La esp¨ªa que regresa
Siempre hemos permanecido fieles a la condesa de Romanones, desde que vimos aquella portada del '?Hola!' junto a la duquesa de Alba y la entonces duquesa de Feria, Naty Abascal ?Tres bellezas desafiantes, con los cardados m¨¢s verticales y las permanentes m¨¢s s¨®lidas de la historia de la peluquer¨ªa espa?ola! Un aut¨¦ntico monte Rushmore de papel cuch¨¦.
Qu¨¦ duda cabe de que el sobresalto de la semana ha sido el atraco en la residencia de Aline Griffith, conocida como ¡°la esp¨ªa que vest¨ªa de rojo¡± (titulo de su best seller libremente inspirado en su vida como agente de la CIA) y tambi¨¦n por su magnifico t¨ªtulo nobiliario, condesa de Romanones. Unos ladrones ¡°muy educados¡±, seg¨²n la propia v¨ªctima, entraron en su elegante domicilio madrile?o y, aunque la maniataron, no pudieron llevarse joyas ni mucho dinero. Aline es americana y est¨¢ instruida en que en casa no se guarda dinero en efectivo ni joyas apabullantes. Los periodistas le preguntaron si hab¨ªa pasado miedo. ¡°Despu¨¦s de trabajar 35 a?os para la CIA, estoy m¨¢s que preparada para enfrentarme a situaciones de alto riesgo¡±, dispar¨® Aline. ?OK?
Siempre hemos permanecido fieles a esta se?ora desde que vimos aquella hist¨®rica portada del ?Hola! en la que posa junto a la duquesa de Alba y la entonces duquesa de Feria, Naty Abascal. ?Tres bellezas desafiantes, con los cardados m¨¢s verticales y las permanentes m¨¢s s¨®lidas de la historia de la peluquer¨ªa espa?ola! Un aut¨¦ntico monte Rushmore de papel cuch¨¦. Cuando sus libros reventaron las listas de los m¨¢s vendidos, empez¨® a cardarse el g¨¦nero de novela de esp¨ªas con protagonista sencilla que, sin embargo, se convierte en una agente estupenda. Haciendo, as¨ª, de la condesa de Romanones la madre literaria de Sira Quiroga, la atrevida hero¨ªna de El tiempo entre costuras. La autora juraba que sus historias eran autobiogr¨¢ficas. Mucha gente disfrut¨® desmontando esa versi¨®n, pero sus libros continuaron vendi¨¦ndose en los aeropuertos. Ahora, en nuevos tiempos salpicados de ladrones digitales y desmemoria, Griffith reaparece con un robo cl¨¢sico: ladrones encapuchados, arist¨®crata con el servicio de hogar disfrutando de su tiempo libre, casopl¨®n en zona exclusiva y que, con final feliz, nos deja una lecci¨®n: aunque el glamour es nost¨¢lgico y a?oramos damas verdaderas, tranquiliza saber que a¨²n existen amigos de lo ajeno que no son del tipo imputado com¨²n y corriente.
La condesa no ha perdido su mirada telesc¨®pica y ha sabido, con elegancia europea y precisi¨®n americana, apuntar las claves que deben resolver este caso. Aline ha matizado que los asaltantes eran espa?oles, de casi cuarenta a?os, ¡°con un trato educado, casi cort¨¦s. Y casados¡±. Pero ?casados entre ellos? Evitaron la complicaci¨®n de llevarse cuadros porque, como tantos empresarios emprendedores, buscaban cash. Por eso, en un momento dado, la exagente ofreci¨® extenderles un cheque, quiz¨¢ como maniobra de distracci¨®n; y los encapuchados declinaron con la excusa de que era weekend. Romanones podr¨ªa retomar su vena literaria, ya que ser esp¨ªa vuelve a estar muy de moda, como la guerra fr¨ªa y la tensa relaci¨®n Rusia-EE?UU en el reparto de Europa. Este episodio revitaliza a Griffith, acerc¨¢ndola al mismo plano medi¨¢tico de Edward Snowden. Ambos han sido figuras clave en la historia de la CIA, aunque representen dos momentos diferentes, dos formas distintas de proceder y arreglarse.
Aline deber¨ªa recuperar su rol de esp¨ªa y averiguar c¨®mo se presupuestan los elevados salarios de los europarlamentarios. Hemos sabido que pueden ganar m¨¢s de 6.000 euros mensuales, disponer de 20.000 para establecer sus oficinas y 300 de dietas por cada d¨ªa de sesi¨®n. Con esas y otras prebendas es dif¨ªcil ver al Europarlamento como un cementerio de elefantes. M¨¢s bien es un sitio perfecto para hacerse un buen dinero sin asaltos ni futuras imputaciones. Tanto alboroto y pol¨¦mica sobre las listas se entiende mejor cuando sabes que se trata de un sistema para enriquecer a unos cuantos, bajo el paraguas de lo que hacen por nosotros.
Aline deber¨ªa recuperar su rol de esp¨ªa y averiguar c¨®mo se presupuestan los elevados salarios de los europaramentarios
Otra importante pesquisa para cualquier agente es de qui¨¦n y qu¨¦ tipo de presiones reciben los ch¨®feres de los altos cargos que se han manifestado recientemente como un colectivo atemorizado, incluso humillado. Sus clientes, altos cargos p¨²blicos, exigen que superen l¨ªmites de velocidad, les explotan haci¨¦ndoles esperar fuera de restaurantes y tiendas. Aline tiene un novel¨®n esperando ser escrito por sus enjoyadas manos y brillante cabeza.
Tambi¨¦n podr¨ªamos enviar a la condesa de Romanones a las conferencias que el dictador guineano Obiang impartir¨¢ tanto en la Universidad de Educaci¨®n a Distancia (UNED) como en el Instituto Cervantes. Fuentes de la Universidad han querido aclarar que es un centro aut¨®nomo e invita a quien le parece. Recordemos que Gaddafi financiaba una c¨¢tedra en la London School of Economics. Obiang y su hijo son objeto de una investigaci¨®n policial en Francia, y esa Euroc¨¢mara de sueldos dadivosos ha manifestado ¡°preocupaci¨®n por la falta de respeto al Estado de derecho en Guinea¡±. Aline, tambi¨¦n preocupada, deber¨ªa camuflarse entre el p¨²blico de esa conferencia del dictador en el Instituto Cervantes de Bruselas, que versar¨¢ sobre El espa?ol en ?frica (queda claro que si le agregas la palabra ¡°espa?ol¡± a algo, el Cervantes te abre las puertas sin mayor esfuerzo). Pero all¨ª el peligro para Romanones ser¨ªa que el dictador guineano la reconociera: una de sus aficiones reconocidas, aparte de la de enriquecerse a costa de su pueblo, es el estudio exhaustivo del ?Hola!
Para ver cumplida esta misi¨®n, Romanones tiene que intervenir, hablar con padre e hijo Obiang como una experimentada esp¨ªa sabe hacerlo y reconvertir a los empedernidos delincuentes en una nueva baza para la Agencia Americana de Inteligencia.
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