M¨¢s debates televisados
Hay que explicarse ante los ciudadanos si se quiere combatir la indiferencia electoral
Se prepara un debate entre Miguel Arias Ca?ete (PP) y Elena Valenciano (PSOE) que ser¨¢ televisado el 13 de mayo, con motivo de la campa?a electoral al Parlamento Europeo, y se habla de la posibilidad de celebrar alguno m¨¢s con candidatos de otros partidos. Buena ocasi¨®n para proporcionar elementos de juicio entre las opciones en juego, pero tambi¨¦n de interesar a m¨¢s personas en unas elecciones que se encuentran a la vuelta de la esquina. Los abrumadores s¨ªntomas de la indiferencia y la desafecci¨®n pol¨ªticas, anunciadores de una abstenci¨®n masiva, han sido avisados desde numerosas encuestas.
Debatir no solo es sano, sino barato. Ni siquiera los grandes partidos pueden permitirse la parafernalia de actos y la exhibici¨®n de propaganda de otras veces, escasos como andan de recursos y alguno muy criticado por los derroches del pasado. Los medios de comunicaci¨®n son modos menos costosos y m¨¢s efectivos para explicarse.
Cierto, muchos debates montados con pretensi¨®n de seriedad crean rechazo en vez de inter¨¦s, sobre todo cuando los protagonistas no paran de lanzarse los trastos a la cabeza. Tampoco suelen romper los aud¨ªmetros, pero eso no deber¨ªa importar a las radios y las televisiones p¨²blicas. El problema no es solo la historia de desconfianza que existe hacia los medios p¨²blicos, sino la actitud de partidos que han torpedeado debates, principalmente si ellos no estaban presentes. Eso explica la dificultad para normalizar los debates pol¨ªticos. En todo caso, la Academia de Televisi¨®n, acreditada por sus trabajos anteriores, es un territorio m¨¢s neutral.
Por cierto, estas elecciones son europeas. Por primera vez existen candidatos a escala de los Veintiocho para la presidencia de la Comisi¨®n: Jean-Claude Juncker, Martin Schulz, Guy Verhoftstadt, Ska Keller, Alexis Tsipras, y se est¨¢n organizando debates entre ellos. Los primeros ya se han celebrado, pero de eso no se ha enterado pr¨¢cticamente nadie en Espa?a. El idioma es una dificultad, pero no insuperable.
Si no se ponen los medios para que la opini¨®n p¨²blica se informe, ?c¨®mo se pretende llenar las urnas del 25 de mayo?
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