¡°Se ha creado una imagen positiva de Brasil totalmente exagerada¡±
Caetano Veloso nunca se ha plegado a lo que se esperaba de ¨¦l y se reinventa constantemente Este icono de la cultura brasile?a ha tomado un camino que transita con ¨¦xito por el rock Hoy, con 71 a?os, lucha por mantenerse l¨²cido y feliz
Desconf¨ªa del caetanismo, pero le encanta caetanear. Camale¨®nico nato, siempre ha sentido la necesidad de mostrar a todo el mundo lo que descubr¨ªa. Ha trabajado con Pina Bausch, David Byrne y Carlos Saura. Cant¨® en ingl¨¦s a Cole Porter, Dylan y Kurt Cobain; en espa?ol, Contigo en la distancia y Un vestido y un amor; en italiano, Come prima, y en franc¨¦s a Henri Salvador. Han grabado sus creaciones desde Beck, Chrissie Hynde y el grupo Beirut hasta Jorge Drexler y Miguel Poveda. Caetano Emanuel Viana Teles Veloso cumplir¨¢ 72 a?os en agosto. Y nos recibe en la habitaci¨®n de un hotel de Lisboa, la ciudad donde ha comenzado una gira de un mes por Europa, que le va a traer el 29 de mayo a Madrid (Teatro Circo Price) y el d¨ªa 31 a Barcelona (festival Primavera Sound). Le acompa?a un peque?o grupo de rock, la Banda C¨º, con tres m¨²sicos que por edad podr¨ªan ser sus hijos, para presentar en concierto su disco Abra?a?o y recordar algunas de sus canciones m¨¢s queridas.
Dicen que es usted una de las personalidades brasile?as m¨¢s inexplicables. Yo preferir¨ªa ser un poco m¨¢s explicable [se r¨ªe]. Bj?rk dijo en una entrevista: ¡°No quiero ser entendida. Querer ser comprendida es una arrogancia¡±. Bien, pues yo siempre quise que me comprendieran.
¡°Brasil parece un mundo de construcciones que ya son ruinas¡±¡ Lo dije inspirado por Tristes tr¨®picos, de L¨¦vi-Strauss, que le¨ª en 1968. Me apasion¨®. Una de las cosas interesant¨ªsimas que escribe es que, en Brasil, las cosas empiezan a ser construidas mal y ya pasan de construcci¨®n a ruina sin llegar a la realizaci¨®n, sin completarse.
?Realmente? Hace un mes, The New York Times public¨® un reportaje sobre Brasil en el que fotografiaron grandes puentes, viaductos¡ Est¨¢n en ruinas y nunca fueron terminados. Cosas caras. Ahora muchos de esos aspectos negativos salieron a la luz porque no hace mucho se cre¨® una imagen positiva del pa¨ªs totalmente exagerada. Mucha gente celebr¨® que Brasil fuese elegido como sede del Mundial de f¨²tbol y de los Juegos Ol¨ªmpicos. Miles de personas protestan hoy en las calles. Algunos estadios no est¨¢n terminados, su precio no ha sido explicado a la poblaci¨®n, las transacciones entre el Gobierno y las constructoras no son muy claras y la FIFA no es una entidad internacional que goce de gran respeto ¨¦tico.
En casa, estando solo, nunca interpreto canciones m¨ªas. Me aburre
?Su patria es la lengua portuguesa? Es una frase de Bernardo Soares en el Libro del desa?sosiego, ¡°mi patria es la lengua portuguesa¡±, que modifiqu¨¦ un poco en la letra de Lingua al escribir que mi patria es mi lengua. Creo que una de las caracter¨ªsticas m¨¢s desafiantes e inspiradoras de Brasil es el hecho de hablar portugu¨¦s. Es el ¨²nico pa¨ªs de las Am¨¦ricas en que se habla portugu¨¦s, y un pa¨ªs de dimensiones continentales, en el hemisferio sur, donde vive la mayor poblaci¨®n negra fuera del continente africano.Siempre lleno de promesas y siempre fallido. Ese v¨ªnculo ling¨¹¨ªstico-hist¨®rico con Portugal me parece un gran desaf¨ªo y aumenta nuestra responsabilidad de crear algo original en el mundo. Es una inevitabilidad de la condici¨®n del brasile?o.
