?Sin pantalones en el metro!
Madrid, Berl¨ªn, Nueva York... Hora punta. Miles de personas se dirigen a sus trabajos o a sus centros de estudio. Los medios de transporte son un hervidero de gente con prisa, maletines de trabajo, mochilas con libros y caras habitualmente serias. La prioridad est¨¢ en el reloj, en llegar a tiempo. Las calles, los pasillos de las diferentes estaciones y las escaleras mec¨¢nicas se convierten en una carrera de obst¨¢culos.
El diario The Washington Post puso el foco en esta situaci¨®n y observ¨® la relaci¨®n que hay entre el contexto, la percepci¨®n y las prioridades. Con este objetivo, el prestigioso violinista Joshua Bell se coloc¨® en una de las estaciones de metro m¨¢s concurridas de Washington en plena hora punta y toc¨® aut¨¦nticas obras maestras interpretadas como lo que era, un verdadero m¨²sico. En menos de una hora pasaron delante de ¨¦l m¨¢s de mil personas, de las cuales tan solo siete se pararon a escucharle (una de ellas hab¨ªa estado recientemente en uno de sus conciertos) y veintisiete le dieron dinero sin apenas pararse. Tres d¨ªas antes, Bell llen¨® el Symphony Hall de Boston, donde la entrada m¨¢s econ¨®mica es de cien d¨®lares. Al leer este caso muchos nos identificamos con las personas que no se detuvieron ante el artista.
?Qu¨¦ nos sucede en el metro, en el tren o en el autob¨²s? Pensemos ahora en las expresiones que vemos en los dem¨¢s y, tambi¨¦n, en la nuestra. En estas situaciones y sobre todo si viajamos solos, el gesto de nuestra cara se vuelve r¨ªgido, serio, impert¨¦rrito¡ La cuesti¨®n es ?qu¨¦ hace falta para liberarnos de ¨¦l? ?Para mostrar un gesto m¨¢s amable?
Fue en el metro donde el comediante Charlie Todd puso en marcha el primer proyecto de Improv Everywhere hace 13 a?os, motivado por su pasi¨®n hacia la actuaci¨®n y la comedia. Cuando a¨²n no pod¨ªa formar parte de compa?¨ªas de teatro, decidi¨® hacer sus propios escenarios y uno de sus primeros proyectos en 2002 fue, nada m¨¢s ni nada menos, que pasearse por el metro sin pantalones. M¨¢s all¨¢ de si esta situaci¨®n nos parece m¨¢s o menos absurda, lo interesante es ver c¨®mo a partir de ella se genera el contacto social entre personas an¨®nimas y se contagian emociones que les hace abandonar ese rictus serio del que hablamos.
Todd eligi¨® un d¨ªa de enero y centr¨® su c¨¢mara oculta en una chica que hac¨ªa el trayecto inmersa en la lectura de su libro. ?l con abrigo, bufanda, gorro¡ y ?sin pantalones! entra en el vag¨®n del metro. La chica comienza a mirarle de arriba abajo, incr¨¦dula ante lo que ve, pero hace todo lo posible por continuar con la lectura y dirige de nuevo su atenci¨®n al libro. En las seis paradas siguientes, amigos de Todd van entrando en el vag¨®n sin pantalones pero con toda naturalidad, comport¨¢ndose como si no se conocieran entre ellos. L¨®gicamente la situaci¨®n se vuelve m¨¢s extra?a para la chica, que guarda el libro y comienza a observar la reacci¨®n de los dem¨¢s. Es en el momento que mira a otras personas, que sonr¨ªen abiertamente, cuando ella sonr¨ªe t¨ªmidamente y hace lo posible por evitar la carcajada. Para Charlie Todd este es el mejor momento, ya que antes de que la experiencia fuera compartida pod¨ªa generar temor, confusi¨®n¡ pero en el momento que hay un contacto social, se transforma en algo gracioso. A¨²n as¨ª, es llamativo como la chica intenta conceder normalidad al momento, evitando mirar a las personas que van sin pantalones y actuando como si no pasara nada.
La reacci¨®n de la chica le motiv¨® a seguir generando experiencias positivas, absurdas y alegres, sirvi¨¦ndose de la participaci¨®n voluntaria de la gente, tal y como cuenta en su intervenci¨®n en TED en 2011. En la actualidad, el d¨ªa sin pantalones en el metro se ha convertido en una iniciativa mundial que se repite anualmente.
Un tren tambi¨¦n fue el escenario elegido por Christine Rabette para su famoso corto Merci!, en el que el protagonista con su risa, despierta la de los viajeros que hasta el momento viajaban ensimismados en sus pensamientos. Las carcajadas de unos y otros iluminan el rostro de todos y el, hasta ese momento, triste vag¨®n de tren.
Imagen: vpickering. Licencia Creative Commons
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