30 canciones que todo padre deber¨ªa ense?ar a sus hijos
Un periodista mel¨®mano y con descendencia cuenta a ICON la forma en que los progenitores pueden descubrir la m¨²sica a aquellos que llevan sus genes. Y propone una lista inuagural
Como un perrito de Pavlov, durante gran parte de mi infancia, el jazz me produc¨ªa mal cuerpo, una especie de v¨¦rtigo que me llevaba al borde de la n¨¢usea. No se trataba tanto de que fuera fisiol¨®gicamente hipersensible a las digresiones en la estructura o a los largos desarrollos atonales, sino m¨¢s bien que mi exposici¨®n al g¨¦nero en cuesti¨®n se produc¨ªa principalmente a bordo de un Seat 1430, en malas carreteras y con mucho sol. Mi padre, m¨¢s que intentar educarnos musicalmente a mi hermana mayor y a m¨ª, simplemente trataba de disfrutar de su m¨²sica favorita. Luego lleg¨® el walkman y hasta se inaugur¨® una autopista y mi relaci¨®n con el jazz dej¨® de ser psicosom¨¢tica.
Lo cierto es que con los a?os acab¨¦ picoteando en la colecci¨®n de discos de mi padre, despu¨¦s de haberme iniciado en la de mi hermana, de modo que sin duda los inicios de la formaci¨®n de mi gusto musical se la debo a mis mayores. Y aunque he compartido algunos bailoteos rid¨ªculos pero divertidos con mi hija, ella tiene ya siete a?os y trata de definir su propio criterio, a menudo casi en contra del m¨ªo. Si ve que me gusta, si le pregunto qu¨¦ le parece esa canci¨®n que suena en la radio del coche, casi seguro que tuerce el gesto. Pero un padre no debe desfallecer y, con la esperanza de que la etapa Bieber sea pasajera y hasta de alg¨²n modo formativa, aguardar el momento en el que surja la curiosidad.
Esa debe ser la funci¨®n de cualquier playlist, como lo era cuando se llamaban cintas y se las grab¨¢bamos a las chicas que nos gustaban y a los amigos ante los que dese¨¢bamos desplegar nuestro buen gusto. Ese buen gusto, si es que existe y alguna vez estuvimos cerca de ¨¦l, no se hereda ni se transmite gen¨¦ticamente, pero como padres tenemos la obligaci¨®n moral de mostrarles a nuestros hijos que aspirando a ¨¦l, buceando en las infinitas posibilidades que ofrece, se vive m¨¢s feliz.
Lo que sigue es una posible y muy personal playlist, 30 temas seleccionados sin criterios estil¨ªsticos ni cronol¨®gicos, sin hacer caso a las enciclopedias del rock ni respetando cuotas. No es el canon, pero s¨ª pretende funcionar como un punto de partida confeccionado apenas con las relaciones sentimentales que uno ha construido con determinada m¨²sica. Hagan del espacio para comentarios un lugar de utilidad general y propongan su lista, impugnen la m¨ªa con argumentos s¨®lidos, apoy¨¢ndose en la historiograf¨ªa o simplemente con sus man¨ªas personales. Vaya, hagan lo de siempre y h¨¢ganlo a su manera, que es la ¨²nica forma en la que de verdad se puede disfrutar de la m¨²sica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.