?Siempre ha actuado como un desestabilizador de consensos? Bueno, eso sucedi¨®, no puedo negarlo [se r¨ªe]. Y sigue ocurriendo. Es dif¨ªcil, cuando revuelves las cosas en profundidad, que las consecuencias no originen m¨¢s gestos desestabilizadores. A m¨ª me resulta dif¨ªcil.
En sus ¨²ltimos conciertos en Espa?a, muchos se sorprendieron al no escuchar sus canciones m¨¢s conocidas. Alguien lleg¨® a escribir que faltaba bossa nova y sobraban psicodelia y rock. ?Qu¨¦ piensa al respecto? Ese comentario se parece a lo que dec¨ªan los brasile?os en 1967. ?Qu¨¦ puedo hacer?
No le gustar¨ªa vivir fuera de Brasil, pero si se viera obligado solo piensa en dos lugares: Nueva York y Madrid. As¨ª es. Vivir¨ªa en Nueva York o en Madrid porque en esas ciudades me siento a gusto. Conoc¨ª Espa?a v¨ªa Catalu?a. En aquellos a?os Barcelona era m¨¢s animada. Madrid ten¨ªa el peso, no solo del franquismo, sino de la proximidad de Franco. Igual que las personas en Roma sienten el peso de la cercan¨ªa del Papa. Era terrible. Al liberarse de Franco, Madrid se ilumin¨® y se anim¨®. Para m¨ª es como una ciudad brasile?a sin las desventajas de Brasil, porque Brasil es un pa¨ªs demasiado desigual con esos abismos de clase y muchas otras cosas terribles. Admiro Par¨ªs, me parece linda, y Roma es una ciudad maravillosa, pero al poco tiempo tengo la impresi¨®n de estar en otro momento de la historia. En Madrid siento que es hoy, igual que en R¨ªo y en Nueva York.
?Por qu¨¦ le gusta tanto la palabra ciudad? Nac¨ª en una peque?a ciudad del interior, pero la sensaci¨®n n¨ªtida de que aquello era una ciudad era algo indiscutible para nosotros. Soy de una generaci¨®n que vio migrar la vida de las ¨¢reas rurales a las urbanas. Mucha gente dice que la ciudad trajo estr¨¦s a los seres humanos, y que cuanto mayor es la ciudad, mayor el estr¨¦s. Estoy de acuerdo, pero brinda una gama mucho mayor de posibilidades.
En Santo Amaro, donde naci¨®, ?no se sent¨ªa para nada al margen? Es curioso porque hoy d¨ªa se ve mucho m¨¢s cine comercial estadounidense ¨Csalvo en salas especializadas¨C que cuando yo era joven. Incluso en las grandes ciudades. Hace ya muchos a?os que no hay cines en Santo Amaro. Nosotros ¨ªbamos siempre y coment¨¢bamos las pel¨ªculas. Ve¨ªamos filmes estadounidenses, franceses, italianos, mexicanos¡ Escuch¨¢bamos Radio Nacional de R¨ªo de Janeiro y Radio Sociedade de Bah¨ªa y le¨ªamos las revistas que sal¨ªan cada semana, O Cruzeiro, Manchete¡ Nos sent¨ªamos en el mundo y en un mundo urbano.
Cuando Moreno [su hijo mayor] era un ni?o, y estando en Nueva York, le dijo: ¡°Pap¨¢, esto se parece a Santo Amaro¡±. Tomamos un taxi para ir al aeropuerto y, con el fin de evitar embotellamientos, el taxista prefiri¨® pasar por Harlem. Moreno lo dijo al ver que hab¨ªa personas negras sentadas en las puertas de sus casas, conversando.
