Mujeres iran¨ªes exigen flagelar a la actriz del beso prohibido en Cannes
Piden a la Fiscal¨ªa latigazos y hasta 10 a?os de c¨¢rcel para Leila Hatami Por "herir los sentimientos de Ir¨¢n" y llevar "ropa il¨ªcita" en p¨²blico, "fomentando la corrupci¨®n" La int¨¦rprete salud¨® con un beso en la mejilla al presidente del festival de cine franc¨¦s
Un grupo de universitarias iran¨ªes ha pedido que se flagele en p¨²blico a la actriz Leila Hatami por haber besado al presidente del festival de Cannes, Gilles Jacob. El casto beso en la mejilla con el que ambos se saludaron el pasado lunes sobre la alfombra roja fue duramente criticado por los retr¨®grados de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Ahora, esta nueva andanada viene a confirmar que los sectores m¨¢s conservadores se han lanzado a una guerra sin cuartel para intentar desprestigiar internacionalmente al Gobierno del moderado Hasan Rohan¨ª.
Seg¨²n la web Tasnim, varias integrantes de la secci¨®n estudiantil de Hezbol¨¢, un grupo ultra vinculado con los Guardias Revolucionarios (Pasdar¨¢n), presentaron el jueves una demanda para que se juzgue a Hatami. La protagonista de Una Separaci¨®n, la ¨²nica pel¨ªcula iran¨ª que ha ganado un Oscar, se encuentra en Cannes como parte del jurado de la Palma de Oro, que preside la directora de cine Jane Campion.
¡°Las signatarias, un grupo estudiantes musulmanas, pedimos a la secci¨®n cultural y de medios de comunicaci¨®n de la fiscal¨ªa que procese a Leila Hatami por su pecaminoso acto [besar a un hombre en p¨²blico] lo que seg¨²n el art¨ªculo 638 [del C¨®digo] de Justicia Isl¨¢mica Penal acarrea pena de c¨¢rcel¡±, se?ala el texto.
Poco importa que Jacob tenga 83 a?os y haya declarado que fue ¨¦l quien bes¨® a Hatami, de 41, vi¨¦ndola como una representante del cine iran¨ª. Las puritanas insisten en que la actriz ¡°ha herido los sentimientos de Ir¨¢n en tanto que naci¨®n orgullosa y tierra de m¨¢rtires¡±, por lo que tambi¨¦n solicitan que ¡°sea azotada, tal como estipula la ley¡±. La demanda a?ade que el comportamiento de Hatami, y su aparici¨®n ¡°con ropa il¨ªcita¡± en p¨²blico, ¡°fomenta la corrupci¨®n¡±. Por todo lo cual piden entre uno y diez a?os de c¨¢rcel.
Aunque no ha habido indicaci¨®n oficial de que el caso se haya admitido a tr¨¢mite, su mero planteamiento alienta la imagen de Ir¨¢n como una teocracia retr¨®grada y machista cada vez m¨¢s desconectada de la realidad. Sin embargo, en un pa¨ªs donde las iniciativas ciudadanas muy rara vez son espont¨¢neas, el gesto de las universitarias refuerza la percepci¨®n de que los grupos ultraconservadores que perdieron la elecci¨®n presidencial del a?o pasado ante el moderado Rohan¨ª, han decidido trasladar la batalla pol¨ªtica al terreno social y cultural.
Los ataques contra Hatami son un elemento m¨¢s de la ofensiva ante la posibilidad de que el presidente logre desbloquear el contencioso nuclear que mantiene a Ir¨¢n marginado de la comunidad internacional. Esta misma semana, seis j¨®venes han pasado tres noches en la c¨¢rcel por haber colgado en YouTube un v¨ªdeo en el que bailaban al ritmo del tema Happy, de Pharrell Williams. Hace un par de semanas, una manifestaci¨®n no autorizada de varios cientos de chador¨ªes (las mujeres que se cubren con el chador, una tela negra que oculta de la cabeza a los pies) recorri¨® el centro de Teher¨¢n ante la mirada impasible de la polic¨ªa pidiendo mano dura contra aquellas que no oculten el cabello y las formas del cuerpo como manda la ley.
Mientras tanto, otras iran¨ªes, hartas de que la ley las trate como ciudadanas de segunda e incluso estipule c¨®mo deben de vestirse, se est¨¢n movilizando en Internet para reclamar la libertad de poder mostrar su cabello. Con 78 millones de habitantes, Ir¨¢n es un pa¨ªs muy diverso. El creciente atrevimiento de la juventud y el eco que las redes sociales dan a sus iniciativas (ignoradas por los medios convencionales bajo control estatal) est¨¢n poniendo contra las cuerdas a los guardianes de las esencias que temen que la menor apertura acabe con su poder sobre el cuarto productor de petr¨®leo del mundo.
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