De los Objetivos del Milenio a los de Desarrollo Sostenible
Es el tiempo de las decisiones pol¨ªticas; el bal¨®n est¨¢ ahora en el campo de los gobiernos, que son los que tendr¨¢n que dise?ar la agenda que se aprobara en septiembre del 2015
630 d¨ªas. Esta cifra permanece en la retina de quienes tenemos la responsabilidad de cumplir con la agenda delos Objetivos de Desarrollo del Milenio. 630 d¨ªas para cumplir una hoja de ruta, firmada por 192 pa¨ªses hace ahora 14 a?os, para acabar con la pobreza mundial y mejorar el bienestar de todos los seres humanos.
El mundo ha cambiado mucho desde aquella Declaraci¨®n del Mileno capaz de movilizar voluntades pol¨ªticas y de concertar, en ocho objetivos, la agenda de desarrollo internacional. Es tiempo de evaluar y de renovar compromisos pol¨ªticos reales. En este contexto, el Secretario General de la ONU lanz¨® un proceso de reflexi¨®n y debate para configurar la nueva agenda del ¡°Futuro que queremos¡° bajo dos principios: acelerar y terminar la tarea a la que nos emplaza el cumplimiento de la Declaraci¨®n del milenio, e incorporar los nuevos retos de un mundo distinto y complejo a partir de las lecciones aprendidas en estos 14 a?os.
?Cu¨¢l es el papel de la comunidad internacional en este contexto? Acabar la tarea. Si hacemos balance del tiempo transcurrido, son muchos los avances conseguidos; fundamentalmente en lo que se refiere la pobreza extrema, el acceso universal a la educaci¨®n primaria, el combate a la malaria o el acceso al agua potable.
Tal y como arrojan diferentes informes de la ONU, numerosos pa¨ªses han avanzado enormemente en el logro de los Objetivos del Milenio. Y algunos de los progresos m¨¢s significativos de los ¨²ltimos a?os se han producido en los pa¨ªses m¨¢s pobres. Podemos hablar de un balance positivo, s¨ª, pero no triunfalista. Los buenos resultados no nos impiden ver todo aquello que no hemos sido capaces de cumplir, ni los grandes retos que tenemos por delante, algunos de ellos no emerg¨ªan con tanta claridad en el a?o 2000 y otros, desgraciadamente persisten.
Lo que no ofrece dudas es que los ODM nos permitieron tener una agenda com¨²n influyendo en las pol¨ªticas p¨²blicas, construir indicadores claros y medibles y un sistema de monitoreo y rendici¨®n de cuentas.
?Cu¨¢les son los retos a los que nos enfrentamos ahora?
- Una agenda nueva para un mundo nuevo. El mundo de hoy es interdependiente, los modelos de crecimiento y consumo est¨¢n en cuesti¨®n y el binomio donante-receptor, sobre el que se construyeron los ODM, est¨¢ obsoleto, y las pol¨ªticas de desarrollo est¨¢n cambiando e incorporando nuevas f¨®rmulas como la cooperaci¨®n sur-sur. Los polos de influencia se han multiplicado y se han ido desplazado hacia nuevas realidades emergentes, con mayor peso pol¨ªtico y econ¨®mico en el tablero internacional. Esta nueva realidad est¨¢ siendo patente tanto en el proceso como en el enfoque de la agenda.
- Una agenda de todos/as. Una de las grandes cr¨ªticas a la agenda del milenio se refer¨ªa a que fuera dise?ada por una minor¨ªa para aplicarla a una mayor¨ªa. Para enmendar esta realidad, la discusi¨®n de la agenda post 2015 se ha iniciado con una fuerte vocaci¨®n de participaci¨®n. Hace algo m¨¢s de un a?o, el sistema de Naciones Unidas lanz¨® un proceso complejo, tratando de conseguir la mayor participaci¨®n global posible. Con este prop¨®sito se lanzaron 11 consultas tem¨¢ticas; una encuesta global m¨¢s (con la participaci¨®n de un mill¨®n de personas); 88 consultas nacionales, diferentes informes de personas eminentes , expertos e instituciones; 22 estructuras de sistema y una discusi¨®n virtual y global, que es el resumen de un proceso de participaci¨®n sin precedente, con el objetivo de contar con todas las voces y talentos.
