Hacienda, contra la investigaci¨®n
El Gobierno sume en el des¨¢nimo a la comunidad investigadora
Son conocidos los recortes que han sufrido los presupuestos de investigaci¨®n en Espa?a en los ¨²ltimos a?os. Algo menos conocidos son los obst¨¢culos que, sistem¨¢ticamente, pone el Ministerio de Hacienda a que los fondos asignados presupuestariamente puedan ser ejecutados; por ejemplo, retrasando la salida de convocatorias o reduciendo su financiaci¨®n prevista. Pero lo que probablemente es desconocido para la mayor¨ªa de los ciudadanos es el acoso al que, desde hace varios a?os y con finalidad recaudatoria, Hacienda somete a los investigadores, trat¨¢ndonos casi como a presuntos delincuentes, y exigi¨¦ndonos, con muchos a?os de retraso, otra justificaci¨®n adicional de nuestros gastos.
Vaya por delante que uno de los principios que asumimos los investigadores es el rendimiento de cuentas y la evaluaci¨®n. Somos evaluados continuamente, y lo consideramos adecuado y positivo. En particular, como receptores de dinero p¨²blico, estamos absolutamente de acuerdo en que los gastos que realizamos tengan que ser justificados y fiscalizados y asumimos que hemos de dedicar una parte de nuestro tiempo de trabajo a actividades administrativas. De hecho, cuando un grupo de investigaci¨®n recibe financiaci¨®n para la realizaci¨®n de un proyecto cient¨ªfico, normalmente de tres a?os de duraci¨®n, se compromete a presentar anualmente un informe t¨¦cnico del trabajo realizado y un informe econ¨®mico describiendo todos los gastos en que se ha incurrido. Habitualmente, estos gastos cubren la compra de libros y equipos de laboratorio, los viajes de trabajo, la inscripci¨®n a congresos y la contrataci¨®n de personal. Evidentemente, estos informes han de ser evaluados positivamente para que el proyecto pueda continuar. Adem¨¢s, al finalizar el proyecto, hemos de realizar un informe final acad¨¦mico y econ¨®mico para que el proyecto sea evaluado en su conjunto. Si esta evaluaci¨®n no fuera positiva, se podr¨ªa dar el caso de tener que devolver total o parcialmente la financiaci¨®n recibida.
Pero, adicionalmente, desde hace unos a?os, el Ministerio de Hacienda, a trav¨¦s de empresas contratadas con este fin, somete a los proyectos a auditor¨ªas varios a?os despu¨¦s de su terminaci¨®n. Estas empresas analizan los gastos realizados en cada proyecto y piden que se justifiquen los que consideran dudosos. En caso de que alguna justificaci¨®n sea considerada inadecuada, se exige al centro de investigaci¨®n que retorne ese dinero con intereses de demora. La realidad es que estas empresas parecen ignorar los informes existentes y piden que se justifiquen por segunda vez un porcentaje alt¨ªsimo de los gastos realizados. Imaginamos que, en lugar de analizar cada gasto bas¨¢ndose en los informes previos, les cuesta menos pedir que se justifique todo de nuevo. Como estas empresas van a comisi¨®n sobre el dinero retornado, as¨ª maximizar¨¢n la ganancia con un trabajo m¨ªnimo por su parte, pero con un coste alt¨ªsimo en personal y tiempo para los centros.
Empresas contratadas por Hacienda auditan los proyectos varios a?os despu¨¦s de terminados
Veamos un ejemplo representativo real. En un proyecto (de tama?o medio/peque?o) financiado con unos 110.000 euros, se pide que se vuelvan a justificar gastos por casi 100.000 euros. El n¨²mero total de justificaciones que se solicitan para este proyecto es de casi 200, incluso de cantidades de 2,92 euros. Adem¨¢s, en algunos casos, la descripci¨®n que se hace del gasto es casi insultante para el investigador acusado; por ejemplo, un gasto es tildado de ¡°personal¨ªsimo¡±, cuando en realidad se trata de la inscripci¨®n de un doctorando a un seminario de formaci¨®n avanzada, lo que indica el nulo conocimiento del auditor del marco universitario.
El ejemplo anterior pertenece a una remesa de m¨¢s de 80 proyectos a justificar recibida a principios de a?o en la Universitat Polit¨¨cnica de Catalunya-BarcelonaTech (UPC). Se trata de proyectos cuyos gastos se realizaron entre 2007 y 2009. Seg¨²n las estimaciones de la unidad de gesti¨®n de la investigaci¨®n de la UPC, esta deb¨ªa dedicar 3.525 horas de trabajo a esta tarea (si para cada proyecto se pide que se justifiquen 200 gastos, se tendr¨¢n que elaborar m¨¢s de 16.000 informes distintos). Como consecuencia, esta unidad ha quedado saturada de trabajo durante semanas. A ello, evidentemente, hay que sumar las muchas horas que tambi¨¦n han tenido que dedicar los investigadores responsables de los proyectos.
Al final, despu¨¦s de un proceso que puede durar varios a?os, en el que habr¨¢ que hacer nuevas alegaciones y justificaciones, el ministerio exculpar¨¢ unos dos tercios de los proyectos auditados (insistimos, proyectos ya justificados reglamentariamente) y pedir¨¢ la devoluci¨®n de una parte de los gastos del tercio restante. Esto no quiere decir que esos gastos representen ning¨²n tipo de malversaci¨®n. En muchos casos, el problema se deber¨¢ a la aplicaci¨®n de criterios m¨¢s restrictivos del gasto que no exist¨ªan cuando se aprob¨® el proyecto. Como consecuencia, muchos centros puede que acaben recurriendo a los tribunales para evitar un expolio que consideran arbitrario.
Las dobles auditor¨ªas consumen el poco dinero disponible en los centros
En cualquier caso, el coste que habr¨¢ supuesto todo este proceso para un centro de investigaci¨®n ser¨¢ muy superior al dinero recuperado por Hacienda. Calculen ustedes el coste en personal y horas dedicadas a estos ejercicios contables, dinero que en lugar de usarse para fomentar la investigaci¨®n o formar investigadores sirve para pagar esas auditoras.
La pol¨ªtica que est¨¢ siguiendo el Gobierno en materia de investigaci¨®n est¨¢ sumiendo a la comunidad investigadora en el des¨¢nimo. Pero estas auditor¨ªas lo que est¨¢n generando es indignaci¨®n: no basta con que nos recorten los fondos o que se est¨¦ perdiendo una generaci¨®n de investigadores; adem¨¢s es necesario acosar a los investigadores y a sus centros como si todos fu¨¦ramos corruptos y defraudadores. El sistema de ciencia espa?ol tiene que destinar el poco dinero disponible en financiar la investigaci¨®n y la formaci¨®n y no en duplicar auditor¨ªas. Si en los proyectos europeos tambi¨¦n somos auditados y los costes y metodolog¨ªas son radicalmente diferentes, ?por qu¨¦ sufrir innecesariamente en los proyectos espa?oles?
Fernando Orejas es vicerrector de Pol¨ªtica de Investigaci¨®n en la Universitat Polit¨¨cnica de Catalunya-BarcelonaTech. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo Llu¨ªs Tort, vicerrector de Proyectos Estrat¨¦gicos y Planificaci¨®n en la Universitat Aut¨°noma de Barcelona; Jordi Freixenet, vicerrector de Investigaci¨®n en la Universitat de Girona, y Mar¨ªa Paz Su¨¢rez, vicerrectora de Investigaci¨®n y Campus de Excelencia Internacional en la Universidad de Oviedo.
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