Con las canciones grabadas en espa?ol y en ingl¨¦s, ?volv¨ªa a Santo Amaro? Cuando grab¨¦ Fina estampa y A foreign sound, que son dos discos en lenguas extranjeras, con canciones extranjeras, me refer¨ªa sobre todo a mi infancia. Parecen discos sobre cosas extranjeras. Y, curiosamente, la gente no lo sabe, pero se lo digo ahora, de toda mi discograf¨ªa son los dos m¨¢s basados en recuerdos.
?C¨®mo era el universo familiar? En casa ¨¦ramos un mont¨®n y, sobre todo, mujeres. Mi padre viv¨ªa con tres hermanas suyas mayores, dos solteronas y una viuda, una hija de la viuda y dos hijas de otra hermana que ya hab¨ªa fallecido y que ya eran de la edad de mi madre. Se cas¨® con mi madre y la trajo a aquella casa. Su primer hijo fue una mujer, el segundo otra mujer y, finalmente, el tercero un hombre. Tres hombres seguidos y ya Beth?nia.
El m¨²sico y ling¨¹ista Luiz Tatit sugiere que ser¨ªa usted m¨¢s un artista de la independencia (¡°poder no hacer¡±) que de la libertad (¡°poder hacer¡±). ?Qu¨¦ le parece? Interesante esa distinci¨®n. Igual hasta tiene raz¨®n [risas].
?Es importante poder no hacer? S¨ª. Sobre todo para alguien como yo, que siempre tiene ganas de hacer mucho. Se necesita bastante valor para no hacer. A Augusto de Campos [poeta brasile?o], citando a alguien, le gustaba mucho, y todav¨ªa le gusta, repetir que de alguna forma la relevancia de un trabajo de creaci¨®n art¨ªstica est¨¢ en aquello que el autor dej¨® de hacer. ?l est¨¢ a favor de la econom¨ªa, pero no creo que yo sea buen ejemplo de autor econ¨®mico.
?Independiente entonces? Me gustar¨ªa mucho ser totalmente independiente [risas].
?Mejor que el silencio, solo Jo?o Gilberto? Jo?o ya no deber¨ªa impresionarme, pero lo hace. El otro d¨ªa le escuch¨¦ de nuevo cantando Me chama, de Lob?o. Tambi¨¦n escuch¨¦ el disco que grab¨® en M¨¦xico cantando Astronauta [canturrea los primeros compases de la canci¨®n]. Parec¨ªa que no le hubiese escuchado nunca. ?C¨®mo puede sorprenderme tanto? Es incre¨ªble la inteligencia con la que usa los recursos art¨ªsticos.
?Recuerda la primera vez que le escuch¨®? Claro, fue un gran impacto. Yo ten¨ªa 17 a?os. Un compa?ero me dijo en el instituto que hab¨ªa un tipo que, mientras la orquesta iba para un lado, ¨¦l cantaba hacia el otro, todo desafinado. ¡°Y como a ti te gustan las cosas locas, creo que te va a gustar¡±. Me llev¨® a un club que hab¨ªa en Santo Amaro y me mostr¨® la grabaci¨®n de Jo?o. Me qued¨¦ sin palabras. Todo lo que puedo pensar hoy sobre Brasil, nuestra vida, la m¨²sica, la creaci¨®n art¨ªstica o la responsabilidad por las cosas, lo sent¨ª de golpe en el momento que escuch¨¦ aquello.
Ya cant¨® y grab¨® con ¨¦l. No me sirvi¨® de nada.
Si hasta le produjo un disco¡ No produje una mierda. Estuve intentando convencerle de que cantase algunas canciones que interpreta y que nunca ha grabado. Y ¨¦l, cabez¨®n, grab¨® de nuevo Chega de saudade, Desafinado¡ Aunque tambi¨¦n grab¨® Segredo, de Herivelto Martins. Le insist¨ª mucho. ?Y lo que hizo arm¨®nicamente con Desde que o samba ¨¦ samba! No he intentado aprenderlo para no confundirme y sigo toc¨¢ndola tal como la escrib¨ª. Pero le escucho a ¨¦l y me quedo maravillado.
