La clave en la estrategia energ¨¦tica europea

Europa, y con ella Espa?a, afronta un doble desaf¨ªo en materia energ¨¦tica. Por un lado, la crisis entre Ucrania y Rusia ha puesto de manifiesto la debilidad de la pol¨ªtica energ¨¦tica europea, carente de una fuerte visi¨®n de conjunto y a largo plazo. Europa ha comprobado, una vez m¨¢s, los riesgos de su dependencia del gas ruso. Por otro lado, el continente se enfrenta a un riesgo de p¨¦rdida de capacidad de crecimiento econ¨®mico frente a otras ¨¢reas, como Estados Unidos, donde la producci¨®n propia de hidrocarburos est¨¢ generando empleo y riqueza, reduciendo sensiblemente los precios de los hidrocarburos, y como consecuencia de ello, haciendo m¨¢s competitiva su industria. Ambos desaf¨ªos est¨¢n relacionados entre s¨ª, y ambos ofrecen, a su vez, una oportunidad hist¨®rica para Europa, y particularmente para Espa?a.

En cuanto al primer desaf¨ªo, la crisis entre Ucrania y Rusia urge a Europa a buscar una estrategia dirigida a diversificar fuentes y garantizar la seguridad de suministro de gas a medio y largo plazo, reduciendo la dependencia de Rusia. En este sentido, cabe puntualizar que Espa?a importa la mitad del gas que consume de Argelia lo cual aleja de nuestro pa¨ªs el riesgo de una crisis de abastecimiento de gas ruso, e incluso apunta al gas argelino como alternativa para Europa; pero s¨ª invita a reflexionar sobre la conveniencia de contar a medio plazo con una mayor diversificaci¨®n de fuentes de suministro.

Se precisar¨¢ una buena dosis de voluntad pol¨ªtica en la UE para lograr articular una estrategia energ¨¦tica verdaderamente com¨²n, que apunte en tres posibles direcciones. La primera, una reconfiguraci¨®n del mapa energ¨¦tico europeo, aumentando las interconexiones comunitarias. En este sentido, ser¨ªa muy positivo dar prioridad a la conexi¨®n entre Espa?a y Francia (el corredor Norte-Sur Occidental, a trav¨¦s del gasoducto Midcat), que permitir¨¢ integrar la Europa atl¨¢ntica y mediterr¨¢nea, abriendo una v¨ªa europea al gas proveniente de Argelia mediante gasoductos (MEDGAZ y GME).

La segunda direcci¨®n se?ala a una mayor apertura exterior para incrementar la diversificaci¨®n de los or¨ªgenes del suministro. En este sentido, todas las miradas se dirigen a EE?UU, que gracias a la puesta en producci¨®n de sus recursos de shale gas ser¨¢ pronto capaz de exportar gas natural licuado (GNL) mediante barcos metaneros para garantizar el suministro en Europa. Espa?a, por su situaci¨®n geogr¨¢fica y sus plantas de regasificaci¨®n tanto atl¨¢nticas como mediterr¨¢neas, puede jugar un papel fundamental como nodo (hub) de distribuci¨®n con toda Europa.

En Espa?a, frente a la creencia tradicional de que en nuestro pa¨ªs no hay hidrocarburos, la posibilidad de hallar gas y petr¨®leo es una realidad

En tercer lugar, una renovada estrategia energ¨¦tica com¨²n para la Uni¨®n Europea pasa, necesariamente, por impulsar la exploraci¨®n y producci¨®n propia de hidrocarburos, tanto convencionales como no convencionales.

Este impulso se perfila como una alternativa necesaria y responsable para cumplir con el compromiso de proveer de energ¨ªa segura y competitiva (menos costosa) a la sociedad. Europa ¡ªy Espa?a, de manera se?alada¡ª tiene el desaf¨ªo de promover todas las iniciativas industriales e inversiones que generen un efecto palanca en la econom¨ªa del continente.

En Espa?a, frente a la creencia tradicional de que en nuestro pa¨ªs no hay hidrocarburos, la posibilidad de hallar gas y petr¨®leo es una realidad. Lo es gracias a diversos factores, entre los que destacan las nuevas tecnolog¨ªas exploratorias (s¨ªsmicas 3D) y de producci¨®n, como fracturaci¨®n hidr¨¢ulica, que est¨¢n permitiendo ya que otros pa¨ªses aprovechen la oportunidad y est¨¦n obteniendo resultados. Los recientes estudios apuntan a que Espa?a podr¨ªa contener recursos equivalentes a 70 a?os de consumo de gas y al 20% del consumo anual de petr¨®leo durante 20 a?os.

Dicho esto, cabe preguntarse qu¨¦ impacto tendr¨ªa el desarrollo de esta actividad de exploraci¨®n y producci¨®n de hidrocarburos en la econom¨ªa espa?ola. Un reciente estudio de la consultora Deloitte cifra esa expectativa en una generaci¨®n de riqueza de 44.000 millones de euros en el a?o de mayor impacto, lo que equivaldr¨ªa a un 4,3% del PIB actual. En t¨¦rminos de empleo, supondr¨ªa ¡ªhablamos siempre en el escenario medio¡ª una generaci¨®n de puestos de trabajo directos e indirectos que superar¨ªa las 260.000 personas en el a?o de mayor impacto. Respecto a la contribuci¨®n neta a la balanza comercial, ¨¦sta igualar¨ªa al nivel de d¨¦ficit que presenta actualmente la balanza en un plazo de 15 a?os, y alcanzar¨ªa un valor m¨¢ximo superior a los 40.000 millones de euros en 2040. En el caso del gas, los datos indican que Espa?a podr¨ªa ser autosuficiente, e incluso exportar durante 20 a?os.

Es el momento de Europa, y es el momento de Espa?a. De tomar decisiones y crear una estrategia verdaderamente com¨²n y de largo alcance que reduzca la dependencia energ¨¦tica, mejore la competitividad, e impulse la exploraci¨®n y producci¨®n de recursos propios. Desde ACIEP, creemos que es el momento de que Espa?a aborde estos desaf¨ªos con liderazgo, fortaleciendo nuestra posici¨®n pol¨ªtica en el contexto internacional. Crear puestos de trabajo, generar riqueza y equilibrar nuestra balanza comercial, no s¨®lo son objetivos deseables, sino que ahora sabemos que son posibles. Es hora de cambiar nuestra historia econ¨®mica y para ello necesitaremos voluntad pol¨ªtica, seguridad jur¨ªdica, lo mejor de nuestros profesionales y un di¨¢logo constante con la sociedad.

Antonio Mart¨ªn Pascual es presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Compa?¨ªas de Investigaci¨®n, Exploraci¨®n y Producci¨®n de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterr¨¢neo (ACIEP).