Falso determinismo econ¨®mico

Dentro del discurso que el poder econ¨®mico y pol¨ªtico ha elaborado con el fin de justificar la idoneidad de sus decisiones, ha prevalecido una idea con un cierto grado hipn¨®tico intelectual para mucha gente: ¡°No se pod¨ªa hacer otra cosa que lo que se ha hecho¡±. Es decir, disminuir salarios y pensiones, recortar y empeorar la sanidad y la educaci¨®n y degradar las condiciones laborales hasta l¨ªmites impensables hace pocos a?os. Falso razonamiento confirmado, cada vez m¨¢s, por estudios rigurosos y honestos sobre esta realidad.

Es evidente que en econom¨ªa, como en otros muchos ¨¢mbitos de la vida, no hay una ¨²nica y exclusiva forma de afrontar la realidad. Existen varias. Unas formas que dependiendo de la respuesta que se d¨¦ a preguntas tan b¨¢sicas como ¡°a qui¨¦n se pretende beneficiar¡± o ¡°c¨®mo se intenta ponerla en pr¨¢ctica¡± dan muchas claves sobre la verdadera intenci¨®n de sus promotores m¨¢s all¨¢ de la pura ret¨®rica del discurso con el que las envuelven. Por ejemplo, si en el primer caso se respondiera diciendo que se trata de beneficiar a la mayor¨ªa de los ciudadanos y en el segundo, que hay que aplicar pol¨ªticas de sostenibilidad y respeto al medio natural y a la dignidad de los trabajadores, es evidente que el austericidio que nos han impuesto no ser¨ªa el m¨¢s adecuado, ni mucho menos.¡ª Horacio Torvisco Pulido.