Decrecimiento
?Alguien se ha preguntado qu¨¦ ocurrir¨ªa si hici¨¦ramos reiteradas huelgas de consumo? Me refiero, obviamente, a prescindir conscientemente de comprar o adquirir bienes y servicios absolutamente superfluos y, por tanto, prescindibles. Se prima la cantidad inundatoria, no la calidad de lo que compramos. E incluso se nos seduce y convence con sofisticadas triqui?uelas y envolventes t¨¢cticas de marketing para que compremos, aunque sea a plazos y endeud¨¢ndonos de por vida. Esta enervante carrera hacia la nada por las autopistas de la obsolescencia programada, endeudan a los individuos, a las familias y a los Estados. Hemos pasado del ¡°Estado de bienestar intuido¡± al ¡°Estado del derroche manirroto¡±; de la alpargata y de la albarca al smarphone y a la tableta. La tecnolog¨ªa es maravillosa, pero en manos de ciudadanos formados y cr¨ªticos no f¨¢cilmente manipulables. Somos ahora ya deudores hipotecados de nuestra fragilidad, estupidez e inconsistencia.¡ª Agust¨ªn Arroyo Carro.
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