Una alternativa fiscal
La econom¨ªa necesita una reforma tributaria profunda, no rebajas oportunistas de impuestos
Un diagn¨®stico extendido y acertado recomienda acometer una profunda reforma fiscal para ayudar a que la econom¨ªa espa?ola entre plenamente en una fase de recuperaci¨®n. El primer objetivo de esa reforma deber¨ªa ser el de garantizar un volumen adecuado de ingresos, incluso en una etapa de crecimiento d¨¦bil, para hacer frente a los compromisos de d¨¦ficit y las obligaciones de gasto social. Pero, al mismo tiempo, deber¨ªa disminuir selectivamente la carga fiscal para estimular la demanda, el ahorro y la inversi¨®n, que son los instrumentos econ¨®micos obligados para apoyar el crecimiento y el empleo.
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Los indicios que el Gobierno ofrece en su reciente Plan de Estabilidad no son alentadores. Parte de la suposici¨®n de que el modesto crecimiento econ¨®mico previsible a corto plazo elevar¨¢ los ingresos. Aunque tal cosa sucediera, ese aumento ser¨ªa insuficiente para atender los costes de la crisis y de la deuda. Propone rebajas impositivas por un volumen aproximado de 2.500 millones ¡ªcuando las subidas fiscales en la legislatura superan los 30.000 millones¡ª, aplicadas adem¨¢s de forma inorg¨¢nica y poco productiva.
La reforma fiscal que Espa?a necesita no es una rebaja oportunista de impuestos para recoger votos. Una obligaci¨®n inexcusable de esa reforma deber¨ªa ser la de repartir la carga fiscal de forma m¨¢s equilibrada entre asalariados por una parte, que son los que soportan el mayor peso relativo, y aut¨®nomos y profesionales por otra. Es conveniente, por supuesto, reducir el marginal del impuesto sobre la renta, siempre que se coordine con esa redistribuci¨®n fiscal m¨¢s justa. El informe de la comisi¨®n de expertos fiscales propon¨ªa reducir el impuesto de sociedades a cambio de eliminar las desgravaciones del tributo. Es un prop¨®sito loable que deber¨ªa aplicarse con rapidez. Proporcionar¨ªa recursos a la Hacienda p¨²blica y aliviar¨ªa la cr¨ªtica generalizada de que algunas empresas disfrutan de un para¨ªso fiscal dentro de las fronteras espa?olas.
Parece evidente, y en eso no se puede criticar al Gobierno, que los impuestos especiales y los llamados verdes deben subir a medio plazo, no solo para aportar m¨¢s recaudaci¨®n, sino para corregir excesos de consumo o de contaminaci¨®n. Pero la pieza decisiva de cualquier reforma fiscal inmediata es el IVA. El impuesto espa?ol ocupa los ¨²ltimos lugares en recaudaci¨®n en la Uni¨®n Europea y la OCDE. Debe rendir m¨¢s ¡ªlas reticencias por su impacto sobre la inflaci¨®n no se sostienen en un periodo de pr¨¢ctica congelaci¨®n de precios¡ª y hay que simplificar sus tipos, de forma que los ingresos obtenidos se aproximen a los que se lograr¨ªan con el tipo m¨¢s alto.
El reequilibrio fiscal quedar¨ªa incompleto si no se reduce la defraudaci¨®n. El problema, hay que insistir en ello, no es el fraude de los declarantes sino las bases imponibles ocultas de los defraudadores. La Agencia Tributaria tiene que orientar su actividad hacia el dinero negro y no centrarse exclusivamente en las declaraciones de los asalariados.
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