Los ¨²nicos diez momentos que debes conocer de la gala de Eurovisi¨®n
La terror¨ªfica pausa de la presentadora espa?ola. Las virtudes de la ganadora Conchita. El 'selfie' m¨¢s famoso de I?igo. Todo lo que debes saber.
La leche
Una mujer de generosos pechos y escote a¨²n m¨¢s generoso agarra un palo con ambas manos y mientras se muerde el labio inferior lo lleva r¨ªtmicamente arriba y abajo. Sutileza japonesa. No hablamos de un v¨ªdeo porno de los a?os setenta sino de la actuaci¨®n de las representantes de Polonia, Donatan & Cleo, que supuestamente simulaban estar batiendo mantequilla. Ataviadas con una suerte de trajes regionales jibarizados cantaban una especie de rap que ya nadie recuerda, porque lo ¨²nico que ha quedado fijado en el c¨®rtex de los que contemplaron en directo semejante espect¨¢culo de destape folcl¨®rico fue una cosa. O m¨¢s bien dos. Que los palabras de honor, cors¨¦s y wonderbrapowerpush sean el uniforme reglado de la gala es una cosa. Pero aquel nivel de obviedad fue otra. Si se hubiesen tirado un cubo de agua helada encima al menos podr¨ªan haber dicho que era un homenaje a Flashdance.
Relaxin cup de oit poins
La escuela de opini¨®n que consider¨® ignominioso el ingl¨¦s de Ana Botella al defender Madrid como una capital ol¨ªmpica encontr¨® una mina en la presentadora que dio los puntos en nombre de Espa?a. No solo porque el ingl¨¦s era lo suficientemente imperfecto como para reavivar ese instinto carpetovet¨®nico de linchar al que no es biling¨¹e, sino porque encima hubo una pausa en la que la presentadora vacil¨®, como si no supiera lo que estaba haciendo o como si estuviera sintiendo la que se le ven¨ªa encima.
#Derrein #rienderien
Ruth Lorenzo sali¨® con el pelo mojado, se cambi¨® de vestido en el ¨²ltimo momento porque el que hab¨ªa elegido no cumpl¨ªa con la normativa del concurso, y cant¨® Dancing in the rain como si el ma?ana fuera a dejar de fabricarse. Qued¨® la d¨¦cima (con 74 puntos), 16 puestos por delante que El sue?o de morfeo, sus predecesores en el festival, y en el mismo lugar que Pastora Soler. La murciana fue votada por 17 pa¨ªses. Albania fue el m¨¢s generoso y le otorg¨® 12 puntos. El Reino Unido, donde reside, solo cinco. ¡°Esos no saben lo que es la furia espa?ola, ya ver¨¢s cuando vuelva¡±, declar¨® la cantante tras conocer su resultado. Portugal, nuestro aliado hist¨®rico, sorprendi¨® al no tener en cuenta a la representante espa?ola. La geoestrategia europea no es lo que era. El d¨¦cimo puesto de Lorenzo resulta por desgracia algo f¨¢cilmente olvidable. Ni fr¨ªo, ni calor. Recordamos las grandes victorias (Salom¨¦, Masiel) y los desastres estrepitosos (Remedios Amaya, El sue?o de morfeo), pero todo lo que est¨¢ en medio termina difumin¨¢ndose. Salvo gloriosos temas como Bailar pegados, Gwendoline o Europe¡¯s living a celebration, la canci¨®n con la que Rosa obtuvo en 2002 un s¨¦ptimo puesto que todav¨ªa no hemos logrado superar.
#I?igoEsc¨¦ptico
Sucede hasta con los mejores que al repetir una tarea una y otra vez sin muchas variaciones, se pierde algo del entusiasmo original. En el caso de Jose Mar¨ªa ??igo, que desde el D¨¹sseldorf de 2011 ha asumido la sis¨ªfica tarea de comentar las victorias de otros en Eurovisi¨®n, no es una cuesti¨®n tan de blanco y negro. Cuando nuestra Ruth Lorenzo termin¨® su interpretaci¨®n, por ejemplo, el presentador anunci¨® con acad¨¦mico valimiento: "No se puede cantar mejor", y repiti¨® esa frase dos veces. Tambi¨¦n le dio las gracias a todos los pa¨ªses que le dieron un punto a Espa?a. No se puede hablar de una p¨¦rdida de entusiasmo en ese sentido.
Sin embargo, s¨ª que se pudo percibir una cierta dejadez al hablar de los dem¨¢s. Al principio, cuando intent¨® describir el papel de los acr¨®batas en la balada de Azerbay¨¢n. "Bueno, todo sea por el espect¨¢culo", resumi¨® con un tono que le recriminaba al pueblo, ese hoi polloi con la capacidad de retenci¨®n de un tuit, que necesite un est¨ªmulo visual para apreciar con las canciones del sacrosanto festival. El #I?igoEsceptico resurgir¨ªa en varias descripciones venideras. Tambi¨¦n gener¨® frases como "Bueno, dicen que la belleza eslava es famosa en todo el mundo", incr¨¦dulo ante el criterio del planeta. Nada de esto super¨®, no obstante, cuando intent¨® hacer suya la clasificaci¨®n del grupo franc¨¦s: "Ellos la etiquetan como electrorockraaap... o algo as¨ª". A partir de ahora, antes de creerse algo, haga una prueba de algod¨®n: pi¨¦nselo con la voz de ??igo, a ver c¨®mo suena.
