¡°Una ciudad sostenible reduce la pobreza y las desigualdades¡±
El director de ONU Habitat para Am¨¦rica Latina y Caribe cree que una mayor regulaci¨®n ayudar¨ªa a que distintas clases socioecon¨®micas tuvieran acceso al mismo tipo de barrio
Sus pies han pisado m¨¢s de 100 ciudades, algunas en Espa?a, a saber, Barcelona, Zaragoza, Madrid, Granada..., as¨ª que recuerde de manera r¨¢pida y no sin dudar largo rato sobre la cantidad exacta. Sin embargo, al director regional de ONU-Habitat para Am¨¦rica Latina y el Caribe, Elkin Vel¨¢squez (Medell¨ªn, Colombia), no le lleva ni un segundo se?alar el modelo ideal de urbanismo sostenible: el distrito neoyorquino de Manhattan. ¡°Compacto, con edificios en altura que ocupan aproximadamente el 50% del suelo dejando el resto para v¨ªas y espacios p¨²blicos, incluidos los verdes¡±, resume. ¡°Luego hay ciudades que, aunque sean un caos, tienen alma y te enganchan. Como Marrakech¡±, a?ade. Y se apresura a destacar la belleza de las calles de la capital mientras pasea por el c¨¦ntrico barrio de Chamber¨ª.
Vel¨¢squez recuerda que lo que hoy es ONU-Habitat naci¨® con el objetivo de la b¨²squeda y promoci¨®n de soluciones de vivienda, pero con el tiempo se dieron cuenta que no era suficiente. ¡°Ten¨ªamos que tratar el problema de manera general. Empezamos a hablar entonces de asentamientos humanos, de la vivienda en su contexto, de los servicios p¨²blicos, los transportes¡ y todo esto junto tiene un nombre: ciudad¡±.
Sobre estas cuestiones se debati¨® en el primer Foro Urbano Mundial que se celebr¨® en Nairobi en 2002. Bianualmente se ha repetido la cita en Barcelona, Vancouver, Nanjin, R¨ªo y N¨¢poles. Desde el 5 de abril pr¨®ximo, ser¨¢ Medell¨ªn ¨Cdonde naci¨® Vel¨¢squez¨C, la que acoja la s¨¦ptima. El reto: que el crecimiento de las ciudades, donde reside m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial (y aumentando), sea sostenible econ¨®mica y medioambientalmente. Aunque ante un trabajo previo mal hecho, la soluci¨®n pasa por una transformaci¨®n de lo que ya tenemos. ¡°En Am¨¦rica Latina hay ejemplos de que se puede hacer esa transici¨®n. Uno de ellos es Bogot¨¢¡±, indica esperanzado. Saber c¨®mo conseguirlo y los beneficios de la inversi¨®n requerida para dicha transformaci¨®n son las claves que deben manejar los responsables pol¨ªticos para tomar decisiones sobre sus ciudades, apunta Vel¨¢squez. De ah¨ª, ¡°la importancia de que la agenda urbana entre en las prioridades de la agenda de desarrollo. Especialmente en Am¨¦rica Latina¡±.
Pregunta. ?C¨®mo es para usted una ciudad ideal sostenible?
Respuesta. Conectada e incluyente. Se construye o se recupera volviendo a lo b¨¢sico, a los elementos del urbanismo social que implican tener suficiente suelo urbano para lo p¨²blico, para los servicios colectivos, para las calles¡ La proporci¨®n ideal ser¨ªa de 50-50 o 60-40 entre dedicaci¨®n a suelo privado y al p¨²blico. Otro criterio de sostenibilidad es promover los usos mixtos del suelo en torno a nuevos centros con una muy buena conexi¨®n gracias a sistemas de movilidad apropiados, privilegiando el transporte p¨²blico frente al veh¨ªculo particular. Eso es lo que est¨¢n haciendo algunas ciudades modernas y sostenibles. Tambi¨¦n se debe facilitar la diversidad cultural y grupal en los barrios. Sabemos que la homogeneidad social genera m¨¢s conflictos. Estudios cient¨ªficos ya lo han demostrado. Las ciudades sostenibles son, adem¨¢s, compactas. Hay que promover la densidad sostenible con edificaciones en altura y en torno a los nodos de transporte. Todo esto facilita la inclusi¨®n social y por ende, la disminuci¨®n de las desigualdades sociales. En esas ciudades es en las que estamos seguros que va a haber m¨¢s riqueza para redistribuir y los pobres van a tener m¨¢s posibilidades de integrarse y ser incluidos.
