Los responsables
Si se echa la culpa de la crisis al supervisor, se orillan otras responsabilidades: las de la CE, FMI y BCE
El ¨²ltimo presidente de una Comisi¨®n Europea (CE) que no pasar¨¢ a la historia por sus aciertos, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, abri¨® hace unos d¨ªas una de las cajas de los truenos que permanec¨ªa cerrada: la de las responsabilidades de cada instituci¨®n, de cada ciudadano, en la llegada y el desarrollo de una crisis que, como muy pocas anteriores, ha provocado no s¨®lo bancarrotas financieras, sino tambi¨¦n cat¨¢strofes sociales. Asimismo, las responsabilidades en la gesti¨®n de esa misma crisis.
Las palabras de Dur?o, en el caso de Espa?a, fueron las del chivato: yo no he sido, la responsabilidad fue del supervisor. No fue una respuesta casual: si las culpas fueron del supervisor es que no hubo un gigantesco fallo del mercado previo, con mercados imperfectos, informaci¨®n asim¨¦trica y competencia entre desiguales, factores que son los que han dado lugar a sociedades empobrecidas como la nuestra y repartos tan dis¨ªmiles de los sacrificios. Tambi¨¦n significa que, en ese caso, las pol¨ªticas econ¨®micas aplicadas por la CE ¡ªla austeridad a ultranza, la consolidaci¨®n fiscal r¨ªgida sin tener en cuenta la diferente situaci¨®n de cada pa¨ªs...¡ª, o por la CE en alianza con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) ¡ªla troika¡ª, han sido al menos neutrales en las salidas que est¨¢n teniendo las dificultades econ¨®micas en Europa.
El sistema ha salvado a los bancos, pero, en muchos casos, tambi¨¦n a los banqueros
Se recomienda que, adem¨¢s de a los vigilantes de la playa (supervisores y reguladores), se examine el papel en la cat¨¢strofe de aquellos que ten¨ªan que ser vigilados: los golfos apandadores que robaron o abusaron de su posici¨®n con el desarrollo de productos financieros opacos, desregulados, inentendibles para los ciudadanos, a los que enga?aron y perjudicaron. Muchos de ellos permanecen en su privilegiado lugar, aun m¨¢s enriquecidos: el sistema ha salvado a los bancos, pero, en muchos casos, tambi¨¦n a los banqueros.
Que se analicen las ideas que legitimaron los abusos. Aquellas que dec¨ªan que la mejor regulaci¨®n es la que no existe. El sistema de ideas que aplicaron los banqueros, los pol¨ªticos y los reguladores y que dieron lugar a una pol¨ªtica econ¨®mica que ha logrado, por ejemplo, que Espa?a haya retrocedido 16 a?os en su nivel de renta. Es irremediable desempolvar de nuevo al viejo Keynes, a aquel que era innombrable en las factor¨ªas universitarias m¨¢s ortodoxas, cuando escrib¨ªa: ¡°Las ideas justas o falsas de los fil¨®sofos de la econom¨ªa y de la pol¨ªtica tienen m¨¢s importancia de lo que en general se piensa. A decir verdad, ellas dirigen casi exclusivamente el mundo. Los hombres de acci¨®n que se creen plenamente eximidos de las influencias doctrinales son normalmente esclavos de alg¨²n economista del pasado¡±.
Dur?o Barroso deja ahora la CE. Menos mal. Si no, probablemente ignorar¨ªa otra vez a Keynes. Pero sobre todo ser¨ªa capaz de afirmar, como el personaje del novelista brit¨¢nico Jonathan Coe: ¡°S¨ª, he aprendido de mis errores, y estoy seguro de que podr¨ªa repetirlos perfectamente¡±.
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