Odio ir de compras
Ir de compras siempre fue una actividad de dudosa reputaci¨®n entre el p¨²blico masculino. El ritual de entrar y salir de tiendas llenas de gente (?y de sus probadores!) solo o en compa?¨ªa de tu pareja o amigos no ha ocupado tradicionalmente un puesto destacado entre las preferencias de ocio de los hombres. O eso se dec¨ªa. Al que le gustaba, se cuidaba mucho de anunciarlo. Afirmo, sin ninguna base cient¨ªfica, que esta mala prensa podr¨ªa estar detr¨¢s de la err¨®nea ¨Cy ya erradicada¨C idea de que a los hombres no les interesaba la moda. Lo que en realidad rechazaban era el tr¨¢mite de comprarla. El comercio electr¨®nico ha demostrado que los caballeros no tienen problema en admitir que les encanta adquirir zapatillas, camisetas o monederos siempre que no tengan que ir a ninguna tienda a por ellos.
Es evidente que la venta online elimina la gesti¨®n f¨ªsica y social de las compras. Se trata de un hombre solo frente a una pantalla en la que fisgar, comparar y adquirir productos sin m¨¢s explicaciones ni encuentros. Una ¨¦pica m¨¢s cercana a la de cl¨¢sicos y solitarios arquetipos masculinos que a la de las chicas de Sexo en Nueva York, cotorreando mientras patrullan las calles cargadas de bolsas de marca. Un papel en el que los hombres se gustan m¨¢s y, por lo tanto, tienen menos problemas en identificarse. Seg¨²n un estudio de Mintel, un 60% de los hombres de Gran Breta?a compr¨® alguna prenda de ropa en la Red en 2013 y un 20% confiesa entregarse a las ¡°compras virtuales¡± durante la pausa de la comida.
Los vendedores de moda 2.0 han encontrado un fil¨®n en todo esto. Mr Porter, la versi¨®n masculina de la exitosa web de lujo Net-a-porter, naci¨® en 2011 y se ha convertido en una referencia para la industria, capaz de editar su propia revista digital y hasta una especie de libros en papel. Su director de moda, Toby Bateman, declaraba hace unos d¨ªas en The Business of Fashion: ¡°No creo que haya l¨ªmite a lo que los hombres van a querer comprar a trav¨¦s de Internet. No digo que vayamos a vender coches y yates ma?ana, pero desde luego vamos a seguir evolucionando¡±. ?Su objetivo inminente? Los relojes caros.
Intento que algunos hombres me razonen qu¨¦ es lo que hace tan radicalmente diferente la venta online de la tradicional como para que una se exhiba y la otra se oculte. Alguien me ofrece un argumento interesante. ¡°Ser¨ªa mejor que trataras de explicar qu¨¦ es lo que le puede gustar a una mujer de ir de compras y luego le dieras la vuelta¡±. Es una idea sugerente, sobre todo, porque abunda en el problema de los estereotipos. Desde luego, hay mujeres que detestan ir de compras y tambi¨¦n hombres a los que les gusta entrar en un probador de vez en cuando. Prada acaba de anunciar que en tres a?os pretende doblar su facturaci¨®n masculina, que en 2013 alcanz¨® los 800 millones de euros. Y para conseguirlo tiene un plan muy simple: abrir 50 tiendas solo para hombres que se sumen a las 30 de este tipo que ya posee. Internet ha contribuido a eliminar el estigma de las compras. Tal vez, sea el momento de pasar esa ense?anza de la esfera virtual a la real. Si ya eliminamos el tab¨² de las faldas y el maquillaje, tambi¨¦n podemos contemplar la posibilidad de que a un caballero le guste ir de compras.
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