Aceite resbaladizo

Cada vez que un grupo empresarial espa?ol corre el riesgo de caer en manos de capital extranjero se desata una tormenta de voces pla?ideras ¡ªentre las cuales sobresalen las de los pol¨ªticos locales¡ª que derraman torrentes de l¨¢grimas por la p¨¦rdida de la espa?olidad y exigen ipso facto la ¡°intervenci¨®n¡± del Estado. Los Gobiernos, sensibles al cebo de la espa?olidad, se prestan a mediar en alambicadas operaciones para garantizarla. Sucede aqu¨ª y ahora con Deoleo, el grupo l¨ªder mundial de aceite de oliva (marcas: Carbonell, Koipe, Hojiblanca, Louit). Algunos de sus accionistas (Bankia, Kutxabank, Caixabank y BMN) desean vender sus acciones en Deoleo (un 31% del total), un grupo de fondos de inversi¨®n (Fondo Estrat¨¦gico Italiano, CVC, Carlyle, Rhone y Pai Partners) quiere comprarla y de inmediato se han desbordado las lamentaciones nacionalistas. Todos claman por mantener el control accionarial (el comprador tendr¨¢ que presentar una opa por el 100% del capital) en manos espa?olas y muchos exigen que se descarte a la empresa italiana. Entretanto, se agitan las aguas, y con ellas los aceites, para que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tome el capital que venden las cajas.

No resulta ocioso explicar sumariamente tres puntos sencillos: 1. El aceite no es un mercado estrat¨¦gico, como s¨ª lo es el de la energ¨ªa, por ejemplo. 2. La participaci¨®n accionarial obedece a reglas de mercado, es decir, que mantener empresas en manos espa?olas cuesta dinero, y alguien tendr¨¢ que ponerlo. 3. El Estado no est¨¢ para salvaguardar espa?olidades, sino para procurar la legalidad de la compraventa. Dicho lo cual, nada impide que la SEPI compre una participaci¨®n de Deoleo, siempre y cuando explique en el Congreso las razones de la compra (detallando ventajas y costes, por favor).

Se observa adem¨¢s en estos casos un recrudecimiento del doble lenguaje. Mientras se proclama que el aceite es un mercado y que los Gobiernos no pueden intervenir impunemente en ¨¦l, se trabaja en la trastienda para orientar la venta y conducir al capital p¨²blico a defender el basti¨®n patri¨®tico. No es esto lo que hay que hacer; pero si se quiere hacerlo, d¨ªgase con claridad y ¨®brese en consecuencia en todos los casos.