La ola
En la Facultad de Pol¨ªticas de la Complutense existe una larga tradici¨®n de izquierdas, vigente desde la lucha democr¨¢tica antifranquista
En 2008 Dennis Gansel llev¨® a la pantalla con La ola un hecho real. Un profesor eg¨®latra y autoritario plantea un experimento con sus alumnos para mostrar en el ¨¢mbito de una clase como surge ¡°la autocracia¡±. Desbordado por la din¨¢mica de agresividad y violencia asumida por los estudiantes, percibe tarde la inminencia del final tr¨¢gico, al convertirse el movimiento en la plataforma para una dictadura.
Los ingredientes que dan forma a una mentalidad totalitaria son cuidadosamente individualizados en La ola: a) una ideolog¨ªa simple y maniquea que permite la designaci¨®n del otro como enemigo; b) la formaci¨®n de un grupo altamente cohesionado, en torno a unos signos identitarios; c) la existencia de un l¨ªder carism¨¢tico, que fija los objetivos de la acci¨®n y detenta los mecanismos de control y vigilancia; d) la pretensi¨®n de ser reconocidos como ¨²nicos representantes leg¨ªtimos de su colectivo, y e) el recurso a la violencia ¡ªf¨ªsica, verbal¡ª para eliminar a opositores y disidentes.
El fondo de m¨²sica rapera nos lleva desde La ola a ocuparnos de Contrapoder. En la Facultad de Pol¨ªticas de la Complutense existe una larga tradici¨®n de izquierdas, vigente desde la lucha democr¨¢tica antifranquista, con l¨®gicos altibajos. Ser¨¢ en 2008 cuando los grupos de estudiantes izquierdistas cobren mayor cohesi¨®n y, como en La ola, por presencia activa de docentes. La influencia doctrinal de Juan Carlos Monedero, ya asesor de Ch¨¢vez e impulsor del llamado ¡°socialismo del siglo XXI¡±, es muy probable a la luz de desarrollos posteriores y de su propia teorizaci¨®n del ¡°contrapoder¡±. Diciembre 2008: primer boicot, a una conferencia de Josep Piqu¨¦, con unos estudiantes disfrazados de presos de Guant¨¢namo. Empezaban el espect¨¢culo y el uso de signos identitarios para forjar la cohesi¨®n grupal. Antes, en febrero, fracas¨® un intento de boicot a gritos de una conferencia de Rosa D¨ªez; irritados, a quien defendi¨® la libertad de expresi¨®n, le condenaron en la Red, deformando im¨¢genes e informaci¨®n, a ser novio pol¨ªtico eterno de Rosa. No falt¨® a la cita Pablo Iglesias, desde Rebeli¨®n, con una delirante defensa de los reventadores (frustrados) de la conferencia. Ser¨ªa el de estos (con sus golpes y patadas), y de quienes un a?o atr¨¢s exigieron la liberaci¨®n de De Juana Chaos, nada menos que el gesto de Ant¨ªgona. De paso, el radicalismo descubre que su violencia no tiene coste alguno, por la permisividad de instancias supra-facultativas. Como en la Italia de 1920, el ascenso del totalitarismo fue resistible.
Monedero e Iglesias visten de mil maneras el ¡°pobres contra ricos¡±
Una segunda visita de la pertinaz Rosa en 2010, ya con nueva autoridad acad¨¦mica, indica la madurez alcanzada por Contrapoder. Los lectores pueden comprobarlo en YouTube (Rosa D¨ªez visita la Facultad de Pol¨ªticas). Amen del canto del Eusko gudariak a un pol¨ªtico amenazado de muerte, el esperpento tiene dos momentos culminantes: a) la defensa por el decano de la libertad de expresi¨®n para que Rosa hable, pregunt¨¢ndoselo a los contestatarios, quienes naturalmente le gritan que no y ¨¦l les deja la palabra, y b) cuando Iglesias (o su sosias) se dirige a una estudiante en primera fila y esta inicia de inmediato la contestaci¨®n. Prueba de que los cinco puntos de La ola se cumplen. Hacia arriba, do ut des, consentimiento por votos.
Gracias, adem¨¢s, a la relaci¨®n de Monedero con Ch¨¢vez, la instituci¨®n se convierte en plataforma para la izquierda chavista del Cono Sur, que llega al extremo de apoyar a Contrapoder ante las recientes elecciones de estudiantes con un anuncio de conferencia el mismo d¨ªa del vicepresidente de Bolivia, ?lvaro Garc¨ªa Linera, presentado por Monedero: lecci¨®n de democracia latinoamericana a Europa. Balance: dem¨®cratas espa?oles, fuera; bienvenida en cambio la izquierda abertzale y autorizada Corea del Norte.
