Duelo de presidentes
Cerezo y P¨¦rez, una interesante rivalidad: a ver qui¨¦n contrata con m¨¢s estilo, mantiene mejor el control y lucha por hacerse con el trofeo del macho alfa
Es apasionante la situaci¨®n creada entre los presidentes Enrique Cerezo, del Atl¨¦tico de Madrid, y Florentino P¨¦rez, del Real Madrid. Ambos son hombres de edad y estatura similar, Cerezo con un abundant¨ªsimo cabello exquisitamente bien domado y Florentino con una leve calva llevada con deportividad. Los dos son piscis, como Rihanna, un signo muy sociable. Aquellos que saben de hor¨®scopos aseguran que los piscis son dulces, pero con personalidad compleja, y, atenci¨®n, un humor muy voluble. Su comportamiento puede ser dif¨ªcil de entender (como cuando Florentino abandon¨® la presidencia y, tras unas elecciones muy alborotadas, regres¨®). La realidad que plantea una Champions definida por los dos equipos madrile?os ha convertido a estos dos peces gordos en aut¨¦nticos rivales.
Florentino es el paradigma del empresario espa?ol que todo lo hace a lo grande. Millones antes de la burbuja inmobiliaria, millones tambi¨¦n despu¨¦s de su estallido. Cerezo es un caballero m¨¢s discreto, casi no se le conoce otra ostentaci¨®n mas all¨¢ de pasear su yate y su pelazo por Ibiza en verano con su familia y amigos muy pr¨®ximos. Mientras Florentino construye rascacielos y firma contratos millonarios, Cerezo, en su rol como productor cinematogr¨¢fico, intenta mediar con el Gobierno y la industria para acabar con la pirater¨ªa. Uno se las ha visto con los egos caprichosos de infinidad de estrellas, el otro ha convertido a jugadores en divas gal¨¢cticas y a sus edificios en vedettes del paisaje. Cerezo se arregla como un jefe de estudio hollywoodense; Florentino, a veces, como un alcalde neoyorquino. Generalmente se han visto uno al otro como amables contrincantes. Ahora el partido ha cambiado.
El Real Madrid sigue siendo ese club que lo define todo en la escena futbol¨ªstica, sus jugadores m¨¢s caros como Bale y Ronaldo terminaron temporada demostrando lo que valen. Pero ha sido el ascenso irresistible del Atl¨¦tico, ese rudo club de barrio, eterno perdedor, lo que ha generado un fen¨®meno que convierte a Simeone en santo y que nos sirve para juguetear con la apariencia de estos dos empresarios. Cerezo mantiene un trato directo y distante, sabe ofrecer un aspecto casi paternal. Parece bueno, aunque su rol pueda convertirlo en ogro. Florentino es m¨¢s torvo, no le importa vestir gabardina hasta el 40 de mayo, siempre escoge la jugada m¨¢s complicada cuando tiene que asumir liderazgo en su club y llega el ¨²ltimo cuando las crisis arrecian. Es un juego m¨¢s de sal¨®n. Cerezo asiste a estrenos teatrales, se planta en Miami para ferias de televisi¨®n viajando sin dormir para no estropear su peinado. Florentino jam¨¢s aparece en cosas que no tengan que ver con el bal¨®n, el ladrillo o el entorno del poder, como cuando acude con otros empresarios a conversar con el presidente del Gobierno sobre ¡°el clima de inestabilidad¡± o la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Todo eso puede cambiar. Por vez primera, los jugadores del Atl¨¦tico no solo recibir¨¢n buenas primas, sino que se pondr¨¢n en el panorama internacional, y si ganan la Champions, ser¨¢n las nuevas estrellas, con sus fotos en ba?ador adornando el Cuore de verano, Costa o Mario Su¨¢rez convertidos en los nuevos Ronaldo. Como si Cerezo se hubiera percatado de que su equipo tambi¨¦n puede ser un rentable pelicul¨®n copiando la idea a Florentino, que despidi¨® a Del Bosque porque afeaba su plantilla. Una interesant¨ªsima rivalidad: ver cu¨¢l contrata con m¨¢s estilo, cu¨¢l mantiene mejor demostraci¨®n de control y lucha por hacerse con el trofeo del macho alfa: quien es el champion.
As¨ª como Cerezo y Florentino son la nueva parejita medi¨¢tica, otras se rompen. Lo de la actriz Julie Gayet con el presidente Hollande recuerda a El pr¨ªncipe y la corista, la c¨¦lebre pel¨ªcula de Marilyn Monroe. Es la constataci¨®n de que esas novias j¨®venes pueden ser m¨¢s vol¨¢tiles que el humor de los piscis. Resulta que Gayet no se ve llevando adelante las actuaciones de primera dama, dejando el nido vac¨ªo. El El¨ªseo ha pasado de tener dos primeras damas a ninguna en tiempo r¨¦cord. Apena que Gayet no quiera apuntarse a la tendencia de superwoman, porque, aunque a no todas les apetece, es un papel que me entusiasma y que tan bien ha interpretado Carla Bruni, capaz de ser modelo, vampiresa, primera dama liberal, madre y cantante, y todo el tiempo verse francamente bien, incluso disfrut¨¢ndolo.
Mientras en Londres la novia del pr¨ªncipe Harry, Cressida, crec¨ªa de repente d¨¢ndole portazo a su relaci¨®n, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, se ven¨ªa arriba sentenciando que ¡°en su puta vida hab¨ªa cobrado un sobre¡±. Ese fue el pistoletazo de salida, el grito de guerra, de los populares ante las elecciones europeas, que sin embargo tendr¨¢n que explicar al resto de europeos qu¨¦ consideran un ¡°sobre¡± y qu¨¦ califican de ¡°puta¡±. Ver a toda una vicepresidenta sentenciando su vida con una palabrota, sucumbiendo a una de las peores demostraciones de machismo que es transformar a una mujer en garrula creyendo que eso da apariencia de poder, no gusta. Hablando como se supone que lo hacen los empresarios del ladrillo o los productores de cine que ahora, por el contrario, prefieren comportarse como las nuevas estrellas del palco.
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