No ahorrar en depuradoras

Las aguas sucias nunca traen nada bueno. No hay duda de que los vertidos de residuos urbanos son un peligro para la salud y una amenaza para el medio ambiente. Pueden provocar fangos contaminados, agotamiento del ox¨ªgeno en la masa l¨ªquida y un crecimiento descontrolado de algas, adem¨¢s de propagar enfermedades como el c¨®lera o la disenter¨ªa. Para minimizar cualquiera de estos efectos, la Uni¨®n Europea obligaba a los pa¨ªses miembros a instalar antes de 2000 sistemas de tratamiento y limpieza de sus aguas. Pero Espa?a no ha cumplido con los compromisos que le marcaba la directiva comunitaria y sobre su cabeza tiene varios procedimientos sancionadores. En 2011 el Tribunal de Luxemburgo ya dio un aviso importante: conden¨® a Espa?a porque 38 grandes ciudades no depuraban correctamente. Y hace apenas dos a?os todav¨ªa 900 pueblos de m¨¢s de 2.000 habitantes incumpl¨ªan la normativa.

Mientras planea la sombra de multas millonarias sobre las arcas p¨²blicas, los ciudadanos de un buen n¨²mero de localidades tienen que soportar olores pestilentes, especialmente en los meses en los que aprieta el calor. Y en algunas zonas mar¨ªtimas no son extra?as en la costa espesas estelas de espuma.

El problema es que muchas de las plantas depuradoras que deb¨ªan limpiar los vertidos urbanos est¨¢n a medio construir, otras ya acabadas se encuentran paralizadas y algunas que se frenaron por falta de financiaci¨®n han sido saqueadas. Los recortes presupuestarios tienen mucho que ver con esta situaci¨®n, pero tambi¨¦n la dejadez de las Administraciones (aut¨®noma y local especialmente), que a¨²n no parecen haberse dado cuenta del tufillo (no solo pol¨ªtico) que supone dar la espalda a las inversiones verdes.

Por sus peculiaridades demogr¨¢ficas, Espa?a se ve obligada a construir miles de estaciones de tratamiento de agua. Pero para eso cuenta con la ayuda de la Uni¨®n Europea. El Gobierno ha pedido fondos comunitarios para construir en seis a?os alrededor de 400 plantas depuradoras. De los 1.100 millones de euros de inversi¨®n, reclama 700 a Bruselas. Con esta lluvia de dinero, seguro que en Espa?a oler¨¢ mejor.