- Una agenda Universal para todos/as. El car¨¢cter universal de la agenda de desarrollo post 2015 ha sido uno de los temas m¨¢s controvertidos en la primera fase del debate. Sin embargo, este concepto aparece en todos los documentos clave de NNUU aprobados por los estados. En el documento final de Rio +20 se establece que "los ODS deben ser ( ... ) de car¨¢cter global y universal aplicable a todos los pa¨ªses , teniendo en cuenta las diferentes realidades nacionales , capacidades y niveles de desarrollo y el respeto de las pol¨ªticas nacionales y las prioridades".
Bajo este concepto, estar¨ªamos ante un verdadero cambio de paradigma, y de aplicaci¨®n de la nueva agenda de desarrollo internacional. La agenda del milenio fue recibida con cr¨ªticas por el hecho de haber sido concebida por un grupo reducido de donantes del Norte, para ser ¡°impuesta ¡°y desarrollada en los pa¨ªses del sur¡±. En el actual proceso, todo parece indicar que esto no volver¨¢ a suceder.
Parece evidente que los retos a los que nos enfrentamos hoy, la erradicaci¨®n de la pobreza el desarrollo sostenible, la paz y la estabilidad, la lucha contra los efectos adversos el cambio clim¨¢tico, la desigualdad y la cohesi¨®n social, la violencia de g¨¦nero, el desempleo, la regulaci¨®n de los sistemas financieros internacionales, son preocupaciones globales, con independencia del desarrollo de los pa¨ªses que necesitan de respuestas concertadas. Adem¨¢s, es necesario incorporar en la nueva agenda los bienes p¨²blicos globales que no pueden ser proporcionados por los pa¨ªses individualmente.
As¨ª, los llamados pa¨ªses desarrollados deben demostrar una voluntad de acuerdo, especialmente en los aspectos que tendr¨¢n que aplicarse a ellos mismos y rendir cuentas de sus resultados, lo que implica ser coherente entre lo que se predica fuera y lo que se ejecuta dentro. A ello hay que sumarle el rol de los pa¨ªses emergentes que tendr¨¢ que ser m¨¢s activo en la soluci¨®n de los problemas de desarrollo de todos.
Para implementarla, hay que abordar una verdadera revoluci¨®n de los datos, capaz de medir las realidades con precisi¨®n, y de generar la transparencia suficiente en el seguimiento de las pol¨ªticas p¨²blicas y la rendici¨®n de cuentas de los resultados, para lo que hay que fortalecer las instituciones de recogida de datos y de trasparencia de todos los pa¨ªses.
Una agenda coherente con los dem¨¢s procesos como la ronda de Doha, el proceso de Monterrey o la agenda de lucha contra el cambio clim¨¢tico. No es posible abordar el desarrollo mundial sin tener cuenta coherentemente las dem¨¢s dimensiones.
En este contexto, el sistema de las Naciones Unidas contin¨²a liderando consultas que permitan ahora avanzar m¨¢s sobre el c¨®mo desarrollar esta agenda y sigue proporcionando apoyo t¨¦cnico a los estados miembros. Sin embargo, es el tiempo de las decisiones pol¨ªticas; el bal¨®n est¨¢ ahora en el campo de los gobiernos, que son los que, a trav¨¦s del grupo abierto para los objetivos de desarrollo sostenible, y el foro de alto nivel tendr¨¢n que dise?ar la agenda que, con el impulso del Secretario General de NNUU, se aprobara finamente en septiembre del 2015. Justo cuando vence el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Es tiempo para la coherencia, la altura de miras y la voluntad pol¨ªtica.
Leire Paj¨ªn es asesora de pol¨ªticas en el equipo para la Agenda Post 2015 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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