Fue como una matroshka construida desde dentro, con un grupo dirigente, el tr¨ªo Monedero-Iglesias-Errej¨®n, en torno a cuya gu¨ªa se articul¨® la asociaci¨®n; la cual a su vez siempre se presenta como encarnaci¨®n de todo el colectivo de ¡°los estudiantes¡±. En la f¨®rmula de ¡°socialismo del siglo XXI¡± de Monedero, frente a los autoritarismos liberales y socialistas, se alza un concepto: ¡°contrapoder¡±. Eso s¨ª, al ser cr¨ªptica la estructura, sus miembros descalifican todo an¨¢lisis desde fuera. Ejemplo: aun declar¨¢ndose fieles al ¡°inmortal Ch¨¢vez¡±, rechazan la calificaci¨®n de ¡°chavismo¡±.
Aun declar¨¢ndose fieles al ¡°inmortal Ch¨¢vez¡±, rechazan la calificaci¨®n de ¡°chavismo¡±.
Una plataforma universitaria resultaba ¨²til, para Ch¨¢vez o su sucesor, para Correa y Evo Morales, pero no basta para un proyecto pol¨ªtico alternativo. De Contrapoder pasamos a Podemos. Y si bien la elaboraci¨®n doctrinal de Monedero e Iglesias, por debajo de la verborrea, es bien escasa y se limita a vestir de mil maneras el ¡°pobres contra ricos¡±, la lucha entre la igualdad y el capitalismo, con sus asistentes pol¨ªticos (¡°la casta¡±, copia de Grillo), el proyecto despliega su modernidad al percibir el papel fundamental de la comunicaci¨®n. Adem¨¢s, el manique¨ªsmo ideol¨®gico ten¨ªa poca clientela con Espa?a adormecida por el ladrillo, pero sirve para responder al malestar generalizado cuando arrecia la crisis y tras el fogonazo de indignados.
Para atraer votos, har¨¢ falta diluir la propia mentalidad chavista, seg¨²n hace el interminable programa electoral de Podemos, dando prioridad a necesidades bien reales (desahucios, pensiones, corrupci¨®n). Ah¨ª cabe todo, sin estimaci¨®n de costes; por eso es justa la calificaci¨®n de populismo. Lejos de la lengua de palo de IU, resulta preciso multiplicar anzuelos, ¡°convertir el descontento social en una tendencia electoral¡±.
Fue capital el uso intensivo de la televisi¨®n y de las redes sociales, aqu¨ª en la estela del ¨¦xito de Beppe Grillo en Italia. As¨ª, mientras Pablo Iglesias ve recompensada con el protagonismo en las grandes cadenas, su perseverante labor en una televisi¨®n de barrio (con La Tuerka) y en la iran¨ª HispanTV (??), ??igo Errej¨®n, en plan Casaleggio, le asegura una eficiente red de propaganda para la campa?a electoral. En Twitter y Facebook, Podemos barre a PP y PSOE
El proyecto de Podemos no es como el de Alexis Tsipras, revolucionario, de cambio radical en la Europa realmente existente, sino antisist¨¦mico. Al otro lado de la ruptura total con el r¨¦gimen representativo, esclavo de ¡°los mercados¡±, de esa siniestra transici¨®n de 1977 que borr¨® la memoria hist¨®rica y sancion¨® el dominio de los poderosos, estar¨¢ ¡°el pueblo¡±, reunido en sus asambleas para formar un nuevo poder constituyente (otra vez Ch¨¢vez), l¨¦ase minor¨ªas activas controladas desde Internet por el L¨ªder (como Grillo). ?Democracia? Para Iglesias carece de sentido si es la que conocemos, como ¡°procedimiento¡± y entonces es democracia usar violencia contra ella para derribarla; no obstante como procedimiento se recupera si sirve para descalificar a sus adversarios ¡ªsiempre ¡°antidem¨®cratas¡±¡ª o si puntualmente erosiona el sistema (refer¨¦ndum). Todo vale para acabar con ¡°la casta¡±, con una ¡°Constituci¨®n caduca¡±. Claro que como ocurriera con Ch¨¢vez, no fue ¨¦l quien mont¨® el caos que le hizo posible.
Antonio Elorza es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Complutense de Madrid.
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