Cuando un beso es ofensa y traici¨®n
El saludo de Leila Hatami al presidente del Festival de Cannes enfurece al gobierno de Ir¨¢n ¡°La mujer iran¨ª es el s¨ªmbolo de la castidad y la inocencia¡±, se queja el viceministro de Cultura La actriz, protagonista del primer filme iran¨ª con un Oscar, participa como jurado en el certamen
Miren atentamente a la foto. La actriz, Leila Hatami, besa en la mejilla a Gilles Jacob, el presidente del festival de Cannes. Es un gesto de cortes¨ªa social, sin mayor importancia, y que en cualquier caso s¨®lo ata?e a sus protagonistas. No as¨ª en Ir¨¢n, el pa¨ªs de la artista, donde los siempre susceptibles guardianes de las esencias se han llevado las manos a la cabeza y la han acusado nada menos que de ofender las creencias religiosas y, ag¨¢rrense a la silla, traicionar el estatuto de las mujeres iran¨ªes como ¡°s¨ªmbolo de la castidad y la inocencia¡±.
Ante el revuelo que se ha formado, Jacob, de 83 a?os, ha salido en defensa del honor de Hatami, de 41, precisando que fue ¨¦l quien se inclin¨® a besar a la protagonista de Una separaci¨®n, la primera pel¨ªcula iran¨ª premiada con un Oscar. Pero ni ese detalle ni la diferencia de edad ni la presencia de testigos pesan en la estrecha (y machista) visi¨®n de la pureza de los ultramontanos iran¨ªes. Hatami se encuentra en Cannes como miembro del jurado.
¡°Quienes asisten a eventos internacionales deben tener en cuenta la credibilidad y la castidad de las iran¨ªes, de forma que no se d¨¦ al mundo una mala imagen de ellas¡±, ha declarado el viceministro de Cultura y Orientaci¨®n Isl¨¢mica, Hosein Nushabadi, citado en la web de la radiotelevisi¨®n estatal. Y, por si quedaba alguna duda, ha precisado que ¡°la mujer iran¨ª es el s¨ªmbolo de la castidad y la inocencia¡±.
O sea, que adem¨¢s de imponer a las mujeres c¨®mo deben de vestir, actuar y pensar dentro de Ir¨¢n, tambi¨¦n quieren ejercer su influencia sobre las iran¨ªes cuando est¨¢n fuera del pa¨ªs. No hace falta precisar que muchos iran¨ªes sienten verg¨¹enza ajena cada vez que uno de sus gobernantes monta un esc¨¢ndalo por una nader¨ªa. Sin embargo, en un pa¨ªs tan polarizado como Ir¨¢n, esa moral retr¨®grada a¨²n tiene defensores.
Poco antes de la intervenci¨®n del viceministro, el Club de Periodistas J¨®venes, una agencia conservadora afiliada con la radiotelevisi¨®n iran¨ª, hab¨ªa tachado el comportamiento de Hatami de ¡°poco convencional e indecoroso¡±. Seg¨²n la interpretaci¨®n de la ley isl¨¢mica (Shar¨ªa) que las autoridades iran¨ªes imponen desde la revoluci¨®n de 1979, una mujer no puede tener ning¨²n contacto f¨ªsico con un hombre que no sea miembro de su familia. Ni siquiera est¨¢ bien visto dar la mano a alguien de distinto sexo.
No est¨¢ claro qu¨¦ va a pasar cuando la actriz regrese a Teher¨¢n, donde vive con su marido, el tambi¨¦n actor Ali Mosaffa, y los dos hijos de ambos. Dado su reconocimiento internacional, cualquier represalia oficial pondr¨ªa en evidencia al Gobierno. Sin embargo, los precedentes no son alentadores.
En 2008, las autoridades iran¨ªes prohibieron salir del pa¨ªs a la joven actriz Golshifteh Farahani porque hab¨ªa osado actuar en una pel¨ªcula estadounidense, Body of lies con Leonardo DiCaprio. Poco despu¨¦s, logr¨® escaparse y desde entonces vive y trabaja en Francia. Hace dos a?os volvi¨® a desatar la controversia cuando apareci¨® en topless en una revista y un corto. Las redes sociales hirvieron con los comentarios a favor y en contra de sus compatriotas.
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