Me gustar¨ªa mucho ser totalmente independiente
Hace 100 a?os, un 30 de abril, naci¨® Dorival Caymmi, otro bahiano revolucionario. En mi opini¨®n, es la figura m¨¢s intensa, musical y art¨ªsticamente, de la m¨²sica popular en Brasil. Cualquier persona, de cualquier lugar del mundo, de cualquier formaci¨®n musical, que escuche atentamente aquel disco que re¨²ne las grabaciones de Caymmi con una guitarra, va a entender lo que estoy diciendo. Ya sea un m¨²sico de m¨²sica erudita experimental moderna, un autor de canciones populares, un rockero o un nost¨¢lgico de los a?os treinta.
?C¨®mo puede saberse tantas canciones de memoria? De Caymmi me s¨¦ unas cuantas. S¨¦ muchas canciones, aunque mi memoria no es tan buena como antes.
?Tiene necesidad de interpretar canciones de otros? Es verdad que canto muchas canciones de otros. Si estoy en casa y agarro la guitarra para cantar, canto composiciones de otras personas. A las m¨ªas no les encuentro la gracia. ?nicamente cuando canto para personas a las que les gustan mis canciones. Pero en casa, estando solo, nunca interpreto canciones m¨ªas. Me aburre.
Un taxista de Nueva York le dijo que hab¨ªa o¨ªdo en la radio su grabaci¨®n de Come as you are, de Nirvana, y que por fin hab¨ªa entendido la letra de la canci¨®n. Y me acord¨¦ de una frase de Fernando Trueba: ¡°No entend¨ª Help hasta que se la o¨ª cantar a Caetano¡±. Me impresiona todo lo que sabe Trueba sobre la m¨²sica brasile?a y la m¨ªa en particular. Lo que sabe en cantidad y, sobre todo, en profundidad.
?Y Almod¨®var? Pedro es mi amigo y todo un personaje. Represent¨® en cierto modo todo aquel despertar de Madrid con su cine y su personalidad. Siento una enorme admiraci¨®n por ¨¦l.
Recuerde alguna an¨¦cdota con ¨¦l. Estaba en Bah¨ªa pasando el verano con nosotros. Y en Salvador, el 31 de diciembre, hay una broma muy popular entre los chicos que juegan al f¨²tbol: se visten de mujer con ropas viejas que cogen a sus hermanas o sus madres. Pasamos con el coche al lado de un campo en el que los jugadores llevaban vestidos. Y Pedro miraba aquello y no daba cr¨¦dito: ¡°Os lo hab¨¦is inventado¡±, dec¨ªa. Como si lo hubi¨¦semos preparado adrede para ¨¦l. Yo le dec¨ªa en broma que parec¨ªa que ten¨ªa celos de Brasil, de las cosas que pasan all¨ª. Eso me recuerda una vez que Polanski estuvo en Bah¨ªa con Jack Nicholson en los a?os setenta. Fue a mi casa y, nada m¨¢s entrar y saludarme, se produjo una ca¨ªda de la red el¨¦ctrica en el barrio, y las bombillas parec¨ªan brasas en la oscuridad. Y Polanski pregunt¨®: ¡°?Lo han preparado ustedes para m¨ª?¡±.
Hace a?os escribi¨® que su m¨²sica estaba llena de im¨¢genes invisibles que ven¨ªan de la gran pantalla¡ Hay mucho de cine en mis canciones. Ya desde antes, pero en la ¨¦poca del tropicalismo se hace muy evidente porque la propia idea del tropicalismo fue estimulada o desencadenada por la visi¨®n de Terra em transe, de Glauber Rocha. Y alimentada por las pel¨ªculas de Godard.
Siendo adolescente le deslumbr¨® La strada y, a?os m¨¢s tarde, le puso a una canci¨®n el nombre de Giulietta Masina. Tengo su rostro en la cabeza desde que vi la pel¨ªcula por primera vez.
