Es la verg¨¹enza
Lo que est¨¢ sustituyendo al despilfarro en Espa?a no es el buen gobierno, sino el derroche de injusticia
En un hospital p¨²blico de Espa?a, de cuyo nombre prefiero no acordarme, le han negado atenci¨®n m¨¦dica a un ni?o de dos a?os. Dicho de otra forma: le exigieron a la madre firmar un papel de pago. El ni?o ten¨ªa fiebre, respiraba con dificultad, vomitaba, lloraba sin cesar. Esto ocurri¨® en urgencias, el pasado 30 de abril. En la historia hay un dato biogr¨¢fico, aut¨¦ntico, que parece introducido por un guionista providencial: el ni?o hab¨ªa nacido en ese hospital. Vino al mundo all¨ª, en el mismo lugar ahora inaccesible, por una burocracia inepta que anda multiplicando fronteras con verja. Es un ni?o espa?ol, por cuna y DNI. Pero hay otro detalle nuclear en la historia: el ni?o iba en brazos de su madre, emigrante de Cabo Verde. Habr¨¢ quien argumente que lo ocurrido es un da?o colateral del control presupuestario. Pero lo que est¨¢ sustituyendo al despilfarro en Espa?a no es el buen gobierno, sino el derroche de injusticia. Una marea de imp¨²dica desigualdad. ?C¨®mo van a ser veros¨ªmiles los brotes verdes de la econom¨ªa cuando asistimos diariamente a un bombardeo t¨®xico que provoca la desfoliaci¨®n de la verdad? No es el Gobierno de la austeridad lo que cierra la puerta a un ni?o enfermo. Es el Gobierno de la brutalidad. Pese a la desfoliaci¨®n, he llegado a esta conclusi¨®n hist¨®rica despu¨¦s de leer un implacable testimonio cient¨ªfico que se refiere al coraz¨®n. Se titula: L¨¢grimas de verg¨¹enza. Lo firma un m¨¦dico. El cardi¨®logo Maximiliano Diego. Cuenta en la web de Salud a diario c¨®mo en el ¨²ltimo a?o se han multiplicado los pacientes que sufren un segundo infarto, m¨¢s grave, al no poder pagar el tratamiento necesario: m¨¢s de 100 euros al mes. ¡°O comemos, o tomo las pastillas¡±, confiesa uno de esos hombres del segundo infarto, trabajador en paro. As¨ª que ya no deber¨ªamos hablar en elecciones ni de pol¨ªtica ni de econom¨ªa: ¡°?Es la verg¨¹enza, est¨²pido!¡±.
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