Car¨¢cter, salud: lo que un apret¨®n de manos revela de ti
Hay detalles en la manera en la que ejecutamos este saludo que indican con precisi¨®n nuestra edad real y alerta de posibles enfermedades
A una persona con experiencia y curiosidad, un apret¨®n de manos, ese gesto que realizamos 15.000 veces a lo largo de nuestra vida, le puede decir todo lo que necesita saber para formarse una primera impresi¨®n: su grado de confianza en s¨ª mismo, su poder o su agresividad. Pero hay m¨¢s. Seg¨²n investigaciones recientes publicadas en la revista Plos One, de la ONG estadounidense PLOS (siglas de Public Library of Science), la manera en que se da un apret¨®n de manos es un buen indicador de la edad biol¨®gica y del nivel educativo de una persona.
La investigaci¨®n ¨Cbasada en los resultados de medio centenar de casos llevados a cabo en todo el mundo con personas de edades diferentes¨C concluye que, sumada a otros marcadores biol¨®gicos ¨Cel declive mental, la presi¨®n arterial, la fuerza en las piernas, el estado de las arterias y la capacidad de recuperaci¨®n luego de un internamiento hospitalario¨C, la fuerza del apret¨®n de manos podr¨ªa ser una de las formas m¨¢s eficaces de medir la edad real de las personas.
¡°El apret¨®n de manos es f¨¢cilmente medible y hallamos una gran cantidad de datos con esta prueba en la mayor¨ªa de las investigaciones importantes sobre el envejecimiento en el mundo", precisa uno de los autores del estudio, Warren Sanderson, investigador del IIASA (International Institute for Applied System Analysis), con sede en Viena, y de la Universidad de Stony Brook, cerca de Nueva York.
¡°La prueba de vigor del apret¨®n de manos mostr¨®, entre otras cosas, que las personas con un nivel de formaci¨®n superior envejecen m¨¢s despacio que las que dejaron los estudios antes de terminar el bachillerato¡±, precisa Serguei Scherbov, director de las investigaciones demogr¨¢ficas en el IIASA y principal autor del estudio, quien opina que el test de fuerza del apret¨®n de manos deber¨ªa ser parte de los ex¨¢menes m¨¦dicos para evaluar el estado de salud de los pacientes, ya que, seg¨²n parece, entre los m¨¢s j¨®venes el apret¨®n de manos puede ayudar a predecir algunos riesgos de mortalidad.
Un estudio llevado a cabo en Suecia a lo largo de 25 a?os, con 1,14 millones de adolescentes nacidos entre 1951 y 1976, indica que quienes tienen un apret¨®n de manos m¨¢s d¨¦bil que el promedio tienen mayores riesgos de mortalidad.
Dame la mano y te dir¨¦ c¨®mo eres
Aunque los estudios sobre el apret¨®n de manos no dejan de descubrir nuevos elementos, hace ya tiempo que la psicolog¨ªa ha puesto a nuestra disposici¨®n una suerte de interpretaci¨®n de los apretones de manos m¨¢s comunes y de lo que estos nos revelan de la persona que nos da la mano. As¨ª, han surgido los siguientes cinco modelos.
El pez fr¨ªo: Este apret¨®n, fr¨¢gil y blando, da la impresi¨®n de que se trata de una persona de car¨¢cter pasivo y d¨¦bil. Es uno de los m¨¢s desagradables, especialmente si la mano que nos ofrecen est¨¢ fr¨ªa.
El quebrantador de nudillos: Suelen practicarlo las personas que quieren dar la impresi¨®n de duras y de que dominan completamente la situaci¨®n.
El guante: Se llama as¨ª cuando nuestra mano queda entre las dos manos de la otra persona. Suele darlo el que inicia la conversaci¨®n para dar a entender lo amable, afectivo y sincero que es. Sin embargo, a menudo surte en nosotros el efecto contrario y hace que desconfiemos.
El brazo r¨ªgido: Cuando alguien nos ofrece su mano manteniendo el brazo r¨ªgido. En este caso, podemos estar bastante seguros de que se trata de un tipo agresivo que intenta controlarnos.
El apret¨®n del dedo: Se llama as¨ª cuando la otra persona no nos da realmente la mano, sino que se limita a dejar sus dedos (incluyendo el pulgar) fl¨¢ccidamente en nuestra mano. Ello delata a una persona con muy poca confianza en s¨ª misma.
Dame la mano
La ciencia que estudia todo lo relativo al tacto se llama h¨¢ptica, t¨¦rmino que proviene del griego h¨¢pt¨, "tocar", e incluye el estudio del saludo mediante un apret¨®n de manos, que no es un invento de la sociedad moderna, ni exclusivo de Occidente, sino uno de los gestos de socializaci¨®n m¨¢s antiguos de la Humanidad. Su origen se remonta a m¨¢s de 5000 a?os, como atestiguan los jerogl¨ªficos egipcios que representan pactos y arreglos entre hombres y deidades que, solemnemente, aprietan sus manos en se?al de acuerdo.
Aunque el apret¨®n de manos ya pertenec¨ªa hac¨ªa mucho tiempo a la ¡°coreograf¨ªa social¡±, hacia el a?o 1800 a.C. se produjo en Babilonia uno de los antecedentes hist¨®ricos m¨¢s importantes de este saludo, ya que con ocasi¨®n de la festividad de A?o Nuevo, el monarca deb¨ªa realizar un acto de sumisi¨®n al dios babilonio Marduk, que consist¨ªa en dirigirse a su estatua y estrechar su mano en se?al de respeto. Este acto, que inicialmente simbolizaba un traspaso de poder, se modific¨® tras la guerra en la que los asirios invadieron Babilonia, ya que para evitar que el pueblo conquistado se rebelara, tambi¨¦n los reyes asirios empezaron a estrechar la mano de Marduk y adoptaron la tradici¨®n, llev¨¢ndola luego como propia a todo Medio Oriente.
En Grecia y en Roma la gente tambi¨¦n sol¨ªa saludarse estrech¨¢ndose las manos, aunque lo hac¨ªan agarrando la mu?eca de la otra persona y apretando fuerte. Esta forma, muy conocida gracias al cine de g¨¦nero, se remonta a la antigua Grecia, donde al cruzarse dos aldeanos o viajeros de pueblos y lenguas diferentes, lo primero que hac¨ªan era extraer sus dagas y ver c¨®mo reaccionaba la otra persona. Si mostraban signos de no querer pelear, proced¨ªan a enfundar la daga y agarraban fuertemente la mu?eca derecha del contrincante y empezaban a dialogar tranquilamente.
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