La doble marea
Frente al drama de la inmigraci¨®n irregular triunfa la xenofobia con argumentos populistas
Las fr¨ªas cifras han irrumpido en la campa?a electoral para recordar a los europeos el drama de la inmigraci¨®n irregular. Seg¨²n la agencia de fronteras europeas Frontex, el n¨²mero de detenciones de personas que intentan entrar en la Uni¨®n Europea de manera irregular se ha triplicado con respecto al a?o pasado. El norte de ?frica sigue siendo una olla a presi¨®n dif¨ªcil de contener dada la inestabilidad de los pa¨ªses de la ribera sur del Mediterr¨¢neo. De ah¨ª provienen ¡ªmuchos de ellos en tr¨¢nsito desde la zona subsahariana¡ª los m¨¢s de 40.000 inmigrantes que entre enero y abril han intentado establecerse en Europa; la mayor¨ªa de ellos embarcados en Libia.
La abismal diferencia de riqueza entre ambos continentes es el m¨¢s potente efecto llamada para una poblaci¨®n africana joven que huye de la pobreza y la violencia. Los sirios, v¨ªctimas de una cruenta guerra civil, son parte importante de esos flujos migratorios que enfrentan a la UE a sus propias contradicciones. La gran defensora de los Derechos Humanos y de la cooperaci¨®n repele de manera expeditiva a los inmigrantes y demandantes de asilo, una actitud que el papa Francisco ha calificado de ¡°c¨ªnica¡±.
Editoriales anteriores
Europa, sumida todav¨ªa en una crisis econ¨®mica que ha desbocado el paro ¡ªe incapaz de abordar de forma estrat¨¦gica su problema demogr¨¢fico¡ª se muestra insensible al drama de los inmigrantes. Ni los naufragios ni los ahogamientos frente a playas del norte ni las heridas que sufren los que pretenden sortear las vallas reducen un ¨¢pice el sentimiento de acoso que alimenta la xenofobia. Lo demuestra el ascenso de los partidos m¨¢s radicales en este terreno. Adem¨¢s, Londres quiere establecer cupos y restringir las ayudas sociales a b¨²lgaros y rumanos y en Espa?a se usan m¨¦todos para contener a los inmigrantes que han merecido el rechazo de la Defensora del Pueblo.
La UE ha suscrito ya acuerdos bilaterales de inmigraci¨®n con Marruecos y T¨²nez. Seguir explorando esa v¨ªa es la opci¨®n m¨¢s interesante, aunque no la panacea ni la soluci¨®n a corto plazo. Cada d¨ªa entran nuevos inmigrantes en los centros de internamiento del sur de Europa y nuevos demandantes de asilo en los del norte. Una distribuci¨®n europea equitativa y solidaria garantizar¨ªa unas mejores y m¨¢s dignas condiciones para los extranjeros.
Si las fronteras exteriores son comunes, tambi¨¦n deber¨ªa comunitarizarse la responsabilidad conjunta del fen¨®meno migratorio. A medio plazo, adem¨¢s de los acuerdos bilaterales, se imponen campa?as de informaci¨®n que eviten demonizar la inmigraci¨®n y pongan en valor la realidad, como ayer mismo hac¨ªa el brit¨¢nico Instituto Nacional de Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social asegurando que el impacto de la inmigraci¨®n es ampliamente positivo para la econom¨ªa europea. Pero frente a la marea migratoria hay una corriente de opini¨®n que disuade a muchos pol¨ªticos de debatir sosegadamente sobre este asunto, temerosos de perder votos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.