¡°Visi¨®n del silencio¡±, dice en la que dedic¨® a Antonioni. No pude cumplir el sue?o de conocer a Fellini, pero tuve mucho contacto con Antonioni al final de su vida, y fue maravilloso. No hablaba, pero era muy elocuente. Enrica, su mujer, una persona muy comunicativa, ten¨ªa una sinton¨ªa impresionante con ¨¦l. Ella hablaba por ¨¦l, y ¨¦l dirig¨ªa, refinaba la sinton¨ªa, con la mirada o con un gesto. Era una cosa muy bonita. Para quien hizo aquel cine, acabar siendo un hombre silencioso, y aun as¨ª igualmente comunicativo, es muy significativo. Parece una de sus pel¨ªculas.
?Nunca le tent¨® la pol¨ªtica como a su amigo Gilberto Gil que ha sido ministro de Cultura de Brasil? La pol¨ªtica formal no me atrae. Es necesaria mucha dedicaci¨®n. Pensar: ¡°Ahora voy a dedicar mi tiempo y mi energ¨ªa a eso¡±. Yo no puedo. Necesito dedicarme a actividades art¨ªsticas 24 horas al d¨ªa.
En su disco Abra?a?o hay una canci¨®n, ¡®Um comunista¡¯, para Carlos Marighella, l¨ªder de la guerrilla urbana en tiempos de la dictadura. ?Por qu¨¦ ahora? Es una cuesti¨®n de la respiraci¨®n hist¨®rica del ritmo de los tiempos. Jorge Amado muri¨® queriendo que se levantase un monumento a Marighella en Salvador. Los de la lucha armada contra la dictadura ejerc¨ªan una atracci¨®n a distancia. Y no solo a distancia. Una amiga m¨ªa, colega de la Facultad de Filosof¨ªa, que en 1968 se meti¨® en la lucha armada, me pidi¨® que prestase apoyo log¨ªstico al movimiento. Le dije que s¨ª. Pero nunca hice nada. Supongo que habr¨ªa sentido mucha angustia. Pocos meses m¨¢s tarde, Gil y yo fuimos encarcelados. No por eso, porque los militares nunca lo supieron. Lo saben hoy porque lo estoy contando.
Marighella muri¨® acribillado por la polic¨ªa de la dictadura cuando usted estaba exiliado en Londres. Y sali¨® una fotograf¨ªa de su cad¨¢ver en la misma portada de la revista en la que aparec¨ªamos Gil y yo por primera vez despu¨¦s de la prisi¨®n y el exilio. Solo una fotograf¨ªa porque, con la dictadura, no se pod¨ªa contar nada. Est¨¢bamos Gil y yo sonrientes en el puente de Waterloo, con el Big Ben detr¨¢s. Y encima de nuestra foto, un recuadro peque?o con la de Marighella muerto. Yo estaba triste y medio deprimido. Al ver la portada, me deprim¨ª a¨²n m¨¢s.
Tambi¨¦n ha escrito Base de Guant¨¢namo, una canci¨®n que trata de la violaci¨®n de los derechos humanos. ?Le ha desilusionado Obama? Me gusta mucho Obama, me gusta su estilo, y me parece muy significativo que sea presidente de Estados Unidos. Me gusta su inteligencia cuando habla y las intenciones que llega a revelar. Pero noto que no es una personalidad pol¨ªtica del tipo que consigue dominar aquellas fuerzas inmensas que constituyen Estados Unidos. Es brillante, pero pol¨ªticamente resulta relativamente d¨¦bil. Yo preferir¨ªa que fuese m¨¢s fuerte.
