¡°Cuando nos env¨ªan de vuelta nos atan como corderos¡±
Unos inmigrantes llegan; otros, no. Y son devueltos, en caliente o en fr¨ªo. Sin dinero ni sue?os. En Thiaroye Sur Mer (Senegal) lo saben bien. Esto es parte de su historia
¡°Cuando nos env¨ªan de vuelta nos atan como corderos¡±, cuenta con expresi¨®n de dolor Moustapha Diouf, un joven de Dakar que se ha subido a una patera en m¨¢s de una ocasi¨®n para alcanzar el dorado. ?l es el presidente de la Asociaci¨®n de J¨®venes Repatriados de Thiaroye Sur Mer, un pueblo perif¨¦rico de la capital senegalesa y uno de los principales puntos de partida de migrantes del pa¨ªs. Durante 2006 y 2007 miles de j¨®venes procedentes de Thiaroye murieron o desaparecieron en el mar. Moustapha y sus vecinos conocen bien las consecuencias de la inmigraci¨®n clandestina y, si hay algo que todos confirman, es que lo ¨²nico que les ha tra¨ªdo son p¨¦rdidas. El documental Repatriados, que se puede ver en el v¨ªdeo de arriba, cuenta c¨®mo los j¨®venes, ante la falta de trabajo y la imposibilidad de encontrar un medio para ganarse la vida, decidieron montarse en una patera para llegar a las costas europeas. ¡°No podemos hablar de la inmigraci¨®n clandestina omitiendo la pobreza. Todo es consecuencia de ella¡±, sentencia Moustapha.
En los pueblos del litoral senegal¨¦s como Thiaroye, el 90% de la poblaci¨®n vive de la pesca artesanal. La sucesi¨®n de piraguas en las costas de Dakar son una imagen habitual. Cada grupo familiar cuenta con una red: los hombres salen a pescar durante el d¨ªa mientras las mujeres esperan a que les traigan la mercanc¨ªa para venderla en el mercado al final de la tarde, cuando un sinf¨ªn de barcas vuelven a la playa cargadas de pescado.
No obstante, la mercanc¨ªa fue disminuyendo a medida que pasaban los a?os, principalmente a causa de los acuerdos de pesca entre la Uni¨®n Europea y Senegal, mediante los que grandes pesqueros europeos trabajaban en el caladero senegal¨¦s. Esto, sumado a la presencia de barcos asi¨¢ticos y rusos, ha provocado que las familias senegalesas cada vez tengan m¨¢s dificultades para ganarse la vida. ¡°Los barcos industriales extranjeros se quedan con grandes cantidades de pescado. Todas las zonas donde hab¨ªa peces est¨¢n ahora esquilmadas. Los pescadores tienen que recorrer cada vez m¨¢s kil¨®metros en busca de capturas¡±, cuenta Ibrahima Sall, presidente de la asociaci¨®n Luchemos por el desarrollo de Yarakh, desde la que combaten la inmigraci¨®n clandestina. Ante esta situaci¨®n, numerosos j¨®venes decidieron arriesgar su vida en el mar.
Muchos de ellos alcanzaron su ansiado deseo, llegar a Espa?a y forjarse una vida, conseguir un trabajo y poder, de esta manera, ayudar a sus familiares en Senegal a trav¨¦s de las esperadas remesas, unos ingresos que se convierten en el sustento de muchas familias. Un apoyo econ¨®mico que marca la diferencia y que tiene un efecto llamada, puesto que incita a los vecinos a querer ser part¨ªcipes de ese ¨¦xito y alcanzar las costas europeas.
Tengan trabajo o no, victoria o fracaso, en los ¨²ltimos a?os se est¨¢n produciendo numerosas repatriaciones de inmigrantes africanos que tienen un dudoso sustento legal. Jos¨¦ Miguel S¨¢nchez Tom¨¢s, letrado del Tribunal Constitucional, ha calificado las llamadas devoluciones en caliente como ¡°pornograf¨ªa jur¨ªdica¡±. Diversas organizaciones ¨Cprincipalmente el grupo de lucha contra los Centros de Internamiento para Extranjeros CIEs No¨C han denunciado las condiciones en las que producen las repatriaciones, generalmente en lo que se conoce como macrovuelos de deportaci¨®n, en los que decenas de personas son devueltas a la fuerza en compa?¨ªas a¨¦reas como Air Europa.
Las personas repatriadas se ven expuestas a situaciones muy complicadas en sus pa¨ªses de origen, pues tienen que soportar la verg¨¹enza del fracaso ante sus familias. Muchos ni siquiera se atreven a volver a sus casas por miedo al rechazo. ¡°Hay gente que se ha vuelto loca porque no le queda m¨¢s esperanza. Otros han sido estigmatizados en sus casas, en sus familias¡±, explica Ibrahima.
Yayi Bayam perdi¨® a su hijo en el mar. Esto le llev¨® a crear un Comit¨¦ de Mujeres de Lucha contra la Inmigraci¨®n Clandestina, que ha reunido a un grupo de mujeres cuya principal labor es sensibilizar a los j¨®venes para que no se vayan y ofrecer alternativas de formaci¨®n. Yayi se muestra categ¨®rica: ¡°La manera en que repatr¨ªan a las personas, esposadas y en condiciones lamentables, supone una violaci¨®n de los Derechos Humanos¡±.
Miles de inmigrantes llegan cada a?o a las fronteras espa?olas. En ocasiones, como sucedi¨® en el tr¨¢gico acontecimiento de Ceuta donde 15 subsaharianos resultaron muertos, son recibidos con violencia, encerrados en Centros de Internamiento para Extranjeros y repatriados en condiciones de dudosa legalidad. La Uni¨®n Europea quiere frenar la llegada de inmigrantes clandestinos; pero tambi¨¦n de personas que, queriendo venir por el procedimiento legal, se encuentran con todo tipo de trabas para conseguir el visado necesario. En opini¨®n de Yayi, hay que cambiar esta situaci¨®n: ¡°Es necesario que Europa comience a construir puentes, Europa no puede desarrollarse sin ?frica¡±.
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