El monje librero
King Zero, protagonista de la Revoluci¨®n Azafr¨¢n, huy¨® de Birmania para evitar la c¨¢rcel Ha fundado varias bibliotecas donde miembros de todas las religiones pueden estudiar gratis
King Zero cierra los ojos como si buscara dentro de s¨ª mismo y recuerda lo dif¨ªcil que fue para ¨¦l estudiar cuando era peque?o. Por entonces le gustaba mucho leer y escribir, pero cuando ten¨ªa 14 a?os la escuela de su peque?a aldea birmana,?Kungyangon, en el distrito de Yangon, fue cerrada por el gobierno militar y su padre le llev¨® a un monasterio para que estudiara con los monjes; en ese momento no ten¨ªa otra elecci¨®n. Cuando tuvo la oportunidad de regresar a la escuela tuvo muchas conversaciones con su padre. Era feliz estudiando en el monasterio pero no sab¨ªa si quer¨ªa llegar a ser un monje. ¡°Hab¨ªa muchas reglas: para ir a un lugar hab¨ªa que pedir permiso a los maestros. Ahora puedo decidir por m¨ª mismo, antes mi maestro decid¨ªa por m¨ª", explica el monje. A sus 39 a?os, ha fundado 15 bibliotecas en Birmania y Tailandia que ofrecen acceso libre a obras literarias, pel¨ªculas, revistas y material educativo a todos los birmanos y, lo m¨¢s importante: ofrecen un espacio para hablar y debatir.
King Zero continu¨® en el monasterio y consigui¨® ingresar en la Universidad Estatal de Sasana, donde fund¨® hasta una peque?a librer¨ªa en su propio dormitorio. ¡°En mi pa¨ªs mucha gente no tiene la oportunidad de leer, no todas las escuelas tienen biblioteca¡±, asegura. Corr¨ªa el a?o 2000 y? los estudiantes ten¨ªan prohibido realizar cualquier actividad relacionada con la pol¨ªtica o aprender ingl¨¦s, pero King Zero quer¨ªa crear un lugar donde sus compa?eros pudieran reunirse para hablar y leer libremente. Unos 500 libros consigui¨® reunir en su dormitorio.
Algunos de sus colegas ten¨ªan miedo a poner el pie en esta habitaci¨®n revolucionaria porque entre ellos se hablaba de muchos temas relacionados con la pol¨ªtica que pod¨ªan resultar peligrosos en un pa¨ªs donde la libertad de expresi¨®n no siempre ha sido un derecho, sino un privilegio reservado para unos pocos.
La peque?a iniciativa de King Zero ten¨ªa los d¨ªas contados. Aung San Suu Kyi, la figura emblem¨¢tica de la oposici¨®n y luego Premio Nobel de la Paz, visit¨® en 2000 el ¨¢rea donde ¨¦l estudiaba. King Zero intent¨® sin ¨¦xito ir a visitarla: le bloquearon el paso. La gente comenz¨® a hablar sobre ello y fue as¨ª como las autoridades descubrieron su tesoro de libros. Tuvo que elegir entre seguir estudiando en la universidad o continuar hablando de la situaci¨®n pol¨ªtica de su pa¨ªs. Eligi¨® lo segundo sin pensarlo: si algo le gustaba era leer, escribir y hablar en voz alta de los problemas de Birmania. Su expulsi¨®n result¨® ser un mal necesario para continuar con su lucha para abrir los ojos a sus compa?eros, as¨ª que volvi¨® a su pueblo con su familia donde, en lugar de rendirse, decidi¨® usar de nuevo el arma de la lectura, la educaci¨®n y la cultura, fundando otra nueva biblioteca. ¡°Si la gente no tiene conocimientos, los militares pueden controlarlos f¨¢cilmente, contarles mentiras. Nuestra gente no sab¨ªa qu¨¦ pasaba en otros pa¨ªses, las reglas, el sistema...No sab¨ªan sus derechos¡±, afirma el monje.
King Zero ingres¨® posteriormente en la universidad budista en Mandalay, d¨®nde ten¨ªa m¨¢s libertad para organizar sus actividades revolucionarias. Sigui¨® aprendiendo. Estudi¨® ingl¨¦s y s¨¢nscrito, recolect¨® libros, escribi¨® sobre pol¨ªtica y, en 2003, fund¨® The Best Friend Library en Mandalay, su primera biblioteca realmente oficial. Unos a?os despu¨¦s consigui¨® tener un total de doce repartidas en toda Birmania.
