La juez ordena hacer un examen psiqui¨¢trico a Oscar Pistorius
El fiscal pide la prueba tras escuchar en el juicio a una psiquiatra contratada por la defensa La m¨¦dico dice que padece un desorden mental que puede hacerlo "peligroso para la sociedad"
Del juzgado al m¨¦dico. La juez del caso de Oscar Pistorius ha ordenado este mi¨¦rcoles que el atleta paral¨ªmpico sudafricano se someta a un examen psiqui¨¢trico para comprobar si sufre alguna enfermedad mental que pudiera haber afectado su comportamiento la madrugada que mat¨® a su novia, la modelo Reeva Steenkamp.
El fiscal pidi¨® la evaluaci¨®n despu¨¦s de o¨ªr el testimonio de una psiquiatra contratada por la defensa que ha diagnosticado a Pistorius con un desorden general de ansiedad que le hace permanecer ¡°hipervigilante¡± y una depresi¨®n que nadie hab¨ªa detectado antes. A preguntas del fiscal, la doctora compar¨® este cuadro con un desorden mental y asegur¨® que los afectados pueden considerarse ¡°un peligro para la sociedad¡±.
La juez ha justificado su decisi¨®n diciendo que es la ¨²nica forma de que el medallista logre tener un ¡°juicio justo¡± dado que existen ¡°dudas razonables¡± de que realmente padezca una enfermedad psiqui¨¢trica. La hip¨®tesis es relevante porque si fuera as¨ª, el deportista podr¨ªa quedar exculpado de responsabilidades penales. La fiscal¨ªa quiere evitar apelaciones basadas en esta premisa en el caso de una posible condena por asesinato u homicidio.
En los m¨¢s de dos meses que lleva en pie este juicio, la defensa no hab¨ªa planteado que Pistorius sea un enfermo mental ni que durante aquella fat¨ªdica madrugada en que dispar¨® cuatro tiros contra la puerta tras de la que se escond¨ªa su novia hubiera sufrido alguna alteraci¨®n transitoria. Es m¨¢s, a tenor de c¨®mo sucedi¨® el interrogatorio a la psiquiatra, parece que los abogados son los m¨¢s sorprendidos de que la profesional apuntara en esta direcci¨®n.
Hasta ahora, los abogados del velocista doblemente amputado han tenido dos l¨ªneas de defensa. La primera, con la que se inici¨® el juicio, fue que Pistorius confundi¨® a su novia con un intruso y sinti¨® miedo de ser atacado. En su af¨¢n por protegerse ¨¦l y a su pareja, dispar¨® a ciegas. Se trata de una especie de autodefensa, aunque la legislaci¨®n sudafricana se?ala espec¨ªficamente que para que esta excepci¨®n cuente como tan, la v¨ªctima tiene que haber visto directamente al atacante, algo que no sucedi¨® en este caso.
Posteriormente, Pistorius -en calidad de testigo, acorde al sistema judicial sudafricano- declar¨® que apret¨® el gatillo ¡°involuntariamente¡± mientras estaba enfrente de la puerta del peque?o ba?o.
La fiscal¨ªa acusa a Pistorius de asesinato premeditado, as¨ª como de tenencia il¨ªcita de armas y de disparar temerariamente en dos locales p¨²blicos, delitos por los que podr¨ªa ser condenado a cadena perpetua.
Por su parte, el paral¨ªmpico sigue declar¨¢ndose inocente de todos los cargos, asegurando que aquella madrugada se despert¨® por el calor a encender el ventilador. Tan solo segundos despu¨¦s de que cruzara dos frases con su novia, oy¨® un ruido sospechoso en el ba?o y, sin asegurarse d¨®nde estaba Steenkamp, cogi¨® la pistola y se dirigi¨® hasta la puerta disparando cuatro tiros que resultaron mortales. El atleta asegur¨® que no pudo o¨ªr c¨®mo la chica se levantaba de la cama por el ruido del ventilador y afirm¨® que la habitaci¨®n estaba completamente a oscuras.
Cuatro vecinos del complejo donde acontecieron los hechos declararon haber o¨ªdo una discusi¨®n, unos tiros y posteriormente los gritos de una mujer. Para la defensa, que aport¨® testigos que viven en la puerta de al lado de Pistorius y que no oyeron nada, esta sucesi¨®n no es posible y sostienen que no hubo ri?a y que fue el atleta el que sali¨® al balc¨®n para pedir ayuda.
El juicio, que empez¨® el pasado 3 de marzo y estaba previsto que terminara el viernes, queda aplazado hasta el pr¨®ximo martes, cuando el tribunal plantear¨¢ las condiciones, si el velocista tiene que ingresar en un centro de internamiento o, como sugiere la defensa, ser¨¢ tratado como un paciente externo.
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