La estrategia del desbordamiento
La Asamblea Nacional Catalana quiere ejercer el doble papel de guardiana y vanguardia del proceso de independencia de Catalu?a. Lo considera irreversible y lo empujar¨ªa de manera decisiva si hiciera falta
Es bastante evidente que el clima de tensi¨®n pol¨ªtica y de incertidumbre ante el envite soberanista en Catalu?a no se puede sostener indefinidamente. 2014 es un a?o taumat¨²rgico pero, una vez finalizado, cuando hayan ca¨ªdo todas las hojas del calendario, es de suponer que volveremos a recuperar un ambiente m¨¢s sosegado y, esperemos, bastante menos atiborrado de propaganda. La urgencia y el determinismo hist¨®rico del proyecto secesionista perder¨¢ mucha fuerza, sobre todo si la famosa consulta anunciada para el 9 de noviembre no se lleva a cabo y, m¨¢s a¨²n, si Artur Mas no convoca para entonces elecciones anticipadas como suced¨¢neo. A medida que nos adentremos en el 2015 y nos aproximemos a las elecciones generales previstas para finales de ese a?o, el independentismo radical lo tendr¨¢ bastante dif¨ªcil para provocar el llamado choque de legitimidades.
En el siguiente ciclo pol¨ªtico, la pulsi¨®n secesionista se convertir¨¢ en un factor cr¨®nico de tensi¨®n, en un elemento de desestabilizaci¨®n grave, pero sin posibilidades de producir un jaque mate al orden constitucional. Principalmente porque, en condiciones normales, el muro de la legalidad es insalvable. Y porque, adem¨¢s, el conflicto es irresoluble en los t¨¦rminos que se plantea. Pero eso no significa que el envite vaya a desaparecer sino todo lo contrario: est¨¢ m¨¢s bien llamado a enquistarse muchos a?os. Como ha escrito el exdiplom¨¢tico Carles Casajuana (El secesionismo catal¨¢n y la Uni¨®n Europea; EL PA?S, 13 de marzo de 2014), nuestra pertenencia al club europeo act¨²a de garant¨ªa para que las reglas de juego democr¨¢ticas se respeten por parte de ambos Gobiernos. Como nadie puede doblegar al otro, lo m¨¢s probable es que el pleito se prolongue. Ahora bien, los pol¨ªticos y los partidos no son los ¨²nicos actores del tablero catal¨¢n. Ya apunt¨¦ tiempo atr¨¢s, cuando todav¨ªa nadie hablaba de riesgo insurreccional, que la presi¨®n del entramado asociativo secesionista es enorme y que se propone influir decisivamente en el desarrollo de los acontecimientos (El accidente insurreccional; EL PA?S, 11 de julio de 2013).
Hay un sector radical que s¨ª imagina, desea incluso, ver a los tanques entrando por la Diagonal
Despu¨¦s del ¨¦xito de la cadena humana en la pasada Diada, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), presidida por Carme Forcadell, antigua militante de ERC, se ha convertido en un actor relevante. Es una entidad que cuenta con 50.000 miembros, entre socios y colaboradores, una implantaci¨®n territorial muy amplia, considerables recursos econ¨®micos y una notable capacidad log¨ªstica. Adem¨¢s, ha logrado institucionalizar algunas iniciativas importantes, como la campa?a ¡°Firma un voto¡± con la ayuda de los casi 700 ayuntamientos que hoy integran la Asociaci¨®n de Municipios por la Independencia. Dicha iniciativa, que se basa en el derecho de petici¨®n, recogido en la Constituci¨®n y regulado en la legislaci¨®n, pretende reunir el mayor n¨²mero posible de firmas para, llegado el caso, transformarlas en un voto que legitime una ulterior declaraci¨®n unilateral de independencia del Parlamento catal¨¢n o, incluso, como veremos despu¨¦s, por parte de alg¨²n otro organismo que se atribuya la representaci¨®n popular. Paralelamente la ANC se dispone a aprobar, a principios de abril, una hoja de ruta 2014-2015 cuyo borrador ha llamado poderosamente la atenci¨®n, pues certifica que su estrategia es la de forzar un desbordamiento popular a favor de la secesi¨®n. Su objetivo es evitar que el conflicto entre en una v¨ªa muerta, se enquiste, fatigue a los ciudadanos y pierda fuerza. En definitiva, que se desperdicie lo que muchos consideran que es un momento de apoyo excepcional a la independencia. Por eso concentra toda su esperanza en un calendario de poco m¨¢s de siete meses, entre la celebraci¨®n de la pr¨®xima Diada y el d¨ªa de Sant Jordi del 2015, fecha elegida para que Catalu?a proclame la secesi¨®n, de una forma u otra.