P. ?Qu¨¦ beneficios aporta invertir en este tipo de ciudades?
R. Nuestros estudios e investigaciones sugieren que un buen desarrollo urban¨ªstico tiene un impacto econ¨®mico directo favoreciendo el crecimiento y reduciendo las desigualdades y la pobreza. Toma tiempo reconcentrar las ciudades, as¨ª como recuperar barrios. Lo bonito de este proceso es que algunos barrios vulnerables hemos visto que con intervenciones apropiadas despu¨¦s de un tiempo se vuelven c¨¦ntricos. Se corre el riesgo de que suba el precio del metro cuadrado del suelo, y algunas poblaciones se vean obligadas a trasladarse a otros barrios de un menor nivel de ingresos. Pero lo que se espera es que si el cambio se lleva a cabo incorporando a las comunidades, estas puedan quedarse all¨ª y beneficiarse de nuevas oportunidades.
P. ?C¨®mo se consigue esa integraci¨®n frente al peligro de segregaci¨®n?
R. En Am¨¦rica Latina las grandes urbes tienden a concentrar la desigualdad. Hay barrios de ricos y barrios de pobres claramente segregados. Para conseguir m¨¢s integraci¨®n debe haber tanta regulaci¨®n del Estado como sea necesaria, junto a toda la din¨¢mica del mercado que sea posible. Creo que en el mundo aprendi¨® la lecci¨®n en este sentido. La desregulaci¨®n total conduce precisamente a ciudades segregadas; as¨ª que cuando proponemos planificaci¨®n, regulaci¨®n y legislaci¨®n, estamos hablando de un Estado que juegue un papel importante.
P. Y la relaci¨®n causa-efecto entre ciudad sostenible y reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad, ?c¨®mo se produce?
Los pobres deber¨ªan, por su condici¨®n, tener las mejores localizaciones en la ciudad
R. Sabemos que la reducci¨®n de la desigualdad en un pa¨ªs depende de las pol¨ªticas nacionales para la distribuci¨®n de la riqueza. Pero un alcalde tiene la posibilidad de planear la ciudad para que la poblaci¨®n pueda acceder m¨¢s f¨¢cilmente a los servicios colectivos, como el transporte. Tambi¨¦n es fundamental que los espacios p¨²blicos y las infraestructuras sean de calidad para todos, principalmente para los m¨¢s pobres. As¨ª, en una ciudad t¨ªpica latinoamericana donde hay sectores ricos, medios y pobres, se podr¨ªa afirmar que la infraestructura social p¨²blica y los servicios sociales como la educaci¨®n, deber¨ªan tener las mejores calidades en los sitios m¨¢s vulnerables. Es decir, los m¨¢s desfavorecidos tienen derecho a un acceso directo a servicios y espacios p¨²blicos de calidad y a estar bien localizados en la ciudad. Hay que recordar que el esquema de desarrollo normal que prevalece en Am¨¦rica Latina hace que los pobres vivan alejados de las oportunidades, de los lugares de trabajo o del acceso a los servicios sociales. Y esto por una raz¨®n simple: las viviendas de inter¨¦s social tienen un indicador cr¨ªtico que es el precio del suelo y el suelo m¨¢s barato es en general el que est¨¢ alejado de las ¨¢reas centrales. Las familias de bajos ingresos est¨¢n condenadas a vivir alejadas de las oportunidades sin poder salir de la trampa de la segregaci¨®n social. En este sentido, apostamos por los barrios mixtos.
P. Pero, ?c¨®mo crearlos?
R. Con una planificaci¨®n urbana que facilite que en ellos puedan residir personas con diferentes niveles de ingresos u or¨ªgenes ¨¦tnicos o religiosos. Esto requiere de instrumentos de pol¨ªtica p¨²blica que faciliten el acceso de los desfavorecidos a sitios mejor localizados. Suelo decir que el mejor consejo que uno puede dar a un alcalde o a alguien responsable de una pol¨ªtica urbana para solucionar los problemas de desigualdad es localizaci¨®n, localizaci¨®n y localizaci¨®n. Los pobres deber¨ªan, por su condici¨®n, tener las mejores localizaciones en la ciudad, vivir cerca de las oportunidades que ¨¦sta brinda. Y deber¨ªamos planificarla de tal manera que puedan acceder a ellas. Hay responsables p¨²blicos que podr¨¢n objetar que los suelos urbanos bien localizados son los m¨¢s caros. Es cierto, pero hay formas de hacer la tarea y que todos ganen. La regulaci¨®n puede permitir que en barrios de altos ingresos se reserven espacios para personas, o familias, de ingresos medio o bajos. Tambi¨¦n hay otras f¨®rmulas como establecer un subsidio para el alquiler, en vez de para adquirir una vivienda...
P. Esto excede la mera planificaci¨®n urbana. Ata?e a las pol¨ªticas de un Gobierno, desde fiscales hasta de servicios p¨²blicos...
