Un tango con Octavio Paz
El acercamiento de la izquierda a las ideas democr¨¢ticas fue impulsado por el Premio Nobel mexicano
¡°Siglo veinte, cambalache problem¨¢tico y febril...¡±
Criticar a la izquierda por su atraso suele despertar reacciones malhumoradas que acusan al cr¨ªtico de dar excusas a la derecha para exonerarla de sus lacras. Estas reacciones, sin embargo, no son las que predominan en la izquierda. Son solamente una expresi¨®n de sus sectores m¨¢s cerrados u oportunistas. Octavio Paz, cuando critic¨® a la izquierda, enfureci¨® a muchos, e incluso algunos llegaron a quemar su efigie en la calle durante una manifestaci¨®n en 1984. A veces Paz consider¨® estas agresiones como una expresi¨®n t¨ªpica de toda la izquierda. Asumo que generalizar fue un recurso ret¨®rico.
En una entrevista reciente, mi buen amigo Enrique Krauze ha utilizado este mismo recurso, al afirmar que a Paz le hubiera gustado tener un di¨¢logo con la izquierda, pero que nunca hubo quien quisiera debatir con Paz: ¡°En este tango nadie quiso bailar con ¨¦l. Entonces lo ¨²nico que hicieron fue que, cada vez que los invitaba al baile de los debates, lo escup¨ªan, lo calumniaban, le dec¨ªa reaccionario fascista, derechista¡± (¡°La izquierda no sabe lo que perdi¨® al dejar de hablar con Octavio Paz¡±, EL PA?S, 31-V-2014). Quiero recordar que en 1980 invit¨¦ a Paz a bailar un tango: a que participase en una mesa redonda para discutir el manuscrito de mi libro Las redes imaginarias del poder pol¨ªtico, donde tambi¨¦n participar¨ªan dos intelectuales de izquierda, el escritor Carlos Monsiv¨¢is y el fil¨®sofo Luis Villoro. Paz acept¨® con la condici¨®n de que el encuentro no se abriese libremente al p¨²blico y asistiesen ¨²nicamente personas invitadas especialmente. La discusi¨®n fue muy animada y Paz qued¨® tan contento que nos invit¨® a los participantes y a algunos amigos que asistieron, entre ellos Enrique Krauze, a cenar a su casa. All¨ª decidimos que era necesario impulsar conjuntamente el debate sobre el socialismo y la izquierda. Para ello acordamos que la revista Vuelta, que dirig¨ªa Paz, y El Machete, la revista mensual del Partido Comunista que yo dirig¨ªa, har¨ªan un llamado a impulsar una discusi¨®n de altura. Con este fin Vuelta publicar¨ªa las intervenciones de Villoro y m¨ªa, y El Machete publicar¨ªa las de Monsiv¨¢is y Paz. Poco despu¨¦s llam¨¦ por tel¨¦fono a Paz para cristalizar el acuerdo. Lo primero que me dijo es que no me conven¨ªa publicarle a ¨¦l pues esto me crear¨ªa dificultades con la gente del Partido Comunista. Le contest¨¦ que estaba dispuesto a enfrentarlas y que yo ten¨ªa plena libertad para publicar lo que quisiera, sin censura. De hecho, el secretario general del partido, Arnoldo Mart¨ªnez Verdugo, sab¨ªa de estos acuerdos con Paz y me hab¨ªa manifestado su apoyo: ¨¦l tambi¨¦n cre¨ªa que Paz formaba parte del mundo de la izquierda. Paz, entonces, me confes¨® que a ¨¦l no le conven¨ªa publicar en una revista comunista.
La izquierda s¨ª acept¨® bailar tangos con Paz, aunque en esta ocasi¨®n fue el poeta quien se retir¨® del baile
As¨ª fue como se desvaneci¨® una posibilidad de abrir la discusi¨®n en forma civilizada y prolongada. Pero el hecho es que la izquierda s¨ª acept¨® bailar tangos con Paz, aunque en esta ocasi¨®n fue el poeta quien se retir¨® del baile. Desde luego, esa no fue la ¨²nica ocasi¨®n en que la izquierda accedi¨® con gusto a dialogar con Paz. Ello ocurri¨® en m¨²ltiples ocasiones y con muy diversos intelectuales. El mejor ejemplo fue el encuentro La experiencia de la libertad convocado por el propio Paz en 1990, ya ca¨ªdo el muro de Berl¨ªn, al que asistieron varios intelectuales mexicanos de izquierda, como Arnaldo C¨®rdova, Carlos Monsiv¨¢is, Adolfo S¨¢nchez V¨¢zquez y Luis Villoro. Este evento tuvo un gran impacto y fue trasmitido por televisi¨®n.
La izquierda aprendi¨® mucho de los cr¨ªticos que, como Octavio Paz, se?alaban el autoritarismo y el dogmatismo como obst¨¢culos para entender e ingresar al mundo moderno. El acercamiento de la izquierda a las ideas democr¨¢ticas fue impulsado por Paz, y su influencia cr¨ªtica se dej¨® sentir sin duda en un hecho fundamental: la disoluci¨®n del Partido Comunista, para unirse a otras fuerzas. Este proceso acab¨® dando lugar al actual PRD. La influencia del poeta, desgraciadamente, no ha sido suficientemente reconocida. En la pol¨ªtica se cometen muchas injusticias, y los intelectuales quedan leg¨ªtimamente molestos. Adem¨¢s, enquistados en las organizaciones de izquierda, hay todav¨ªa sectores duros y cerrados que no aceptan la cr¨ªtica intelectual. Sucede como dice el tango que cit¨¦ al principio: ¡°?Todo es igual! / ?Nada es mejor! / Lo mismo un burro que un gran profesor¡ Igual que en la vidriera / irrespetuosa / de los cambalaches / se ha mezclao la vida¡±.
Roger Bartra es antrop¨®logo de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).
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