En dicho documento queda patente la voluntad de vigilar atentamente el proceso, que la ANC considera ya del todo irreversible, y de empujarlo de manera decisiva si hiciera falta. La entidad se atribuye el doble papel de guardiana y vanguardia para afrontar los cuatro escenarios que considera m¨¢s probables: a) que la consulta se lleva a cabo ¡°de forma m¨¢s o menos tolerada¡±, en un clima de estabilidad y fiabilidad suficientes; b) que se haga ¡°con la oposici¨®n total del aparato jur¨ªdico, pol¨ªtico y medi¨¢tico del Estado espa?ol¡± y, por tanto, con d¨¦ficits de participaci¨®n; c) que no se lleve a cabo porque el Gobierno catal¨¢n considere que ¡°la situaci¨®n pol¨ªtica y social no lo permite¡±; y d) que la consulta no se haga porque ¡°la Generalitat ha sido pol¨ªtica y jur¨ªdicamente suspendida¡±. En los dos primeros escenarios, el papel de la ANC es de acompa?amiento y refuerzo de la Generalitat, mediante una serie de acciones, como campa?as masivas para que triunfe la opci¨®n del doble s¨ª y constituyendo organizaciones unitarias para garantizar el activismo en todos los pueblos, barrios y ciudades. Aqu¨ª la entidad actuar¨ªa de guardiana, como agente de presi¨®n e incluso, se puede leer entrel¨ªneas en el documento, ejerciendo la coacci¨®n, particularmente con los ayuntamientos que no fueran favorables a la consulta o la obstaculizasen por colisionar con la legalidad constitucional.
Pero lo m¨¢s inquietante no es eso, sino el papel de vanguardia dirigente que se atribuye la ANC en los otros dos escenarios. Veamos primero la situaci¨®n m¨¢s improbable, la suspensi¨®n de la Generalitat. Ante esa circunstancia la entidad se propone constituir una asamblea de cargos electos de cualquier nivel (local, auton¨®mico, estatal y europeo) para proceder a la declaraci¨®n de independencia. Anteriormente, en el momento en que quedase claro que no se va a celebrar la consulta, entrar¨ªa en funcionamiento una asamblea de alcaldes para garantizar ¡°las estructuras pol¨ªticas administrativas m¨ªnimas¡± ante los escenarios m¨¢s complicados, organismo que se pondr¨ªa a las ¨®rdenes del Presidente de la Generalitat. Del texto se desprende que Catalunya vivir¨ªa una situaci¨®n parecida a un estado de sitio, que obligar¨ªa a la autoorganizaci¨®n civil. El lector puede pensar que estamos ante un relato de ficci¨®n, pero lo peligroso es que hay un sector del independentismo radical que s¨ª imagina, desea incluso, ver a los tanques entrando por la Diagonal.
Si se creara un escenario insurreccional, la entidad pasar¨ªa a encarnar la voluntad del pueblo
Por ¨²ltimo, tenemos el escenario pol¨ªticamente m¨¢s probable. En septiembre, inmediatamente despu¨¦s de que el Parlamento catal¨¢n apruebe la ley de consultas no referendarias, Mas firmar¨¢ el decreto de convocatoria, sin dar tiempo a que el Gobierno espa?ol pueda antes recurrir dicha ley al Tribunal Constitucional y evitar as¨ª la firma del decreto. El l¨ªder de CDC no busca celebrar la consulta sino ¨²nicamente apuntarse un gesto de enorme trascendencia para el nacionalismo: ser el primer presidente de la Generalitat que ha convocado oficialmente a los catalanes a autodeterminarse. Sabe que el Estado va a anular la consulta y que, aunque el Gobierno catal¨¢n se empe?ase en llevarla a cabo, no pasar¨ªa los m¨ªnimos democr¨¢ticos exigibles a nivel internacional (V¨ªctor Andr¨¦s Maldonado, ?Un refer¨¦ndum democr¨¢tico?; EL PA?S, 28 de febrero de 2014). Pero eso a Mas no le preocupa. Siempre podr¨¢ argumentar que ¨¦l cumpli¨® su promesa, pero que Madrid se lo impidi¨®. Con ese triunfo simb¨®lico, su deseo es sortear el 2015, con la inc¨®gnita primero de las elecciones municipales y luego de las generales.
Aqu¨ª es donde la estrategia de la ANC est¨¢ dise?ada para desbocar la ret¨®rica oportunista de Mas, forz¨¢ndole a anticipar elecciones tras las cuales, una mayor¨ªa independentista, declare la secesi¨®n. Aunque no haya cita con las urnas, no cabe duda de que el solo gesto de firmar la convocatoria de la consulta va a alentar much¨ªsimo el desbordamiento popular que persigue la ANC, pudi¨¦ndose crear un escenario insurreccional el que la entidad pase a encarnar la voluntad del pueblo. Algo de eso ya vimos en 2012 cuando de alguna manera el poder de decisi¨®n pareci¨® transferirse a la calle. Y estoy convencido de que no vamos a conocer previamente muchos de los detalles de su plan. En esas circunstancias, un Mas muy presionado puede verse obligado a convocar elecciones. Pero lo m¨¢s probable es que, antes de eso, denuncie solemnemente la falta de democracia en Espa?a y con ello legitime la estrategia del desbordamiento que persigue la ANC.
Joaquim Coll es historiador.
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