Azar y necesidad en el liderazgo progresista
La verdadera transici¨®n, todav¨ªa inacabada, a la que se enfrenta el PSOE es la de superar la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez, pero no tanto por lo que significa su persona sino por lo que supone tener una idea fuerza doctrinal
Lo peor no es el da?o provocado por el espect¨¢culo de una horse race,jaleada con fruici¨®n por los medios. Ni lo m¨¢s preocupante, a¨²n si¨¦ndolo mucho, la juventud, sin experiencia relevante de gesti¨®n, de la mayor¨ªa de los candidatos, tan bienvenida por los consultores pol¨ªticos, quienes prefieren modelar a un pretendiente tabula rasa, que no ha ofendido a ning¨²n grupo social, que no haya cambiado nada. Lo m¨¢s inquietante es que el ¨²nico partido progresista que puede gobernar, el ¨²nico que se puede interponer entre el PP y su asentamiento definitivo en el poder, se juega su futuro en la improvisaci¨®n de los candidatos al liderazgo, la aleatoriedad del proceso de renovaci¨®n del mismo y la entrop¨ªa de su ideolog¨ªa. Lo peor es el azar.
Lo que le ocurre al PSOE no es novedad en Espa?a, donde la fortuna ha jugado un papel determinante en la selecci¨®n de liderazgo pol¨ªtico. La nominaci¨®n de Adolfo Su¨¢rez fue fruto de t¨¢cticas sorpresivas en la intersecci¨®n de lo cortesano y el franquismo tard¨ªo. El nombramiento de Calvo Sotelo sobrevive a un golpe de Estado. La confirmaci¨®n en la Secretar¨ªa General del PSOE de Felipe Gonz¨¢lez es fruto de un arriesgado envite a su propio partido en su XXVIII Congreso: en una jugada de libro de texto, Felipe Gonz¨¢lez dimiti¨® para forzar la eliminaci¨®n del marxismo de los estatutos, para demostrar su imprescindibilidad, y regresar despu¨¦s con todo el poder. El liderazgo org¨¢nico de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue resultado de una rebeli¨®n de j¨®venes articulados por ?lvarez-Cascos ante un Manuel Fraga que se inclinaba por Isabel Tocino. El de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero procede de un pu?ado de votos ara?ados en coaliciones improbables ante alguien que probablemente hubiera llevado al partido por derroteros bien distintos, como Jos¨¦ Bono. Y, salvo Calvo Sotelo, todos estos presidentes llegaron al liderazgo de su partido j¨®venes, escasos de experiencia, poco probados y filtrados y, por tanto, siendo altamente impredecibles. Y algunos salieron bien, y otros no. El azar.
La excepci¨®n al azar en el liderazgo pol¨ªtico espa?ol es Mariano Rajoy, el m¨¢s examinado y probado de todos ellos cuando llega al poder, el que no sorprende. No hay drama en Mariano Rajoy. Su deliberado proceso de nominaci¨®n se explica porque lo ¨²nico que Felipe Gonz¨¢lez, acosado, no pudo hacer bien fue su sucesi¨®n, y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tan obsesionado en su ¨ªntimo teatro mental con el l¨ªder socialista, vio la oportunidad, al triunfar donde el socialista fracas¨®, de sobrepasarle en su ranking subjetivo de grandeza presidencial. Un ¡°cisne negro¡±, la mala suerte, lo impidi¨®.
El candidato m¨¢s fiable y predecible es el que normalmente menos cambios va a producir
Los liderazgos org¨¢nico y presidencial, que s¨®lo excepcionalmente se pueden separar en personas distintas, plantea retos especiales a la izquierda. A¨²n con todos sus inconvenientes de personalismo y primitivismo, el liderazgo es m¨¢s imprescindible para la izquierda que para la derecha, porque si la primera quiere transformar el status quo precisa lo que el liderazgo provee ¡ªdirecci¨®n, movilizaci¨®n y recursos¡ª, algo que los partidos de masa tradicionales o los de cuadros actuales solo excepcionalmente facilitan, por sus tendencias a la oligarqu¨ªa, a la auto-preservaci¨®n, a la adaptaci¨®n a lo que existe m¨¢s que a su cambio. Es m¨¢s, mientras que la opci¨®n conservadora tiene claros sus intereses ¡ªlo que es, est¨¢ bien, y aunque no lo est¨¦, no se puede cambiar¡ª, para el progresismo no es obvio lo que quiere cambiar, c¨®mo y con qu¨¦ ritmo. Le es imprescindible el liderazgo.