R. S¨ª, una ciudad sostenible engloba todas esas pol¨ªticas, pero con una base: el plano urbano de la ciudad. Si no hay una planificaci¨®n, se desarrolla una ciudad para ricos y otra para pobres. A esto lo llamamos t¨¦cnicamente segregaci¨®n socio espacial. Sin embargo, esto no ocurre si hay un plan que siga los principios de ciudad sostenible, con una trama urbana bien trazada, con espacios p¨²blicos de proporciones apropiadas, diversidad social en los barrios y diversidad de usos del suelo. ?Qu¨¦ hacer para que la gente pueda estar cercana a su trabajo? En lugar de zonificar y tener las ¨¢reas industriales, comerciales y de servicios separadas, y adem¨¢s desagregadas por niveles socioecon¨®micos, lo correcto ser¨ªa mezclar m¨¢s esos usos del suelo, para que las personas vivan en un sitio en el que su oficina o sitio de trabajo queden cerca y no tengan que invertir dos horas de su d¨ªa en transporte. Podr¨ªan dedicar ese tiempo a otras cosas, incluido a divertirse. Pero tambi¨¦n puede emplearlo para estar con sus hijos o para generar ingresos de otra manera o aprovechar talentos y capacidades en otras ¨¢reas.
P. ?Hay alguna experiencia de ¨¦xito en este sentido?
R. Hay una muy bonita en el barrio Juan Pobo, no muy lejos del centro de Medell¨ªn. All¨ª se inici¨® un proceso de mejora y recuperaci¨®n integral del barrio, expuesto a riesgos naturales. Cuando la Administraci¨®n lleg¨® all¨ª a proponer a los vecinos una soluci¨®n de vivienda ofreci¨¦ndoles una casa en propiedad lejos del centro, la comunidad dijo que no, porque no quer¨ªan moverse ya que habitaba cerca de sus trabajos. Pidieron que se buscase una soluci¨®n que no supusiera desplazarse y perder su localizaci¨®n. La Administraci¨®n encontr¨® una soluci¨®n t¨¦cnicamente apropiada. La localizaci¨®n es un elemento fundamental con un impacto pol¨ªtico central: evita las brechas urbanas. Y esto se sustenta en elementos e instrumentos t¨¦cnicos que no es que sean lo ¨²ltimo en la ciencia del urbanismo. Al contrario, son b¨¢sicos, lo que pasa es que requieren de mucha voluntad y visi¨®n a largo plazo de los dirigentes. Y todav¨ªa no se ha dado...
P. ?Qu¨¦ tiene que cambiar para que se produzca?
R. Los responsables pol¨ªticos deber¨ªan promover la construcci¨®n de ciudad y no solo de viviendas. Los proyectos de vivienda responden a ciclos financieros de corto plazo, de unos cuatro a?os. La construcci¨®n de una urbe bajo criterios de sostenibilidad es, sin embargo, un proceso a medio y largo plazo que necesita reglas de juego claras, como una regulaci¨®n apropiada de usos del suelo, y una financiaci¨®n apropiada.
P. ?C¨®mo implicar a la ciudadan¨ªa en la importancia de invertir en la ciudad, sobre todo a aquella parte empobrecida, quiz¨¢ m¨¢s preocupada por cubrir sus necesidades b¨¢sicas?
R. El ejemplo de esto es Brasil. All¨ª se logr¨® sacar de la pobreza a mucha gente, que pas¨® a ser de clase media, todav¨ªa vulnerable, pero clase media en t¨¦rminos de ingreso. Esas personas ya tienen resuelto lo b¨¢sico y hoy est¨¢n preocupados por acceder a las oportunidades de la ciudad, como los servicios sociales y culturales. Eso implica, por ejemplo, la necesidad de mejorar movilidad, que antes no era necesariamente lo m¨¢s importante para ellos y hoy es central, casi un derecho. Pero las ciudades tienen a¨²n lo que las compa?¨ªas de seguros llaman preexistencias, es decir, han heredado problemas de sus patrones urban¨ªsticos de vieja data. Esto provoca manifestaciones reivindicando cambios. En Brasil, literalmente. Por supuesto, con las movilizaciones no est¨¢n diciendo directamente ¡®necesito una ciudad mejor planificada¡¯. Pero s¨ª que te est¨¢ diciendo que la ciudad que tienen no les da lo que quieren y necesitan. Ese algo m¨¢s tiene que ver con la ciudad sostenible y se construye en el medio plazo. Esto mismo, est¨¢ ocurriendo en M¨¦xico, Colombia, y otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, porque el modelo prevalente de ciudad de los ¨²ltimos 50 a?os no se reg¨ªa por los elementos b¨¢sicos del buen urbanismo que promovemos hoy.
P. Para dar un empuje a estas cuestiones, ?habr¨¢ una meta en la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible tras 2015 que arranque un compromiso para una planificaci¨®n correcta de las ciudades?
