Un dulce veneno
Sarney no dejar¨¢ de tener influencia, ya que es una de esas personas que nacieron trayendo en su sangre el gusto por el poder
La historia de Brasil no se podr¨¢ contar sin lo que supusieron los 60 a?os de vida pol¨ªtica de Jos¨¦ Sarney, expresidente de la Rep¨²blica, miembro de la Academia de las Letras, novelista y poeta.
Su decisi¨®n de no presentarse, a sus 84 a?os, a las elecciones para el Senado, no implica que Sarney dejar¨¢ de tener influencia en las instituciones del pa¨ªs, ya que es una de esas personas que nacieron trayendo en su sangre el dulce veneno de la pol¨ªtica y del gusto por el poder.
Su ausencia en el Congreso en el que milit¨® m¨¢s de medio siglo no dejar¨¢ de notarse. Quiz¨¢s por ello, no solo su partido (PMDB, Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o), sino tambi¨¦n la presidenta Dilma Rousseff y el exmandatario Luiz In¨¢cio Lula da Silva trataron de convencerle hasta el final para que no rindiera las armas.
Ello significa que Sarney, que fue el puente entre la dictadura y la democracia, sigue siendo visto como una pieza clave en la defensa de las libertades civiles, de la democracia y de las instituciones republicanas.
Sarney fue el puente entre la dictadura y la democracia, y sigue siendo visto como una pieza clave en la defensa de la democracia
¡°La democracia no se marchit¨® entre mis manos¡±, es una de las frases cinceladas por el Sarney pol¨ªtico y escritor. Y es una verdad que ni sus cr¨ªticos m¨¢s feroces pueden dejar de admitir.
Fue de labios del expresidente y soci¨®logo Fernando Henrique Cardoso, en R¨ªo, donde pude escuchar durante una cena en la que participaron junto con un plantel de pol¨ªticos y empresarios de Am¨¦rica Latina, tejer los mayores elogios al papel fundamental de Sarney a favor de la democracia de este pa¨ªs.
Si es cierto que la pol¨ªtica es el ¡°arte del compromiso¡±, ya que los extremismos de cualquier color acaban da?ando la esencia de la democracia que supone consenso y di¨¢logo entre diversos, Sarney ha sido un maestro en este arte.
No en vano ha sabido ser int¨¦rprete y punto de referencia entre los diversos gobiernos por los que ha atravesado, desde los conservadores a los progresistas, algo que solo suelen saber llevar a cabo los verdaderos estadistas que consiguen colocarse por encima de la pol¨ªtica con min¨²sculas.
He escuchado de gentes del mundo de las letras decir que quiz¨¢s la primera vocaci¨®n de Sarney fuera la de escritor. De mi compatriota, Federico Garc¨ªa Lorca, quiz¨¢s el mayor poeta de lengua espa?ola, se dijo que hubiese podido ser mejor m¨²sico que poeta. En la vida de una persona suelen cruzarse vocaciones que hasta pueden parecer antag¨®nicas. Sin embargo, la poes¨ªa de Sarney ¡ªque en su obra Saudades mortas (2002) escribi¨®, casi como un epitafio: "Pasa la borrasca, la torpe traves¨ªa, se desvanece en la ola disipada. Renace la luz y de nuevo espera vivir"¡ª, ha contado con cr¨ªticos brasile?os ilustres que han elogiado sus versos como Jo?o Cabral de Melo Neto, Ferreira Gullar o Ivan Junqueira.
Ha sabido ser int¨¦rprete y punto de referencia entre los diversos gobiernos por los que ha atravesado, de conservadores a progresistas
Sus memorias, que tantos esperan con curiosidad, est¨¢n ya escritas. Podr¨¢n revelarnos rasgos in¨¦ditos del pol¨¦mico y recio pol¨ªtico. Y ser¨¢ la historia la que, con la distancia de las pasiones del momento, acabar¨¢ revelando al pol¨ªtico al que la democracia no se le marchit¨® en sus manos y al que no le falt¨® nunca el sentido del humor, como cuando afirm¨® que pudo conciliar la pol¨ªtica con la literatura porque hoy ¡°la pol¨ªtica tiene mucho de ficci¨®n¡±.
Sarney, cuya fuerte personalidad y larga militancia pol¨ªtica despierta pasiones y cr¨ªticas a veces despiadadas, me cont¨® que le gusta enmarcar las vi?etas m¨¢s feroces contra ¨¦l y que siempre mantuvo relaciones cordiales con los humoristas a los que, dice, ¡°siempre les inspir¨® mi bigote¡±.
En este particular, Sarney enlaza con la tradici¨®n de famosos estadistas italianos ¡ªantes de la llegada del poco elegante Berlusconi¡ª que sab¨ªan convivir democr¨¢ticamente, sin nunca abrir guerras contra la libertad de expresi¨®n, con las cr¨ªticas pol¨ªticas m¨¢s duras contra ellos.
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