?Funerales de Estado?
Se ha dicho mucho y bueno de lo que signific¨® Su¨¢rez en la Transici¨®n pol¨ªtica espa?ola. Probablemente, la gran mayor¨ªa, puras exageraciones de la t¨ªpica ex¨¦gesis hispana post m¨®rtem.
Uno de los muchos y graves errores de dicha Transici¨®n, en la que Su¨¢rez tendr¨¢ ¡ªdigo yo¡ª una alta responsabilidad, es la no ruptura con determinadas imposiciones ideol¨®gicas perversas como es la confusi¨®n, cuando no identificaci¨®n, entre Estado e Iglesia.
De esta forma, nos encontramos en estos d¨ªas, con el se?or Su¨¢rez sublimado a bien de Estado, con el Estado rindi¨¦ndole honores y con la Iglesia como ¨²nico medio posible para otorg¨¢rselos.
Quiz¨¢ uno de los muchos asuntos pendientes de nuestra Constituci¨®n sea el de separar de una vez por todas y de forma n¨ªtida la creencia individual de cada ciudadano con la posici¨®n com¨²n y distante que debe tener un Estado sobre cuestiones de mera fe.
?Funerales de Estado? Ser¨¢n funerales de familia, funerales cat¨®licos o lo que usted quiera, pero funerales de Estado creo que no.¡ª Justo Rubio Cobos. Zamora.
Permitir la presencia de Teodoro Obiang, dictador de Guinea Ecuatorial, en el funeral de Estado en memoria de Adolfo Su¨¢rez resulta del todo incoherente y una ofensa a su recuerdo. Ahora asiste a sus exequias el que vet¨® al art¨ªfice de la Transici¨®n cuando en 1992 trat¨® de llevar a Guinea Ecuatorial hacia un sistema democr¨¢tico. Ahora se une al lamento por su p¨¦rdida aquel que, tan solo dos a?os antes de que Espa?a viviera un intento de golpe de Estado, protagoniz¨® uno en su pa¨ªs que triunf¨® y le alz¨® al poder, permiti¨¦ndole instaurar la dictadura que arrastra hasta el d¨ªa de hoy. Ahora Obiang se viste de luto para recordar a aquel que desoy¨® las insistencias de los golpistas por ser consciente de representar al Estado. Ahora. Ahora que Su¨¢rez no puede permanecer sentado.¡ª Daniel ?lvarez. Madrid
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