El problema del liderazgo es su identificaci¨®n. ?C¨®mo saber si un dirigente ser¨¢ un buen l¨ªder org¨¢nico y, posteriormente, presidencial? Los estudios realizados en pa¨ªses con mayor tradici¨®n democr¨¢tica y, por tanto, con m¨¢s presidentes, detectan tendencias interesantes. Los presidentes que no han sido suficientemente filtrados por las elites pol¨ªticas, con poca experiencia ejecutiva, o los independientes, son los que la posteridad juzga como los peores l¨ªderes ¡ªes el caso de Jimmy Carter o G. W. Bush o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ª¡ pero, tambi¨¦n, como los mejores ¡ªcomo Lincoln o F. D. Roosevelt o Adolfo Su¨¢rez o Felipe Gonz¨¢lez¡ª. Son tambi¨¦n estos presidentes wild cards los que suelen tener mayores contrastes entre diferentes periodos, entre inicios positivos y debacles finales, como Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Los presidentes m¨¢s filtrados, m¨¢s previsibles, son los que ocupan los puestos medios de liderazgo presidencial ¡ªL. B. Johnson, Clinton, Reagan, Calvo Sotelo o, se puede aventurar, Mariano Rajoy¡ª. El PSOE est¨¢ atrapado en la siguiente paradoja en su elecci¨®n de liderazgo. Por un lado, el candidato m¨¢s conocido, experimentado y predecible, m¨¢s fiable, que mejor pueda contentar a aquellos que, como la vieja guardia, no quieran arriesgar m¨¢s ¡°momentos Zapatero¡±, que intentan preservar el partido como ¨®rgano de gobernabilidad y justicia en el pa¨ªs, es el que normalmente menos cambios va a producir, cuando precisamente el cambio transformacional del partido es imprescindible para su supervivencia. Por otro lado, el l¨ªder menos testado por el partido, el menos integrado en el aparato, el m¨¢s imprevisible, es el que m¨¢s cambios va a intentar generar, pero del que ser¨¢ dif¨ªcil adivinar a priori si las consecuencias ser¨¢n positivas o negativas. Y los candidatos conocidos a la fecha a la direcci¨®n del PSOE han sido escasamente filtrados por el partido, por su juventud, por su escasa experiencia en tareas ejecutivas, y mucho menos todav¨ªa examinados por la ciudadan¨ªa debido a un sistema electoral que aleja a representantes de representados. Y, tremendo, ninguno de los ya candidatos declarados o que pueda proponerse son conocidos por una posici¨®n ideol¨®gica definida. El azar del actual proceso de selecci¨®n de liderazgo del PSOE y la urgente necesidad del mismo est¨¢n en contradicci¨®n.
Lo ¨²nico que puede estabilizar la imprevisibilidad intr¨ªnseca del liderazgo es un cuerpo doctrinal y program¨¢tico s¨®lido. Desde que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero vaci¨® de ideolog¨ªa al PSOE, sustituy¨¦ndola por estilo, por el gesto, que adem¨¢s se defin¨ªa en negativo ¡ªestaba contra el autoritarismo del PP y de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar¡ª, la ca¨ªda del PSOE es invencible. Pasma que el partido siga siendo incapaz de generar doctrina, como demostr¨® la ¨²ltima Conferencia Pol¨ªtica que estaba destinada espec¨ªficamente para ello, y de la que, a pocos meses de su celebraci¨®n, nadie se acuerda lo m¨¢s m¨ªnimo. Este vac¨ªo doctrinal es especialmente lacerante por la oportunidad que representa que hoy el PP tambi¨¦n haya implosionado ideol¨®gicamente.
Lo ¨²nico que puede frenar lo imprevisible es un cuerpo doctrinal y program¨¢tico s¨®lido
Si un partido deber¨ªa ser consciente del apalancamiento mutuo entre liderazgo e ideas es precisamente el PSOE. Fue precisamente esta sinergia la que le proporcion¨® su mayor y m¨¢s prolongado ¨¦xito. Cuando en el XXVIII Congreso Felipe Gonz¨¢lez dimite como Secretario General, ante el rechazo por los delegados del partido de su propuesta de abandono del marxismo, lo hace en nombre de una idea-fuerza que en positivo quer¨ªa decir socialdemocracia. Sirvi¨® para gobernar, para ser admitido en Europa, atrajo a fuerzas progresistas no obreras, y disciplin¨® a los cuadros del partido, ya entonces m¨¢s radicales que sus votantes, ya entonces con escasa sinton¨ªa con los tiempos.
No hay alternativa progresista al PSOE. A estas alturas los progresistas tampoco pueden hacer otra cosa que esperar que la fortuna haga juego en la sucesi¨®n de liderazgo del partido. Ya es tarde para un proceso m¨¢s racional. Probablemente surgir¨¢ un l¨ªder sin filtrar, impredecible, sin experiencia ejecutiva y sin programa, capaz de lo mejor, no ya tanto como Felipe Gonz¨¢lez de quien no va a haber recidiva, ni siquiera como Susana D¨ªaz, o quiz¨¢s capaz de lo peor. El azar manda. Pero a quien sea que le toque en suerte el liderazgo deber¨¢ saber que ¨¦ste seguir¨¢ siendo provisional, que la verdadera transici¨®n, todav¨ªa inacabada, es la del liderazgo de Felipe Gonz¨¢lez, no la de su persona sino la de contar con una idea fuerza doctrinal. El PSOE la puede tener equivocada, pero no puede no tener una. Ahora no tiene ninguna. La ciudadan¨ªa necesita saber de qu¨¦ va el PSOE. Esa es la necesidad. Sin ligar liderazgo e ideolog¨ªa el partido habr¨¢ perdido su ¨²ltima oportunidad, porque es exactamente eso lo que est¨¢ en juego. Su supervivencia. Ya no hay nada que la asegure. Le queda una s¨®la jugada.
Jos¨¦ Luis ?lvarez es doctor en Sociolog¨ªa por la Universidad de Harvard, profesor de Liderazgo de INSEAD, y autor de Los presidentes espa?oles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.