Ni?os que resisten en el cuarto desnudo de un hospital mexicano
La atenci¨®n psicol¨®gica no es una prioridad en Latinoam¨¦rica. Un documental narra c¨®mo se desarrolla el tratamiento a menores
Parece que siempre est¨¢ primero la comida, el trabajo, el techo. La salud mental y la vida afectiva no suelen constituir una prioridad entre las prioridades. Sobre todo cuando hablamos de Latinoam¨¦rica y de los m¨¢s rezagados en la escala social, los que en su vida cotidiana dif¨ªcilmente pensar¨¢n en una terapia privada ni consultar¨¢n con un psic¨®logo si no es que los derivan desde Urgencias de un Hospital, cuando ya est¨¢n desbordados.
El cuarto desnudo ¨Cque se ver¨¢ este martes 10, en la Casa de Am¨¦rica¨C es el segundo trabajo documental de Nuria Ib¨¢?ez (Madrid, 1974), una espa?ola que vive en M¨¦xico desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, donde estudi¨® cine y se hizo del D. F. El cuarto desnudo es ni m¨¢s ni menos que la salita de atenci¨®n de emergencias psiqui¨¢tricas infantiles en un hospital del Distrito Federal.
Sin m¨¢s locaci¨®n que la que enmarcan esas paredes pintadas al aceite, la directora iba a ser testigo de las confesiones de ni?os y adolescentes que se autolesionan, agreden a otros o tienen pensamientos violentos contra s¨ª mismos. El cuidado en el trato y las preguntas de los profesionales, siempre fuera de cuadro, contrastan con la violencia familiar que se adivina, la que se cuela por las paredes pintadas al aceite en las voces de los desorientados padres que a veces solo saben poner ¡°correctivos¡± o quejarse, tambi¨¦n en los ojos secos de los chicos que parecen haberse hecho de piedra para caber en la vida dura (y resistir a sus parientes) y, luego, en las l¨¢grimas de angustia en el derrumbe, cuando sienten que alguien puede contenerlos, ayudarlos.
Impotencia y culpabilidad en las v¨ªctimas que se han vuelto victimarios, porque nadie les ha ayudado nunca a saber de s¨ª mismos. La lastimadura se reabre de generaci¨®n en generaci¨®n, y se agiganta hasta donde no hay gestos que calmen. Pero en alg¨²n momento del derrumbe, surge la palabra que empieza a sanar.
Y el cuarto sigue desnudo, aunque ahora hay palabras, y all¨ª est¨¢ la c¨¢mara de Nuria, que viene del periodismo y asegura que no quiere hacer m¨¢s preguntas, solo estar. ¡°No quer¨ªa hacer entrevistas pero fui testigo de las entrevistas de Urgencias, en las que se trata de averiguar si esos chicos se quieren quitar la vida¡±, apunta.
A los espectadores se nos ocurren demandas, dudas, denuncias y los propios mea culpa de ?c¨®mo-lo-estaremos-haciendo-nosotros-como-padres? El estrago deja de ser aqu¨ª un t¨¦rmino psicoanal¨ªtico para adjetivar progenitores y se transforma en una losa pintada al aceite, que aprisiona caritas desoladas que, por fin, parece que est¨¢n en buenas manos, porque alguien los ayudar¨¢ a mirar desde una perspectiva diferente a la de la culpa y el castigo.
¡°Todo intento de suicidio de un adolescente est¨¢ dirigido a otro y trata de expresar una demanda de afecto, de amor, de ser escuchado y reconocido como persona. Debe ser interpretado como una pregunta que requiere respuesta¡±, escrib¨ªa la m¨¦dica argentina Edith Serfaty en una publicaci¨®n especializada llamada Adolescencia latinoamericana.
En M¨¦xico, seg¨²n un estudio de 2013 del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa ¨Cy a tono con la tendencia global¨C, la tasa de suicidios en adolescentes va en aumento (de 4 hombres y 1.4 mujeres por cada 100.000 adolescentes en 1990 pas¨® a 10.8 y 4.7, respectivamente, en 2011).
Nuria Ib¨¢?ez ¨Ccuyo primer largometraje documental fue La cuerda floja (2009), que gan¨® el Premio Nuevas Miradas en el Festival Visions du R¨¦el 2010¨C evita poner etiquetas o dar explicaciones que la alejen de esos ni?os hu¨¦rfanos de comprensi¨®n. Asegura querer exponerse tanto como cree que los desnuda a ellos, en la consulta: ¡°Nunca quise que pareciera una c¨¢mara oculta¡ Nosotros tambi¨¦n nos vulner¨¢bamos, no solo ellos. La ¨¦tica tiene que ver con un retrato digno, que no sea denigrante para nadie¡±.
Sin r¨®tulos de patolog¨ªas es posible acercarse y abrazar el dolor, para que se diluya.
La directora quiere llegar con este documento al ¨²ltimo rinc¨®n del cuarto desnudo de la infancia y la adolescencia desabrigadas de amor verdadero.?El cuarto¡ ha ganado el premio a la Mejor Pel¨ªcula en Competencia de Derechos Humanos de la ¨²ltima edici¨®n del Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) de Buenos Aires, Argentina, entre otros galardones que incluyen el de mejor ?pera Prima de la XIII Edici¨®n de REC del Festival Internacional de Cinema de Tarragona, Espa?a, 2013. Actualmente, la realizadora trabaja en su tercer largo, Una corriente salvaje y este martes estar¨¢ en el coloquio posterior a la proyecci¨®n, para dialogar con el p¨²blico.
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