Pobres con trajes de lujo

Es muy probable que los beneficiarios ni siquiera lleguen a enterarse, pero la ropa que un d¨ªa podr¨ªan ponerse ha sido protagonista de una larga historia y un buen n¨²mero de titulares de prensa. Desprovistos de etiquetas, como ha ordenado el juez, los trajes que los cabecillas de la trama G¨¹rtel entregaron al exjefe de gabinete en la Consejer¨ªa valenciana de Turismo, Rafael Betoret, ir¨¢n a parar a los contenedores de ropa y zapatos usados que el Ayuntamiento tiene instalados en Valencia.

Se dar¨¢ la paradoja, si una mano avispada no interrumpe el itinerario habitual de lo depositado en esos contenedores, de que alguna persona sin ingresos suficientes para comprarse ropa, acabe vestida con prendas confeccionadas en la muy selecta sastrer¨ªa Milano y Forever Youg de Madrid. Los de la trama no reparaban en gastos con el fin de complacer los exquisitos gustos de quienes quer¨ªan sobornar. Son, en concreto, 11 trajes, 4 americanas, 2 abrigos y 1 pantal¨®n hechos a medida, por los que la trama pag¨® 13.499 euros. Las prendas fueron entregadas por Betoret tras ser condenado por un delito de cohecho impropio. La sentencia le impon¨ªa una multa de 9.600 euros y la obligaci¨®n de entregar las prendas, que hasta ahora han permanecido en los juzgados.

Los trajes m¨¢s renombrados no eran, sin embargo, los de Betoret, sino los que la trama habr¨ªa regalado al entonces presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, que tambi¨¦n fue imputado. Varios de los acusados acordaron con sus abogados aceptar los cargos y evitar as¨ª pasar por un jucio. De acuerdo con el C¨®digo Penal vigente en el momento de recibir las d¨¢divas, la pena ser¨ªa llevadera.

Pero, en el ¨²ltimo momento, Camps cambi¨® de opini¨®n y no se present¨®. Aunque unos meses antes del juicio tuvo que dimitir del cargo de presidente, afront¨® con notable desparpajo la pena de telediario y su paso por el banquillo. Al final, por cinco votos contra cuatro, el jurado popular lo absolvi¨® por entender que no estaba probado que hubiera recibido regalos y que en caso de recibirlos, no ser¨ªa en funci¨®n de su cargo. El Supremo ratific¨® el veredicto de modo que Camps puede seguir luciendo sus trajes mientras los de Betoret, que afronta nuevas acusaciones, van camino del contenedor.