelente medicina o un robot dom¨¦stico estupendo, tiene, seg¨²n el caso, 10 a?os de patente, o dos periodos de 10 a?os, o uno de 20, siempre y cuando pague los derechos y adem¨¢s est¨¦ usando su invento, fabric¨¢ndolo¡ Tambi¨¦n puede vender la patente, si alguien no la refina o copia y patenta a su vez.
En comparaci¨®n, tener derechos de autor 60 o 70 a?os es un chollo, al menos si el p¨²blico quiere comprar. Entiendo por supuesto el enfado por la utilizaci¨®n torticera de Internet para descargas ¡°gratuitas¡±, pero no el victimismo que considera al creador de arte como alguien m¨¢s excelso que quien descubri¨® la vacuna de la viruela, por ejemplo.
Detalles de dise?o
Por Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Cue, (Madrid)
Me dirijo a ustedes haciendo una reflexi¨®n sobre el nuevo modelo de presentaci¨®n de El Pa¨ªs Semanal. Ya he pasado los 80 a?os y vengo comprando su peri¨®dico desde el primer n¨²mero. Ahora dudo que alguien menor de 60 compre su peri¨®dico ni ning¨²n otro, y aqu¨ª viene mi cr¨ªtica, porque no todo van a ser loas a lo genios y modernos que son. En el citado dominical es muy molesto tener que leer letras blancas sobre un fondo negro o rojo, aparte de que para descifrar algunos tipos de letra haya que echar mano de una lupa, con lo cual un tercio o m¨¢s del suplemento se queda sin leer. Por otro lado, los pies de foto, que ya no est¨¢n bajo la misma, sino en otra p¨¢gina anterior o posterior, hacen inc¨®modo seguirlas. Intuyo que esta carta ir¨¢ directamente a la papelera, aunque quiz¨¢ les haga pensar algo. Yo por lo menos me he quedado a gusto.
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