?Qu¨¦ dicen las investigaciones sobre las dietas?
¡°Operaci¨®n bikini¡± podr¨ªa ser el lema para muchas personas ahora que se acerca el verano. Es el momento en el que acampan los productos de belleza en los mostradores de las farmacias para recuperar la figura y donde comienzan algunas conversaciones sobre dietas para comer de un modo m¨¢s ligero y saludable. Sin embargo, todos los que hayamos vivido una dieta sabemos que perder peso se puede convertir en un camino ¡°cuesta arriba¡±. ?Y por qu¨¦ es tan dif¨ªcil? Esta misma pregunta se la formul¨® Sandra Aamodt, una neurocient¨ªfica que tambi¨¦n sufri¨® dichos procesos sin conseguir la bondad de la b¨¢scula. Como buena investigadora y m¨¢s all¨¢ de calor¨ªas y alimentos prohibidos, Sandra puso foco en la importancia que el cerebro tiene para controlar el hambre y el gasto energ¨¦tico. De hecho, considera que el cerebro es el aut¨¦ntico protagonista ya que act¨²a de un modo, del que nosotros ni tan siquiera somos conscientes. Seg¨²n sus investigaciones, nuestro cerebro decide cu¨¢nto ¡°debemos¡± pesar y si nos salimos de dicho rango, nos emite se?ales para regresar a ¨¦l, ensalivando si hace falta para comer a¨²n m¨¢s.
?Motivo? Nuestro cerebro tiene memoria hist¨®rica. Hemos pasado siglos sin poder acceder a los alimentos con facilidad. Por ello y en base a esta teor¨ªa, no tener comida en exceso se considera una amenaza peligrosa. El cerebro se encarga de erradicarlo emitiendo se?ales de alarma disfrazadas de m¨²ltiples modos¡ y este es uno de los motivos por los que una dieta es una carrera de obst¨¢culos contra nosotros mismos o, mejor dicho, contra nuestro propio cerebro.
Pero hay m¨¢s motivos que la huella hist¨®rica. Nuestro cuerpo funciona de un modo inteligente y preciso: si consumimos menos alimentos, nuestro organismo consume menos energ¨ªa para mantener el equilibrio. Y si perdemos peso, el cerebro har¨¢ todo lo posible para volver al equilibrio que ten¨ªa registrado. Tal y como se?ala Sandra, despu¨¦s de una bajada de peso, el cerebro trabaja durante los siguientes siete a?os para recuperar lo perdido. Y si nos mantenemos durante una ¨¦poca con unos kilitos de m¨¢s, puede decidir que ese es nuestro peso ideal. As¨ª que, seg¨²n la investigaci¨®n de Sandra Aamodt, es parad¨®jico como nosotros intentamos controlar a nuestro cuerpo cuando el cerebro toma sus propias decisiones sin que tengamos tanto margen de maniobra.
Traci Mann, de la universidad de Minnesota, es otra investigadora que ha corroborado con datos por qu¨¦ no son siempre tan efectivas. Primero, analiz¨® los datos estad¨ªsticos: en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas han aumentado los problemas de obesidad, al tiempo que parece que se han incrementado los tipos de dietas. Segundo, analiz¨® junto a su equipo el impacto de las dietas y parece que entre el 33 y 66 por ciento de las personas que se ponen a dieta, pasado un tiempo recuperan el peso anterior. Malas noticias.
Otro factor en el que se ha detenido la investigaci¨®n para ver c¨®mo influye en la p¨¦rdida o ganancia de peso ha sido el n¨²mero de horas que dormimos. Pues bien, lo que demostr¨® un estudio realizado por Andrea Spaeth y su equipo de la Universidad de Pennsylvania, en el que participaron 225 personas de entre 22 y 50 a?os, fue que dormir poco se relaciona con el aumento de peso. ?Por qu¨¦? La respuesta seguramente suene muy l¨®gica, si dormimos menos somos m¨¢s propensos a aumentar la ingesta de calor¨ªas. Adem¨¢s, las cosas que comemos cuando tendr¨ªamos que estar durmiendo no suelen ser muy saludables¡ y si no, recordemos cuando ten¨ªamos que estudiar por la noche y nuestro paseo habitual era a la cocina y el frigor¨ªfico y no precisamente para hacernos un zumo de verduras y fruta.
Por tanto, mas all¨¢ del control que queramos ejercer sobre nuestro peso, las investigaciones nos aportan algunas otras claves que nos explican por qu¨¦ las dietas no siempre funcionan, por muy bien que nos las vendan. M¨¢s all¨¢ de incorporar a nuestro cuerpo una alimentaci¨®n sana, Sandra Aamodt propone que comamos con m¨¢s consciencia, es decir, aprendamos a entender las se?ales de nuestro cuerpo: comamos cuando tengamos hambre, paremos cuando estemos llenos y, sobre todo, cuando estemos mal no lo paguemos con nuestro cuerpo. De este modo, vamos creando un nuevo h¨¢bito a nuestro cerebro. Quiz¨¢ si ponemos esto en pr¨¢ctica y educamos a las nuevas generaciones en esta consciencia, nuestra relaci¨®n con los alimentos sea m¨¢s saludable, estaremos m¨¢s a gusto con nuestro cuerpo y ganemos en calidad de vida.
Referencias
Intervenci¨®n de Sandra Aamodt en TED en 2013
Mann, T. et al. (2007) Medicare's search for effective obesity treatments: Diets are not the answer. American Psychologist.
Spaeth, A.M., Dinges, D.F. and Goel, N. (2013) Effects of Experimental Sleep Restriction on Weight Gain, Caloric Intake and Meal Timing in Healthy Adults. Sleep.
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