Siete estilismos que ning¨²n festival se merece (incluido el de Coachella)
Del 'look' De Niro de Di Caprio a las mechas californianas de Jared Leto. Los disfraces masculinos m¨¢s inexplicables para ver un concierto
Diademas de flores, shorts-braga y chaletos de flecos. El uniforme del Coachella en su versi¨®n femenina es de sobra conocido. Pero, ?qu¨¦ pasa con los hombres? La primera semana del festival californiano nos ha dejado un buen cat¨¢lago de estilismos totalmente inexplicables por lo poco pragm¨¢ticos o surrealistas.
Porque puede que Coachella se haya convertido en una especie de parque tem¨¢tico en el que todo aquel famoso que quiera hacerse pasar por moderno debe dejarse ver y fotografiar, pero aunque su raz¨®n de ser haya mutado, a¨²n nadie se ha atrevido a decir que est¨¢ all¨ª por un motivo distinto a la m¨²sica.
As¨ª que asumamos que la funci¨®n que la ropa debe cumplir es cubrir el cuerpo del hombre durante 12 horas de conciertos, en mitad del desierto, a m¨¢s de 35 grados de temperatura. Y sobre esa base, analicemos estos estilismos:
1. El profesional. Jared Leto ya lo demostr¨® en los Oscar. Est¨¢ por encima de la media en cuesti¨®n de autopercepci¨®n y estilismo. Pero parece que ha salido corriendo de una sesi¨®n de fotos de Vogue Italia para llegar a tiempo el Coachella. Todo resulta tan medidamente cool y provocador que termina siendo artificial. La camisa de cuadros, los pantalones de cebra equilibrados con las cl¨¢sicas Vans y, por supuesto, ese pelo siempre perfecto. La onda con la curva exacta, el matiz de rubio adecuado. Una obra de ingenier¨ªa capilar. Ll¨¢menlo sobreproducci¨®n o envidia insana.
2. El ¨¹berheterosexual. Alexander Skarsgard encarna a ese modelo de festivalero que est¨¢ en peligro de extinci¨®n en estos tiempos de postureo tuiteado. Unos vaqueros, una camiseta normal (ni cuello de pico, ni tirantes, ni retro, ni agujereada, ni nada) y unas gafas de sol. No se puede ser m¨¢s b¨¢sico ni menos generoso. Porque, con los abdominales que gasta el vampiro de True Blood, no quitarse la camiseta a casi 40 grados no es decoro sino mala fe.
3. El guiri fuera del agua. No le han dado el Oscar y no le van dar el premio al mejor vestido en Coachella. Leonardo Di Caprio se present¨® en el festival haciendo gala de un estilismo que lleva cultivando desde hace a?os y en el que se mezclan varios referentes claros: el turista estadounidense que habita en la Sagrada Familia, Tony Soprano y Robert De Niro jugando al golf. Una est¨¦tica tan imposible como su bailecitos en pleno concierto de MGMT. Sabemos que sabe hacerlo mejor. El lobo de Wall Street es una buena muestra de no sufre una par¨¢lisis en la cadera y de que un polo, bien elegido y ochentoso, no tiene por qu¨¦ sentarle mal.
4. El fan fatal. La chica rubia de la foto es Frances Bean, hija de Courtney Love y Kurt Cobain. El hombre que va de su mano, no es el fantasma de su difunto padre, sino su novio, Isaiah Silva, l¨ªder de Rambles. Freud tendr¨ªa seguro mucho que decir sobre esta pareja. Pero dejando de lado el complejo de Electra, Silva deber¨ªa recordar que ya ha pasado carnaval, que disfrazarse de su suegro resulta de mal gusto y que los pitillos de estampado ¨¦tnico los carga el diablo.
5. Coachella Shore. Es comprensible que Kellan Lutz quiera sacarle el m¨¢ximo partido a sus jornadas maratonianas en el gimnasio. Nadie hace 1.200 abdominales al d¨ªa para luego cubrirse con un burka, pero el actor parece un streaper de despedida de soltera o, en el mejor de los casos, un tronista de Mujeres, hombres y viceversa. Un festival no es un reallity... de momento.
6. Justin Bieber. ?l es una categor¨ªa en si mismo. Apareci¨® por sorpresa en el Coachella y lo hizo de esta guisa: pantalones de chandal pesqueros, camiseta XXL, cadena y gorrito a lo Woody Allen. Un atuendo que parece gritar ?Todo me da igual! El problema es que lo hace tan fuerte que termina transmitiendo el mensaje contrario. A saber: "?Estoy desesperado por parecer cualquier cosa que no sea Justin Bieber!". N¨®tese tambi¨¦n el pa?uelo al cuello tipo atracador de diligencias, un cl¨¢sico ya de esta edici¨®n del Coachella. Da?os colaterales de hacer una macrofiesta en mitad de un terreno arenoso, como bien saben los rocieros.
7. Los posmodernos. ?Qu¨¦ hacer si en el evento supuestamente m¨¢s cool de la temporada hace acto de presencia la categor¨ªa anterior (Justin Bieber)? Pues lo l¨®gico ser¨ªa llevarse las manos a la cabeza; pero lo ir¨®nico es abrazarlo, reivindicarlo y procamar que es lo mejor que pod¨ªa pasarle al festival. Un concierto de Bieber en el Palacio de los deportes de Madrid apesta, en el Coachella, mola. Y si adem¨¢s de hacerte una camiseta con la cara de este individuo te pones un bigote de mentira (aunque debajo tengas un mostacho cual Wyatt Earp) la caricatura hipsters est¨¢ completa.
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