Esperanza
Menos mal que, frente a la brutalidad de la Espa?a inmortal, siempre nos quedar¨¢ la poes¨ªa
Tardar¨¢ mucho tiempo en nacer, si es que nace,?/ un andaluz tan claro, tan rico de aventura.?/ Yo canto su elegancia con palabras que gimen / y recuerdo una brisa triste por los olivos. ?Te suena esto, Esperanza? Son versos, son maravillosos, y son de Federico Garc¨ªa Lorca, que fue un rojo espa?ol. El hombre que los inspir¨®, Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas, tambi¨¦n era espa?ol, y era torero, pero t¨² no le habr¨ªas gustado ni una pizca.
?Ay, Esperanza, qu¨¦ verg¨¹enza! Ahora que se habla tanto de identidad, de nacionalidad, de la marca Espa?a, me abruma pensar que las dos somos mujeres, de la misma ciudad, incluso del mismo barrio, que las dos tenemos carn¨¦ de conducir y que a las dos nos gustan los toros. Yo nunca he embestido a ninguna moto de la Polic¨ªa Municipal, eso s¨ª, nunca llevar¨¦ mechas rubias y jam¨¢s se pasar¨¢ por la cabeza que los antitaurinos ¡ªcuyas razones respeto profundamente¡ª no merezcan ser espa?oles, pero nuestras coincidencias bastan para que me duela el est¨®mago cada vez que te veo en una portada.
Y me pregunto c¨®mo es posible que te comportes con tanta agresividad, tama?a prepotencia, y conozco la respuesta, pero sigo haci¨¦ndome preguntas. ?Cu¨¢ntas generaciones har¨¢n falta para que tus descendientes dejen de pensar que Espa?a es su propiedad privada, porque la han heredado de sus ancestros, mientras que los dem¨¢s somos aqu¨ª unos pobres realquilados? ?Y qu¨¦ decir de nuestra madre Espa?a,?/ este pa¨ªs de todos los demonios,?/ en donde el mal gobierno, la pobreza / no son, sin m¨¢s, pobreza y mal gobierno?/ sino un estado m¨ªstico del hombre, la absoluci¨®n final de nuestra historia? Estos versos admirables s¨ª te sonar¨¢n porque los escribi¨® tu t¨ªo, Jaime Gil de Biedma, y si no fuera imposible, se dir¨ªa que los compuso pensando en ti. Menos mal que, frente a la brutalidad de la Espa?a inmortal, siempre nos quedar¨¢ la poes¨ªa.
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