Con el paso del tiempo, las ideas de King Zero fueron cogiendo forma. Se reuni¨® con l¨ªderes pol¨ªticos de otros pa¨ªses y con algunos monjes con los que realiz¨® una campa?a de pegatinas con la se?al de stop para protestar contra la dictadura. Las estamparon en secreto por las calles de todo el pa¨ªs. Algunos de los monjes fueron golpeados por los soldados. Despu¨¦s de discutir entre ellos c¨®mo reaccionar a los ataques, redactaron un comunicado para las autoridades diciendo que esperaban una disculpa por lo ocurrido o iniciar¨ªan un boicot a las limosnas de los militares. Las disculpas nunca llegaron. Los monjes, entonces, desafiaron el miedo y salieron a la calle a protestar. ¡°Si se hubieran disculpado no hubi¨¦ramos iniciado el boicot, nos hubi¨¦ramos asociado, pero hubi¨¦ramos organizado una marcha pac¨ªfica. Los dictadores no se disculpan nunca, eso lo sabemos¡±, se reafirma Zero.
Si no intentamos cambiar el sistema pol¨ªtico, la vida de nuestra gente no va a cambiar King Zero
El 18 de septiembre de 2007, decenas de miles de religiosos iniciaron una protesta que fue conocida como la Revoluci¨®n Azafr¨¢n por el color de sus t¨²nicas. En ning¨²n otro pa¨ªs se tiene tanto respeto a los monjes como en Birmania, donde se estima que son cerca de 400.000 en un pa¨ªs de 55 millones de habitantes. Los monjes eran la ¨²nica autoridad moral que pod¨ªa hacer frente a los militares. ¡°Hay gente de mi pa¨ªs que no va a la escuela, pero apoya nuestra religi¨®n. Nuestros monjes, si necesitamos un monasterio m¨¢s grande, nos apoyan. Tenemos responsabilidad. Si no intentamos cambiar el sistema pol¨ªtico, la vida de nuestra gente no va a cambiar¡±, explica.
King Zero y sus compa?eros pensaron que, con su fuerza y coraje, pod¨ªan mejorar la situaci¨®n, pero finalmente no contaron con el respeto que esperaban y durante d¨ªas su protesta pas¨® desapercibida en los medios internacionales. Se dieron cuenta de que estaban completamente solos, que nadie iba a ayudarles. Los soldados cerraron y destruyeron las calles, dispararon contra ellos y algunos fueron enviados a prisi¨®n. Las ansias de libertad de los birmanos fueron pisoteada. El miedo hab¨ªa regresado a Birmania.
Los militares no tardaron en pedir nombres de los organizadores de la protesta, mucha gente fue interrogada y torturada preguntando por el paradero de King Zero pero algunos desconoc¨ªan su nombre porque no es m¨¢s que un apodo. Su nombre real es Ashin Issariya. ¡°Escrib¨ª este nombre en un poema cuando ten¨ªa 17 a?os, lo eleg¨ª yo mismo y si me preguntan el porqu¨¦ lo uso puedo explicarlo. King es un l¨ªder, en nuestro pa¨ªs no hemos tenido un buen l¨ªder. Cero tambi¨¦n es vac¨ªo, estoy vac¨ªo, quiero aprender m¨¢s y m¨¢s¡±, explica.
Despu¨¦s de la fallida protesta, consigui¨® reunirse en secreto con su hermano y algunos miembros de su familia. Le rogaron que se marchara para no terminar en prisi¨®n como muchos de sus compa?eros. ¡°No te preocupes por tu familia, ?vete!", le dijeron. Con el carn¨¦ de identidad de su cu?ado y cambiando su t¨²nica azafr¨¢n por otras prendas de paisano para pasar inadvertido, cruz¨® la selva del Estado Karen hasta llegar a Mae Sot, la ciudad fronteriza de Tailandia. "Desde que llegu¨¦ aqu¨ª no tengo ning¨²n documento de identidad pero los polic¨ªas me respetan porque saben qui¨¦n soy". Ser un monje le ha dado a King Zero muchas m¨¢s oportunidades en Tailandia que a muchos birmanos a quienes se trata de expulsar o se les pide una buena mordida a cambio de hacer la vista gorda.
King Zero ha fundado tres bibliotecas m¨¢s en Tailandia. Una est¨¢ en Chiang Mai, otra en el campo de refugiados birmanos de Nu Po y, la ¨²ltima, en Mae Sot, donde imparte clases de ingl¨¦s y de inform¨¢tica de forma gratuita a los miembros de todas las religiones. M¨¢s que un monje, parece un emprendedor o un poeta porque dedica m¨¢s tiempo a escribir que a meditar y muchas veces se va a dormir de madrugada escribiendo poemas y textos pol¨ªticos. En Mae Sot se recolecta comida para los inmigrantes ilegales birmanos que viven en el vertedero de su ciudad y no pueden regresar a Birmania porque no les queda absolutamente nada. La situaci¨®n de King Zero y de su pa¨ªs ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. Los militares nunca se han disculpado, pero los monjes aceptan indirectamente sus donativos y a ¨¦l le dejan regresar cuando desea. Quiz¨¢ es que la democracia se abre paso ya en Birmania.
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