¡°?Qu¨¦ co?o fuma esta t¨ªa?¡±
'Thug notes' son una serie de v¨ªdeos que proponen una introducci¨®n al canon literario formulada en el lenguaje de los adolescentes norteamericanos
En su reciente Continuaci¨®n de ideas diversas, el escritor argentino C¨¦sar Aira sostiene que se opone a la promoci¨®n de la lectura debido a que los buenos libros ya son le¨ªdos por los que ¡°leen desde siempre y no necesitan campa?as de promoci¨®n de la lectura. Los que no han le¨ªdo, y se deciden a hacerlo por una de estas campa?as, necesariamente van a leer libros malos¡±. Aunque el argumento parece caprichoso, la experiencia nos indica que casi todo lo que es ¡°promovido¡± institucionalmente en literatura carece de inter¨¦s, tanto porque las instancias que determinan qu¨¦ debe serlo son ineficaces como porque la institucionalizaci¨®n de la literatura siempre la convierte en inane.
Me gustar¨ªa decir que no recuerdo ni una sola iniciativa para promover la lectura que realmente invite a leer, pero el hecho es que s¨ª recuerdo una, relativamente reciente: se trata de Thug notes (literalmente, los ¡°apuntes de un g¨¢nster¡±), una serie de v¨ªdeos protagonizados por un tal Sparky Sweets (el comediante Greg Edwards) que proponen una introducci¨®n al canon literario formulada en el lenguaje de los adolescentes norteamericanos. Aunque los v¨ªdeos tienen como fondo una biblioteca oscura y muy formal, no hay nada formal y oscuro en Sparky Sweets ni en su vestimenta (zapas de baloncesto, camisetas sin mangas, gorras y cadenas de oro), ni en sus animaciones chapuceras o su lenguaje, algo dif¨ªcil para quien no est¨¦ familiarizado con el slang estadounidense. En las Thug notes, Ulises es un ¡°colega¡± que trata de volver a casa, y Pen¨¦lope, ¡°una zorra lista¡±; Yossarian (Trampa 22) es apodado Yoyo, y Harper Lee induce a la pregunta: ¡°?Qu¨¦ co?o fuma esta t¨ªa?¡±. Pese a ello, y a la brevedad de los v¨ªdeos, los libros tratados son abordados con inteligencia y su an¨¢lisis es m¨¢s sofisticado de lo que parece a simple vista. Las Thug notes no promueven, no obligan a nada: son una invitaci¨®n para quien desee aceptarla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.