La soledad de la joven ministra italiana
Maria Elena Boschi, benjamina del gabinete de Renzi, se sincera en una entrevista de 'Vanity Fair' "Me gustar¨ªa compartir mi tiempo libre con alguien con el que so?ar un futuro juntos", confiesa
"?Hijos? Quiero tres. A veces pienso que ya voy con retraso (...) Deseo mucho encontrar a un compa?ero. Llevo un a?o soltera y echo de menos la vida de pareja (...) Vuelvo tarde del trabajo, la casa est¨¢ siempre vac¨ªa, me quedo all¨ª, sola, bebiendo mi taza de leche (...) A lo mejor si me pas¨¦ el d¨ªa discutiendo unas enmiendas con un diputado de la oposici¨®n; me gustar¨ªa al menos compartir mi tiempo libre con alguien con el que so?ar un futuro juntos". Esta es, bien desplegada, la lista de deseos de una mujer de 33 a?os que ha debutado como el miembro m¨¢s joven del equipo del primer ministro de Italia, Matteo Renzi. Se trata de Maria Elena Boschi, que ostenta la cartera de Reformas institucionales, y que esta semana se ha confesado con la edici¨®n nacional de la revista Vanity Fair.
La entrevista ¨ªntima con la ministra caus¨® sensaci¨®n en Italia, donde la l¨ªnea que separa lo p¨²blico de lo privado y la cr¨®nica pol¨ªtica del sensacionalismo siempre fue muy sutil. Sus palabras y su foto, con un look inspirado en La Primavera, de Botticelli, nutrieron el clich¨¦ y los argumentos de sus detractores, por un lado, y conquistaron y enternecieron a sus seguidores, por el otro. En su breve vida institucional, Boschi ya ha sido varias veces blanco de cr¨ªticas y ataques. La mayor¨ªa no ha tenido nada que ver con el m¨¦rito de su trabajo, sino con ser mujer, joven y -su m¨¢xima culpa- guapa. Los tres elementos, juntos, para muchos italianos parecen ser sin¨®nimo de no preparada.
R¨ªos de tinta se derramaron para comentar su conjunto de pantalones y chaqueta ce?idos y de color azul el¨¦ctrico el d¨ªa del juramento del Ejecutivo en el Quirinale, el coraz¨®n de la vida institucional de la Rep¨²blica, donde vive el Jefe de Estado. M¨¢s aun se debati¨® sobre el min¨²sculo resquicio de piel que se le vio en la espalda cuando se agach¨® hacia adelante para firmar su mandato. Hasta circularon por Internet fotos de aquel instante, en las que, gracias a las travesuras del Photoshop, un sensual tanga de dudoso gusto se asomaba por encima de los pantalones.
La cruz de su atractivo naci¨® tras una broma del derechista Silvio Berlusconi: "Es tan guapa que no s¨¦ c¨®mo puede ser comunista", dijo. Se convirti¨® en la f¨¢cil inspiraci¨®n de los c¨®micos de televisi¨®n, incluso de una que participa en un programa de tendencia m¨¢s hacia la izquierda de la cadena Rai3. Ante ello, Boschi contesta en Vanity Fair: "Intento reaccionar con la sonrisa y no desanimarme. Sin embargo, cuando los ataques vienen de una mujer me hieren aun m¨¢s. Porque todas las mujeres, en todos los ¨¢mbitos, saben muy bien que cada una de nosotras debe esforzarse el doble que los hombres. Debemos siempre demostrar que somos el doble de buenas que ellos".
La entrevistadora subraya el catolicismo practicante de Boschi, que la aleja del centroizquierda italiano. En la entrevista, la ministra aclara: "La fe inspira mi compromiso pol¨ªtico, pero las decisiones hay que tomarlas respetando las ideas de todos, tambi¨¦n las de los que no creen". Como ejemplo, cita a sus propias amigas: "Tengo muchas de mi edad o un poco mayores que es que tienen que viajar a Espa?a para quedarse embarazadas", admite, aludiendo a que en Italia, la ley todav¨ªa proh¨ªbe la fecundaci¨®n con donantes. En cuanto al aborto, permitido en todas los supuestos, se modera: "Tienen que existir estructuras que ayuden a las mujeres a cumplir esta elecci¨®n en conciencia, que no sea por desesperaci¨®n. No juzgo quien decide abortar, solo puedo imaginar lo dif¨ªcil tiene que ser. Yo no podr¨ªa hacerlo nunca jam¨¢s". Tampoco huye del tema de los derechos de los homosexuales: "En teor¨ªa, no soy contraria a que estas parejas puedan adoptar, pero creo que debemos empezar con reconocerles otros derechos m¨¢s importantes".
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