R. Esa es una decisi¨®n que est¨¢ por tomarse en las negociaciones que mantengan los Estados miembros de las Naciones Unidas. Dicho esto, la buena noticia es que en el proceso de discusi¨®n a nivel global, el Panel de Alto Nivel para la elaboraci¨®n de la Agenda reconoci¨® en su informe la importancia de las ciudades para el desarrollo sostenible. El mismo Secretario General de Naciones Unidas ha dicho que la batalla del desarrollo la ganaremos o perderemos en las urbes. Adem¨¢s de esto, muchos grupos de trabajo, investigadores, acad¨¦micos, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, autoridades locales e incluso gobiernos nacionales, est¨¢n planteando la importancia de tener un objetivo sobre ciudades sostenibles. Los Estados miembros de Naciones Unidas tienen que definir lo mejor para el futuro de la humanidad, y tendr¨ªa mucho sentido que hubiera un objetivo sobre ciudades sostenibles. Claramente.
P. ?Cree que se producir¨¢ ese acuerdo?
R. Puede haber sectores de presi¨®n a los que en el corto plazo no les convenga una transformaci¨®n de la ciudad. Debemos mostrarles que en el medio y largo plazo tambi¨¦n van a ser ganadores. Y es muy importante no comprometer las ganancias a largo plazo por rentabilidades cortoplacistas y puntuales. Y eso implica mantener discusiones importantes con los diferentes actores, como los constructores, transportistas, grupos pol¨ªticos, ciudadanos de distintos niveles socioecon¨®micos. Ayuda mucho tener l¨ªderes en las ciudades convencidos, con la evidencia en la mano, de los beneficios de un nuevo paradigma de ciudad y una nueva agenda urbana.
P. ?frica y Am¨¦rica Latina est¨¢n siendo punta de lanza en la planificaci¨®n sostenible. ?Por qu¨¦?
R. ?frica est¨¢ urbanizado en m¨¢s o menos un 30%, es decir, tres de cada diez habitantes viven en ciudades. Eso supone que hay mucho margen de crecimiento con una planificaci¨®n urbana previa bajo criterios de sostenibilidad. Es fundamental que se construyan ensanches, expansiones urbanas, adaptados a las circunstancias actuales de esas ciudades. Con un porcentaje del suelo apropiado para lo p¨²blico...
P. Eso en ?frica, pero en Am¨¦rica Latina, como en Europa o Estados Unidos, las ciudades ya est¨¢n construidas.
R. Por supuesto, una cosa es elaborar un nuevo plan y otra intervenir la ciudad ya construida para mejorarla, lo cual tiene m¨¢s coste, incluido social y pol¨ªtico. Este es el caso en Am¨¦rica Latina. Pero los beneficios son much¨ªsimo m¨¢s importantes en el medio y largo plazo. La clave es incorporar los principios de urbanismo que he mencionado dentro de procesos de revitalizaci¨®n, regeneraci¨®n, rehabilitaci¨®n y mejoras del barrio y la ciudad. En este sentido, hay ciudades que est¨¢n haciendo muchas cosas. La sede del Foro Urbano Mundial, Medell¨ªn, es una de ellas. Construy¨® el metro cable, que es una v¨ªa de transporte a¨¦reo a lo largo de un corredor que sirvi¨® para interconectar dos partes de la ciudad que estaban desconectadas. Sao Paulo tambi¨¦n est¨¢ llevando a cabo unos procesos de intervenci¨®n interna orientados a generar nuevas condiciones din¨¢micas. Esto es, gracias a la mejora de una zona estrat¨¦gica, se produce un efecto positivo sobre las ¨¢reas cercanas. Y eso se traduce en un incremento del valor del suelo urbano. Se construye riqueza.
P. En las europeas, con siglos de historia de construcci¨®n y crecimiento, ?qu¨¦ se puede hacer?
R. Hay que reconocer que muchas ciudades europeas est¨¢n haciendo un trabajo importante para dar ese giro hacia criterios de sostenibilidad. Por ejemplo, cuando hablamos de movilidad sostenible, se est¨¢ promoviendo mucho la ciudad caminable o en la que se da preferencia a m¨¦todos de movilidad limpios como la bicicleta. En Europa hay diferentes problemas ¨Caunque prefiero llamarlos desaf¨ªos¨C, pero tambi¨¦n soluciones. Lo importante es que en realidades diferentes los principios son los mismos. Es la aplicaci¨®n lo que tiene que contextualizarse. Esto facilita el di¨¢logo global y permite ver que ciudades norteamericanas, africanas, asi¨¢ticas, latinoamericanas o europeas comparten algunos desaf¨ªos y oportunidades. Y que los principios para el desarrollo urbano sostenible pueden ser el gu¨ªa.
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