Esta foto
Conchita Wurst y Jose Mar¨ªa ??igo juntos, prueba de que el selfie a¨²n es capaz de hacer grandes cosas por el progreso de la humanidad y que su valor documental es objetivamente superior a las connotaciones narcisistas que arrastra la pr¨¢ctica.
La imagen no solo ofrece la posiblidad de juntar a dos iconos de una noche en una yuxtaposici¨®n imposible pero l¨®gica a la vez: tambi¨¦n recuerda al espectador que hay gente real detr¨¢s de estos eventos, que est¨¢n tan institucionalizados que parecen no tener cabida para espontaneidades de este tipo.
Country naranja
Que s¨ª, que ya sabemos que ya nadie (excepto los italianos, los franceses y los ingleses) canta en su propia idioma. Pero cuando los holandeses The Common Linnets aparecieron travestidos como Johnny Cash y se?ora (June Carter) en mitad del escenario, mir¨¢ndose fijamente a los ojos con sus guitarras al hombro interpretando una versi¨®n mal disimulada de Every breath you take, de Police, la sobredosis de referentes estuvo a punto de arruinar una de las actuaciones favoritas de la noche. En una edici¨®n dominada por el llamado efecto Frozen y por temas que parec¨ªan ideados para llevar las clases de spinning a su punto ¨¢lgido, Calm after the storm surgi¨® como una alternativa m¨¢s cl¨¢sica aunque no por ello aburrida. Como la periodista Puri Beltr¨¢n defini¨® en su cuenta de Twitter, Holanda Rosenvinge y Nacho Vegas gustaron y quedaron en una segunda posici¨®n que supo a medalla de oro. Porque ?qui¨¦n puede competir con Austria International en la Superbowl de la posmodernidad?
Los memes de Conchita
Sabe uno que ha alcanzado el codiciado estatus de icono cultural cuando se empiezan a generar memes a su imagen y semejanza. As¨ª sean unos que le conviertan a uno en el origen de una religi¨®n incierta. Si hasta el portal Buzzfeed opina que es rentable tener abiertas varias p¨¢ginas dedicadas a las virtudes de uno, ese uno puede considerarse estrella. Y eso es lo que le ha pasado a Conchita este fin de semana,
Nadie lo dijo mejor que una cuenta en Twitter que desde hace a?os parodia la figura de Jesucristo. En plena gala, public¨® una foto de Conchita con el subt¨ªtulo: "?Mam¨¢?".
El conde Draco
Cuando ya parec¨ªa que no pod¨ªamos ser testigos de m¨¢s surrealismo, puestas en escena joseluismorenistas y ostentaciones de cart¨®n piedra (fundamentalmente porque las actuaciones de los 26 participantes hab¨ªan terminado) van los tres presentadores de la gala y se marcan un videoclip, totalmente gratuito e indescriptible, sobre los doce puntos que constituyen la nota m¨¢xima que un pa¨ªs puede otorgar a otro. Como si de un v¨ªdeo de Barrio S¨¦samo se tratase, los presentadores (que hasta entonces se hab¨ªan ganado nuestro respeto por su buen ingl¨¦s y estilismo aceptable) nos relatan las bondades de este n¨²mero. Su cancioncilla de campamento llega acompa?ada de im¨¢genes impagables como la de un breakdancer bailando delante de Jesucristo y sus ap¨®stoles en la ¨²ltima cena. Por si a alguien le quedaba alguna duda sobre las sustancias bajo cuya influencia fue ideada semejante performance, los guionistas decidieron incluir una broma sobre China y Ban Ki-moon (Secretario general de Naciones Unidas), que es originario de Corea del Sur. Festival de Eurovisi¨®n, festival del humor.
La cara de Conchita Wurst cada vez que una votaci¨®n le acercaba a la victoria
Aun cuando la matem¨¢tica hizo imposible que ganara nadie m¨¢s, Conchita Wurst segu¨ªa poniendo cara de incredulidad cada vez que recib¨ªa un punto. Se sospecha que algo de ficci¨®n pod¨ªa haber en el asunto.
Austria International
Parec¨ªa cantado. Conchita Wurst pose¨ªa varios de los requisitos imprescindibles para triunfar en Eurovisi¨®n: un tema con crescendo ¨¦pico, su buena dosis de pol¨¦mica y una imagen claramente identificable (y por ende parodiable). En un certamen de m¨²sica que, en los ¨²ltimos a?os, ha alcanzado la categor¨ªa de fen¨®meno posmoderno, presentar a una diva barbuda vestida como una novia de Elie Saab es jugar sobre seguro. Cierto que Conchita tiene innegables capacidades vocales, pero su canci¨®n Rise like a phoenix no resultaba memorable ?La prueba? Pocos eran capaces de tararear su estribillo una vez terminada la retransmisi¨®n del festival. Todo lo contrario de lo que sucedi¨® con Euphoria, de Looren, ganadora en 2012, o con Diva, el tema que encumbr¨® en 1998 a la transexual israel¨ª Dana International. Pero, como gustan decir en los realities, el p¨²blico ha hablado, y lo ha hecho alto y claro. Europa ha lanzado un mensaje a trav¨¦s de esta votaci¨®n, que tal vez no se corresponda con el de las elecciones del 25 de mayo (o s¨ª). A Europa le gustan las divas (un tanto sobreactuadas), le gusta la tensi¨®n dram¨¢tica y las barbas. Y es tolerante. O eso dice.
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