Tiene una columna dominical en el peri¨®dico O Globo. ?De qu¨¦ habla all¨ª? No consigo redactar algo que tenga un razonamiento organizado. Comienzo a escribir sin saber ad¨®nde voy a llegar. Y no llego a ning¨²n lado. Pero quedan all¨ª unas sugerencias. El principio de la pregunta es la parte m¨¢s importante. Me resist¨ª mucho antes de aceptar, pero el argumento que me pareci¨® m¨¢s fuerte fue que, si escrib¨ªa semanalmente, quiz¨¢s iba a calmar esa historia de las personas que quieren saber qu¨¦ pienso. Porque ven que soy limitado y que en aquella columna se agota el asunto. Pero me da trabajo escribir cada semana un texto de aquella extensi¨®n. No s¨¦ c¨®mo lo logro. Escribo a toda prisa, siempre a ¨²ltima hora. No consigo organizarme para escribir el texto durante la semana. Me promet¨ª que escribir¨ªa unos cuantos y los tendr¨ªa de reserva, pero no lo hice. Tengo ganas de parar para poder hacer otras cosas.
Ya ha discutido con presidentes, ministros, periodistas¡ S¨ª, con mucha gente. Aunque no fueron peleas. Bueno, a veces s¨ª que lo fueron.
Critic¨® usted a Lula, y do?a Can? [la madre de Caetano, fallecida en 2012, a los 105 a?os] le pidi¨® disculpas p¨²blicamente al presidente. Este la llam¨® para decirle que no se preocupara, que a ¨¦l le gustaba la m¨²sica de su hijo. ?Vaya con Lula! Fue a visitarla a Santo Amaro dos veces. Me conmovi¨® lo que hizo. Creo que es un gran personaje hist¨®rico.
Tanto en Abra?a?o en estudio como en su disco en directo se incluye esa canci¨®n cuya letra dice: ¡°Estoy triste tan triste / Y el lugar m¨¢s fr¨ªo de R¨ªo es mi cuarto¡±. ?Qu¨¦ le pasaba cuando escribi¨® esto? Estaba triste¡ El a?o 2013 fue m¨¢s bien triste y ya ven¨ªa del a?o anterior. Espero que este mejore.
Con la edad ?qu¨¦ es lo que m¨¢s echa de menos? Siento mucha falta de aquella alegr¨ªa espont¨¢nea del cuerpo de una persona joven. Creo que es algo que todo el mundo siente cuando envejece. Y ventajas¡ Hay cierta ventaja en no tener que prestar mucha atenci¨®n a lo que los otros piensan de ti porque ya no est¨¢s construyendo una personalidad. Tengo dificultad para vivir mi vida como si estuviese definida ya, aunque no haya mucho tiempo por delante para hacer cosas que¡ en fin, puede ser que a¨²n haga algo que cambie radicalmente mi vida.
?La mirada de los dem¨¢s cambia cuando uno ya ha cumplido los setenta? S¨ª que cambia. Por un lado es m¨¢s f¨¢cil porque te consideran alguien que ya est¨¢ establecido en alg¨²n lugar, que te gusta o no te gusta, te interesa o no, pero que ya sabes lo que es. Y hay, en la actitud de la gente con los m¨¢s viejos, un poco de cari?o, un poco de respeto y tambi¨¦n un poco de desprecio.
?Sigue pensando que de cerca nadie es normal? De cerca nadie es normal.
Caetano Veloso
(Santo Amaro da Purifica??o, Bahia, 1942) es hijo de do?a Can? y del se?or Jos¨¦, y de la Bah¨ªa de Todos los Santos de Jorge Amado y Dorival Caymmi, la de rostro ib¨¦rico, cuerpo americano y alma africana. Frente a la casa en la que naci¨® hay un peque?o monolito con esta frase en portugu¨¦s: "Caetano Veloso, muchacho de la tierra, te queremos". Junto a Gilberto Gil lider¨® el movimiento tropicalista, ruptura de falsas dicotom¨ªas tradici¨®n/modernidad, buen gusto/mal gusto, que retomaba el humor, el sentido cr¨ªtico y el esp¨ªritu antropof¨¢gico del Movimiento Modernista de 1922. Una propuesta dionisiaca de m¨²sica, cine, teatro y artes pl¨¢sticas para agitar conciencias con la fuerza del rock and roll y la elegancia de la bossa nova.
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