Pintalabios y votos
Las mujeres afganas luchan por abrirse camino a pesar de las dificultades
Tras la ca¨ªda del r¨¦gimen talib¨¢n, en 2001, numerosas mujeres afganas se lanzaron a la calle en busca de maquillaje. Pintarse los ojos y los labios era la forma m¨¢s inmediata de reivindicar la dignidad y la belleza, despu¨¦s de unos a?os atroces en los que llevar las u?as esmaltadas les pod¨ªa costar la amputaci¨®n de los dedos. Claro que eso era lo de menos. M¨¢s duro resultaba no poder estudiar ni re¨ªrse ni trabajar ni vivir como un ser humano.
Hoy, 13 a?os despu¨¦s, las afganas hacen cola para registrarse y votar, el s¨¢bado, en los comicios presidenciales. Ser¨¢ la primera vez que se da un traspaso del poder entre dos mandatarios elegidos en las urnas. Y ser¨¢ la primera vez que una mujer se postula a la vicepresidencia. Se llama Habiba Sarabi y es una m¨¦dica apacible y risue?a, que ha sido gobernadora de Bamiy¨¢n ¡ªdonde los integristas dinamitaron los Budas milenarios¡ª y que ahora acompa?a a Zalmai Rassoul, exministro de Exteriores, cercano al actual presidente, Hamid Karzai, y candidato favorito.
Afganist¨¢n sigue sumido en su estado habitual de incertidumbre. Instituciones fr¨¢giles, pobreza, corrupci¨®n y narcotr¨¢fico amenazan el porvenir tanto como las milicias talibanes, que siguen ensangrentando el pa¨ªs y las esperanzas. La retirada de la OTAN este a?o incrementa el desasosiego.
Pero hay donde aferrarse. Las ingentes inversiones que la comunidad internacional ha destinado a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs empiezan a dar frutos, m¨¢s en las ciudades que en el campo, y una poblaci¨®n joven y din¨¢mica (siete de cada 10 afganos tiene menos de 25 a?os) mira el futuro con ganas.
La Constituci¨®n aprobada en 2004 garantiza la igualdad de sexos, y hoy las mujeres estudian, trabajan, votan (fueron un 40% del electorado en los dos ¨²ltimos comicios) llegan a ministerios y tienen representaci¨®n parlamentaria (casi un 30% de los esca?os). Y tienen, sobre todo, enormes anhelos de salir adelante. Hay una ¨¦lite bien preparada y dispuesta a pelear por los cambios. Pero les faltan instrumentos. Como en muchos otros lugares, las tradiciones se imponen a las leyes, y cambiar mentalidades lleva tiempo. Pero en ello est¨¢n.
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